En Madrid… Pallarés gana el desafío; Arturo Macías ‘El Cejas’ cae herido grave
Las Ventas. 8 de septiembre de 2019. Primer desafío ganadero. Un cuarto de entrada. Toros de Rehuelga (2º, 4º y 6º) y Pallarés (1º, 3º y 5º bis), bien presentados y de juego desigual. Los mejores fueron el segundo y cuarto.
Arturo Macías El Cejas: Silencio tras aviso en el que fue herido.
Oliva Soto: Silencio y silencio.
Thomas Dufau: Silencio, ovación y silencio.
Parte médico:
El doctor Máximo García Leirado, envía el siguiente parte médico: “Herida por asta de toro en el tercio superior cara externa de pierna derecha de 25 centímetros, que produce destrozos en músculos tibial anterior y perineos, fractura de cuello de peroné, contunde nervio ciático poplíteo externocon arrancamiento de rama colaterales del mismo. Intervenido bajo anestesia general. Pronostico grave que le impide continuar la lidia“.
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El primero de la tarde fue para el mexicano nacido en Aguascalientes, Arturo Macías El Cejas. Fue un toro de Pallarés que no se empleó con fuerza en el peto ni tampoco lució condición en banderillas. Macías comenzó su faena tratando de adivinar cuál sería el pitón del toro para sacarle posibilidades, pero en un pase el toro le cogió con violencia y el diestro no se pudo reponer. Se vio imposibilitado para entender la lidia que debería de darle al toro. Terminó con el de Pallarés, Oliva Soto y, se escuchó el silencio tras el primer aviso.
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El tercero, para Oliva Soto, se mostró con brío en la lidia, pero no cumplió en la suerte de varas, en donde fue picado brutalmente. El astado exigía concentración, y el matador tuvo que poner de su parte pero sin terminar de conectar ni con el toro ni con el tendido. Su actuación pasó desapercibida sobre el ruedo ya que no se entendieron. Tampoco tuvo suerte con los aceros, por lo que su actuación fue silenciada.
Con el segundo de su lote Oliva Soto se marcó unos buenos capotazos por verónicas antes de que fuera devuelto. A pesar de que salió un toro del mismo hierro, este resultó correoso y sin clase. Sin emplearse demasiado en el caballo. Dio paso a un tercio de muleta en el que el diestro lo intentó por ambas manos y se propuso bajarle la cara al animal, pero la faena no terminó de romper en ningún momento. Nuevamente a pesar de sus intentonas, la actuación no caló y escuchó el silencio.
El segundo de la tarde, de Pallarés, fue para Thomas Dufau, se corrió el turno en beneficio de su compañero, con el fin de que no torease tras el primero el segundo. El toro fue serio con presencia, aunque fuese justo de romana.
No se lo puso nada fácil el animal, ya que hubo momentos complicados durante toda la faena. La lidia fue exquisita. Dejó el torero plasmada su gran profesionalidad con la muleta, aguantando así unos pases de pecho con la cara bien alta. Mantuvo al público enganchado durante toda la faena, terminando ésta en una estocada tras pinchazo.
Thomas Dufau se enfrentó al cuarto de la tarde, un toro bastante justo en presencia física. Empujó en el peto del caballo hasta en tres ocasiones. Durante la faena de muleta hubo buena ligazón y profundidad en los muletazos, pero faltó algo más para terminar de conectar con el público venteño. La estocada fue buena.
Poco pudo hacer Dufau ante el sexto, del lote de El Cejas. El brindis fue para su cuadrilla. La condición del animal impidió el lucimiento del diestro quedando así todo en el silencio.
Conclusión y reflexión
En conclusión, la tarde de hoy quedó en el aire debido a la condición similar de los toros de las dos ganaderías que se daban cita, dejando éstas buenos detalles pero muy pequeños.
Resultó cogido Arturo Macías El Cejas en el primero de la tarde, y ha inspirado la reflexión en el tendido, sobre la necesidad de estar bien preparado para poder torear en la primera plaza del mundo, lo que no se le apreció al torero nacido en Aguascalientes, quien busca más el toreo para los tendidos.
Cuando uno torea para los demás y no para sí mismo ni para el toro, pasa lo que pasa, y ahora El Cejas, lamentablemente está herido.
Me gustaría decirlo más efusivamente, pero vuelvo a casa aún así diciendo: “He estado en los toros”.
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