Crónicas

En Vistalegre… Puerta Grande de Emilio de Justo, tras un recital de toreo puro

Madrid (Vistalegre). Sábado 23 de febrero. Se han lidiado dos toros del Puerto de San Lorenzo (1°, 2°), dos toros de Victorino Martín (3°, 4°) y dos de Parladé (5°, 6°). En líneas generales muy buena presentación en los astados y de juego irregulares. La entrada en los tendidos ha sido de media plaza.

Manuel Jesús El Cid: Silencio, ovación y ovación.

Emilio de Justo: Ovación, ovación y dos orejas.

Detalles:

Al finalizar el paseíllo, se interpretó el Himno de España.

Fueron invitado a saludar El Cid que compartió ovación con Emilio de Justo.

Saludó Morenito de Arlés tras parear al segundo.

Tras finalizar el festejo, Victorino Martín se ha llevado el desafío ganadero, por la lidia de Morisco, numero 96, tercero de la tarde.

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Salió el primero de la tarde del Puerto de San Lorenzo, el cual fue recibido con unas excelentes verónicas por El Cid. En el jaco salió manseando, pero en su segunda vara si empujó bien con la cara colocada muy abajo. En banderillas el toro se avivo. El Cid estuvo fuera de cacho durante toda la faena, pero sobre todo con la mano derecha. Solo pudo lucirse una tanda por el izquierdo. Dejó una estocada baja. Silencio. En el arrastre el toro del Puerto de San Lorenzo fue pitado.

El segundo del Puerto de San Lorenzo fue recibido por Emilio de Justo genuflexionado con rodilla en tierra le recetó un ramillete de verónicas extraordinarias. El astado tiró al caballo al entrar al peto. El tercio de banderillas fue muy bueno, gran labor por los toreros de plata. Emilio le hizo un quité por chicuelinas al paso, ¡Qué bonito! El torero extremeño se puso muy de verdad con el del Puerto de San Lorenzo que le sacó todo lo que tuvo. Entró a matar, pero pinchó y tuvo que utilizar el descabello. Recibió una gran ovación.

El tercer toro de la tarde fue de la ganadería de Victorino Martín que fue ovacionado de salida. El Cid lo recibió con el compás abierto, pero no pudo lucirse con el capote. El astado de Victorino entró bien al caballo con la cara abajo y metiendo los riñones. En el tercio de banderillas fue dificultoso debido al comportamiento del astado. El toro estuvo muy por encima del torero durante toda la faena. Logró unas tandas por el pitón derecho dignas de admiración, que hizo que el respetable reunido aplaudiera con fervor. Por el pitón izquierdo era un toro dificultoso y agrio. Logró una buena estocada que hizo que el público pidiera la petición de oreja, no concedida por el presidente. Ovación para El Cid. El toro fue ovacionado en el arrastre.

El cuarto de la tarde fue de Victorino, muy bravo de salida rematando en todos los burladeros, lo recibió Emilio de Justo con unas buenas verónicas. El astado en el caballo empujó con fuerza y Emilio de Justo lo lució poniéndolo de largo en la segunda entrada, pero el varilarguero lo masacró en varas y el toro lo acusó en el último tercio. En la muleta Emilio de Justo se puso donde los pies queman ante un toro que se vino a menos, pero con un peligro abismal. Emilio fue cogido sin consecuencias logro alguna tanda buena por el derecho y muletazos sueltos con la izquierda de mucho sabor. Entró a matar en varias ocasiones y tuvo que descabellar. Ovación y división de opiniones en el arrastre del astado de Victorino.

El quinto y último toro de El Cid en Vistalegre por su despedida este año en los ruedos. El astado de la ganadería de Parladé salió con muchos pies, pero El Cid le pegó ramillete de verónicas. El toro empujó bien en el caballo. Los toreros de plata se lucieron en el tercio de banderillas. El comienzo de faena fue sin probaturas de El Cid citándolo de largo y llevándolo cosido a la muleta por el pitón derecho, pero el toro tenía mucho recorrido, pero con poca transmisión. Faena aburrida que acabó con una gran estocada que hizo doblar al de Parladé. Recibió una gran ovación por su despedida.

El último toro de la tarde del hierro de Parladé cayó en suerte para Emilio de Justo, que lo templó de salida con verónicas cadenciosas a pies juntos. El astado entró al caballo, pero perdió los pies y el público lo rechazó. Emilio de Justo tuvo fe en el astado y le hizo un quite por chicuelinas a manos bajas. La faena fue imperial, el torero se puso como se ponen las figuras, dando el pecho y pasándoselo por la femoral, recitando tandas por ambos pitones al relentín y rematándolo con pases de pecho con mucha torería. Puso la plaza en pie. Entró a matar o morir y dejo una gran estocada que hizo que el público pidiera las dos orejas que fueron concedidas del tirón por el presidente.

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@_tauromaquia_si

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