En Alausí… Tarde triunfal los toreros en hombros
Plaza de toros portátil La Esperanza, armada en el municipio de Alausí (Sierra Centro de Ecuador). Sábado 22 de Junio. Con tres cuartos del aforo cubierto y en tarde soleada pero con mucho viento, se lidiaron cuatro toros y un novillo de la ganadería tungurahuense de San Juan, manejables en general, 2º y 4º los mejores, siendo el 4º, de nombre Alauseño, indultado por Albán.
Guillermo Albán: Oreja y dos orejas con rabo simbólicos.
Paco Céspedes: Dos orejas y vuelta al ruedo.
El rejoneador Jeferson Ibarra: Oreja
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Si bien en Alausí gustan mucho los toros populares, habían pasado más de 10 años sin que se organicen corridas de toros formales.
Abrió plaza Guillermo Albán con un toro andarín y con poca fuerza, que se dejó algo por el lado izquierdo, aunque terminaba con la cara alta y calamocheando. A pesar del viento hilvanó un trasteo técnico coronado de gran estocada para obtener la primera oreja de la tarde.
En el cuarto toro, número 272, de nombre Alauseño con 445 kilos, Albán sacó todo su repertorio muletero, pues el toro no tuvo un buen comportamiento en el capote.
Tras someterlo con doblones de mucho mando el toro se entrega y empieza a embestir de mejor manera en la muleta del guayaquileño, que le hilvanó tandas rotundas por ambos pitones, destacando más por el derecho.
En la segunda mitad de la faena, con el toro ya metido en la muleta, instrumentó redondos, dosantinas y arrucinas que calaron en el público.
En unas manoletinas finales, y con el toro ya indultado, el torero fue volteado aparatosamente aunque sin consecuencias. Continuó toreando a pies juntos por derechazos para luego llevar el toro hasta la puerta de toriles. Dio triunfal vuelta al ruedo con las orejas y el rabo simbólico.
El matador peruano Paco Céspedes cayó de pié ante la afición ecuatoriana. A su primer toro, un castaño bien presentado que embistió con obediencia a los engaños de Céspedes le cortó dos orejas por una interesante faena sobre ambos pitones, con buenas tandas de derechazos y naturales que impactaron gratamente a los alauseños.
Tras estocada en lo alto el toro dobla y las orejas van a manos del peruano.
En el toro que cerró plaza, un jabonero de preciosa lámina, Céspedes estuvo a gusto sobre ambas manos. El toro tuvo nobleza aunque le faltó algo de transmisión. Recetó tres cuartos de acero que tardan en hacer efecto. Tuvo que recurrir al descabello antes de dar una merecida vuelta al ruedo.
En tercer lugar actuó el rejoneador ecuatoriano Jefferson Ibarra que tuvo una destacada actuación ante un novillo con movilidad y prontitud. Mató pronto y obtuvo una oreja.
Al final del festejo, el presidente de la Comisión Taurina entregó un trofeo a Albán como triunfador de la corrida. Los dos matadores fueron sacados a hombros ante el clamor general.
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