Crónicas

En Madrid… Puerta Grande para Tomás Rufo en la primera de Otoño

Las Ventas. 27 de septiembre de 2019. Primer Festejo de la Feria de Otoño. Novillada con picadores. Media entrada. Novillos de Fuente Ymbro. Fueron mansos de salida, con poca fuerza en el caballo. Mejor en la faena, donde el quinto destacó.

Raphaël Raucoule El Rafi: Silencio y silencio.

Tomás Rufo: Oreja y oreja con dos vueltas.

Fernando Plaza: Silencio y silencio.

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Salió suelto el primero de la tarde para El Rafi. A pesar de ello, en el caballo no apretó con firmeza, y no cortó adecuadamente en banderillas, aunque la labor de la cuadrilla fue buena. Tras brindar al público, empezó el tercio de muleta de un modo progresivo.

Al principio, el astado llevaba la cara alta, pero el joven trató de bajársela cada vez más, hasta que dio con el pitón izquierdo, por el cual podría extraerle tandas de más categoría. Sin mácula en la faena, El Rafi intentó dar todo de sí, pero el astado se rajó y tras no tener demasiada fortuna con los aceros, recibió el silencio por parte del respetable.

El segundo de su lote fue bastante manso. Entró al caballo no empujando, sino con un pitón arreando de lado y estrellándose. En las banderillas no dio mejor juego, pues fue costoso colocarlo siempre.

En los medios comenzaría su faena el novillero, para darle ciertos derechazos de calidad. Poco a poco lo intentó templar, pero la mala condición del astado hizo que tuviera que poner mucho de su parte para intentar extraer petróleo, y no lo consiguió, tan solo algún muletazo suelto que caló. Nuevamente recibió el silencio por parte del público.

Tomás Rufo toreó en segundo lugar. Recibió a un novillo de similar condición al resto de sus hermanos, suelto, sin fijeza, y muy abierto, nada reunido. No se empleó con fuerza en el peto, y tampoco se jaleó demasiado en banderillas.

A continuación, el tercio de faena estuvo marcado por la mano zurda. Rufo entendió que ese era su pitón, y también supo medir las fuerzas del toro para ajustar los tiempos de su actuación. Poco a poco fue bajándole la cara y exigiéndole más. Respondió el astado, que fue toreado de forma muy templada. Tras una estocada entera, el público le otorgó la oreja.

El quinto de la tarde fue un calco de las líneas maestras del comportamiento de la novillada: mansedumbre de salida, poca fuerza en el peto, y falta de fijación en banderillas. A pesar de ello, se hizo lo que se pudo, ya que lo mejor vino después.

En esta ocasión el joven de Pepino se dispuso a una faena más equilibrada, ya que extrajo tandas por ambas manos. La definición de la faena, en una palabra, fue templanza. Templanza porque Tomás intimó con ese novillo de Fuente Ymbro hasta conseguir darle pases eternos, y muy medidos.

Pases con mucha seguridad y aplomo. Fue de categoría su actuación, entendiendo bien la condición, y llevándose al toro a su terreno enseñándole a embestir. El público lo reconoció y cortó una oreja que le valió lata abrir la puerta grande.

Fernando Plaza completaba la terna, y recibió a un novillo que arreó al caballo pero no presentó afrenta alguna. En banderillas siguió manseando, y la cuadrilla tuvo que tirar de oficio.

Más tarde, en el tercio de muleta, se vio como el toro no se venía arriba, y fue de lo más manso de la novillada. No repetía, y no arreaba con bravura al embroque.

Por ello, aunque Plaza intentó colocarse en todo momento para encelar al astado, no consiguió una respuesta impetuosa, y el animal no acudía. El público tampoco acompañó, y su actuación fue silenciada.

Con el sexto y último, Plaza tuvo un percance nada más empezar, pero no le impidió seguir toreando a un novillo que, como sus hermanos, no tuvo condición en la lidia para arrear al caballo.

Durante el último tercio, el astro continuó mostrando la misma actitud, y no fue posible ligarle las tandas. A pesar de la bronca embestida y la sosería del animal, el novillero estuvo acertado con la posición y los ritmos, pero ello, unido a una mala estocada, le dejaron sin trofeo alguno.

En conclusión, la tarde de hoy estuvo marcada por la escasa condición en la lidia de los astados de Fuente Ymbro. Alguno dejó mejores detalles de calidad en la faena, como el quinto, que permitió a Tomás Rufo lucirse entendiendo bien sus formas y exigiéndole con la fuerza precisa.

Gran tarde para el joven de Pepino, que corta un apéndice a cada uno de su lote y consigue la Puerta Grande en su tercera comparecencia en Madrid. ¡Viva la Fiesta!

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@Duenases

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