En Aguascalientes… Ferrera, el triunfo del pecado de omisión; Valadez pundonoroso
Sexto festejo de la Feria Nacional de San Marcos 2019, medio aforo en la Monumental de Aguascalientes. Se lidiaron dos astados de Montecristo, 1ro justo de presencia, soso y sin transmisión y 5to bien presentado, débil. Cuatro de Los Encinos desiguales de presencia, 2do complicado, 3ro bueno, 4to bueno, mereció arrastre lento. 6to manejable.
Antonio Ferrera: Silencio y dos orejas
Luis David Adame: Silencio y leves palmas
Leo Valadez: Oreja y oreja
Detalles:
Al final de festejo Antonio Ferrera y Leo Valadez fueron sacados en hombros.
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Hagamos de cuenta que no pasó”.
Dijo la conciencia de muchos hoy en la Monumental.
El tendido hidrocálido disfrutó, se emocionó, jaleó y arrojó sombreros al redondel, extasiados con el toreo de Antonio Ferrera, quien por momentos elaboró un toreo serio, pero que también se excedió en recursos que merman su categoría.
La afición se excitó, a tal grado que pasaron por alto detalles evidentes (que a ningún nacional perdonarían) y prefirieron reorientar a sus conciencias, bajar sus exigencias y caer en pecado de omisión.
La faena de Ferrera al cuarto de la tarde, fue catalogada por unos como excelsa, y sí tuvo detalles de mucho mérito, pero algunos olvidaron al grillito que les habla al oído y se entregaron al placer, a sabiendas que el confesionario de sus propios veredictos, les dará penitencia.
Antonio Ferrera se enfrentó a un buen astado en términos generales de Los Encinos, mismo que tuvo una salida alegre y que tardó en hacer caso de los capotes. Del piquero recibió poca vara para luego quitar por chicuelinas a manos bajas.
Rodillas en la arena Ferrera comenzó su quehacer con la muleta, aunque el astado reculaba el toreo, así de hinojos iba por él, consiguiendo que pasara por su engaño, algunos en redondo y los remates toreros.
Por derecha, de pie un tanto acelerado, poco a poco lo fue embarcando en buenos trazos para rematar con un trincherazo de calidad. Por naturales, algunos pases lentos y bien dados y otros lejanos.
Una tanda más por ese lado sin que imperara la pulcritud. Ferrera mandó a callar a los músicos, detalle que agradeció la afición y de ahí a torear por naturales tersos y rematar por alto. Empeñoso el español en torear con tersura y así llevarse los olés, pero siendo sinceros Ferrera abusa del pico de la muleta, y sí, muchas veces se justifica el uso del mismo, pero…
¿Hasta dónde se está permitido y hasta dónde es un exceso?
Ferrera proseguía con su labor, tersa, lenta, sentida, pero…siempre la muleta asida de la esquina del estaquillador, provocando las distancias entre ambos cuerpos, tanto que dibujaba en su cuerpo una línea curva. Al final se puso en plan grande y cerró con pases en redondo y tanda por derecha de valía.
Mató de estocada entera, aunque muy trasera para que el juez raudo y veloz sacara los dos pañuelos. Para el astado, arrastre lento.
La afición se entregó al español, agradeciendo su labor tersa y emotiva, pero dejando pasar ciertos detalles, a lo que surge la cuestión:
¿Se lo permitirían a cualquiera?
¿Y si hubiese sido un nacional quien osara hacerlo?
Es difícil aceptarlo, pero muchas veces el pueblo mexicano se toma un jarabito españolado, se lo beben hasta el fondo, éste los hace sesear y ¡Joder qué viva la madre patria! de pronto todo lo acepta, todo lo aplaude, todo lo jalea, dejando a un ladito la vara que lleva consigo para medir a “los otros toreros”.
La primera labor de Ferrera a un toro justo de presencia, tuvo detalles con la capa al llevarlo al capote. Débil fue el astado, el español estuvo empeñoso, pero frente a sí un objeto inmóvil. Algunos derechazos aislados, siempre intentando agradar y a otra cosa. Bajonazo de miedo y el silencio.
Leo Valadez tuvo dos caras distintas esta tarde, la primera sin encontrar el rumbo y la segunda un aguerrido combatiente que se llevó el reconocimiento.
El de Aguascalientes se enfrentó en primera instancia a un astado de Los Encinos con calidad y embestidas francas, al que recibió con largas afaroladas romanceando con las tabas. También de hinojos llegaron las verónicas y el remate. Cumplió en varas el de Los Encinos que a salir fue atento, fijo y se arrancaba de largo a la cita con las tafalleras de cercanías y la revolera.
Valadez colocó banderillas de exposición ganándose las palmas.
Doblándose con el astado se lo llevó a los medios para de pie rematar con un desdén mirando al tendido. Todo estaba conjugado para que el torero realizara su prosa, pero Valadez no le encontró el acomodo a la página, ni el mando a la muleta, simplemente dejándose llegar los pitones a la roja faltando aseo en el trazo.
Una tanda engallada por izquierda para conectar con la afición, hasta el final pases en redondo finos y tersos que le corearon. Mató de entera trasera y a petición del público una oreja.
Para el burel las palmas en el arrastre.
La segunda, fue otra versión de Valadez, el sexto de la función fue un justo de presencia de Los Encinos que al inicio no atendió las capas, luego los lances a pies juntos y el remate con media de manos bajas. Detalles y recortes toreros para llevar al astado al caballo, donde por cierto dominó el micro puyazo.
Las zapopinas con sello propio, el cierre de éstas a manos bajas, Valadez posee yemas de finura. Alegrías, exposición y buena colocación en banderillas por parte del torero.
En el último tercio trincherazos, desdenes y remates por alto para así llevarlo a los medios. Por izquierda Valadez dejó la muleta en los belfos para hacerlo pasar, el cambio de muleta y quedándose en la lucha. La faena bajó la intensidad y aunque buenos pases fueron a cuenta gotas.
En pos de triunfo se puso de rodillas, perdiendo de vista al astado y a punto estuvo de ser prendido. Mató de entera ligeramente trasera para que se le otorgara un trofeo.
La tarde para Luis David Adame fue cuesta arriba, sin embargo, dejó trazos toreros y detalles de calidad.
La primera labor de Adame fue de entrega, aunque tuvo poco oponente. Chicuelinas antiguas y recortes para llevarlo al piquero donde recibió brevísima puya. Luego zapopinas y recortes.
Con muleta en mano, en los medios, el astado se tardó en embestir, pero finalmente se arrancó a la tela de Luis David quién se lo paso con ayudados por alto, ahí comenzó a mostrar debilidad.
El torero serio y firme, el toro se le quedaba a media altura. Tandas por izquierda tocando a pitón contrario, embarcándolo en su muleta y cuando todo parecía incrementar, el astado doblaba los remos delanteros.
El viento molestaba a Adame que estuvo esforzado, le dejaba la muleta y el astado la olisqueaba en triste escena, en esa lid estaba cuando el astado le prendió por el muslo izquierdo haciéndolo elevarse por varios metros, el susto y a seguir por parte de Adame. De ahí se perdió lo bien hecho al ponerse de rodillas en afán innecesario, lanzando a la arena sus trastos, acto desaprobado y protestado. Mejor se fue por la espada, muchas fallas con ella. El silencio.
Con el quinto lances a pies juntos de Luis David, otra vez el escaso puyazo que ni partió el pelo.
De muleta doblones toreros, la fuerza le escaseaba al de Montecristo. De muleta cuadrada la primera tanda por derecha rematada con el pase de pecho. Prosiguió con lentos por bajo y un trincherazo (ese sí más excelso que otros detalles de la tarde).
Por izquierda siguió, pero sin conectar del todo, los cambios por delante y el remate de pecho. Una tanda más por derecha con muleta cuadrada, los cambios por delante y las palmas a él. Al astado ya le escaseaban las fuerzas, intentó Luis David las poncinas sin mucho eco en el tendido, la labor se vino a menos.
Quiso matar recibiendo, pero falló con la espalda y para él las leves palmas.
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