En Monterrey… El juez hizo triunfador a Pablo, salió en hombros con Sergio Garza
En la Plaza de Toros Monumental Monterrey en punto de las 16:36 horas sonaron parches y metales para que los matadores y el rejoneador partieran plaza, ante un poco más de dos tercios de plaza; se lidiaron dos toros para rejones de la ganadería Montecristo, uno de ellos mostró mansedumbre y falta de casta; seis de Teófilo Gómez, han resultado mansos, sobre todo dos, todos en su conjunto pequeños, incluso séptimo fue abucheado por ser el más pequeño.
Pablo Hermoso: Silencio y dos orejas protestadas.
Sebastian Castella: Palmas y palmas.
Ernesto Javier El Calita: Vuelta al ruedo con fuerte petición de oreja y silencio.
Sergio Garza: Palmas y dos orejas
Detalles:
Se retira de los ruedos el picador Ricardo Gaytán ante una fuerte ovación por parte de los asistentes y de sus compañeros.
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La gente ha dejado ver que en Nuevo León hay afición, sin embargo, también dejó muy en claro que ya se cansaron de ver tan reiterativamente a estos toreros extranjeros en su plaza que se repiten mucho y no tienen nada nuevo que ofrecer.
La gran afición neolonesa quiere ver rostros nuevos y con sed de ser toreros; jóvenes toreros que tengan cualidades, y formar sus ídolos, que hace mucho no han podido tener.
Igualmente, la gente esta cansada del señor juez, por aprobar en más de las ocasiones astados muy chicos, por tal motivo el día de hoy arremetieron con él, sobretodo al haber aprobado a juicio de los presentes, un animalito tan anovillado que no se podía esconder el descaro del representante de la autoridad en su aprobación.
Cito textual lo que le gritaron al señor Juez :
“¡Qué vergüenza señor juez, que bonita novillada!” “¡Qué buena novillada!”. También los asistentes se molestaron al regalarle al rejoneador dos orejas que no tuvieron sustento, y por ello, le han gritado unánimemente: “¡Juez vendido!”.
Pablo ya con su gran experiencia en los ruedos supo como estar al gusto de la gente a pesar de que su primer toro fuera soso y desinteresado de su cabalgadura, por tal motivo el rejoneador tuvo que estar acercando mucho sus caballos a la cara del toro para que este le pudiera embestir y de esta manera poder cautivar a la gente tornasole con la grupa, así como con los cuartos traseros de su cabalgadura.
Sin embargo, antes de terminar con su faena deleito a los asistentes con banderillas al son del corrido de Monterrey y por supuesto demostrando lo gran jinete que es, desafortunadamente no tuvo suerte con el rejón de muerte y dejó en el segundo intento un pinchazo en sitio, aun así el burel no cayó a la arena por lo que decidió solicitar permiso para descabellar y lo hizo hasta el segundo intento.
Con el quinto de la tarde, un toro definitivamente diferente a su hermano, con casta con embestidas hacia los caballos, permitió que Pablo se luciera con su cuadra, ya que este se dejó torear, mas cómodo en ocasiones hasta en peligro pero sin consecuencia.
No fue hasta que se lo llevó toreado por todo el redondel con los cuartos traseros y recortando por tablas cuando este hace que la gente entre en euforia y quiera ver más de lo que realizaba en el ruedo.
Continuó con piruetas en la cara del toro así como con su toreo por la grupa dejando que el toro le llegara cerca para que el público se emocionara; enseguida al cambiar de cabalgadura sale con una flor la que le colocó al toro en todo lo alto y al parecer con un propósito, se adorna con el pase del teléfono, después de esto se amarra a su equino para colocar un par de banderilla ya como ultimo propósito de la faena.
Pone el toque final con un rejón de muerte trasero que los asistentes no lograron observar debido a que este se perdía por la flor que anteriormente ya había colocado.
El toro dobla rápido a la arena y el público emocionado lo ovaciona, mientras que el juez más eufórico decidió regalarle las dos orejas. Lo demás ya es historia, el repruebo generalizado.
El turno del segundo de la tarde llegó y lo recibió, Castella, por verónicas con largueza para probar la embestida del bovino, continuó con cuatro más y se adornó con el recorte soltando el capote de una mano.
En el turno de la tela roja la inicia con la izquierda por doblones rematando con el de pecho. La faena prosiguió con la derecha para probar suerte, sin embargo, el toro se quedaba corto por lo cual regresó al lado natural mostrando siempre su torería y clase, lo cual el público le reconoció con los fuertes ¡Olés! que en múltiples ocasiones se escucharon.
Para su mala fortuna su faena no la terminó de la manera que hubiese querido, ya que dejó el acero ligeramente trasero lo cual impidió que el astado cayera rápido a la arena, teniendo que escuchar un aviso.
Con el sexto de la tarde, un toro soso al que recibió por verónicas suaves recortando con una hermosa media verónica. Con la muleta, mostró su gran agilidad con la misma volviendo a demostrar que es un gran torero, que pudo entender el defecto que traía el bovino, y así poder realizarle pases que estuvieron al gusto del público.
De nuevo se escuchó la euforia de verlo torear, en alguna ocasión el toro quiso hacer por él pero el buen Castella lo supo resolver toreramente. Para su mala fortuna esta vez no tuvo suerte en ninguno de sus toros con la espada, ya que con este dejó el estoque trasero y caído, por lo que decidió ir rápidamente por el descabello y ponerle punto final en el segundo intento.
El turno de Ernesto Javier Calita llegó con el tercero de tarde, el cual fue un toro manso que no le permitió hacer mucho. Aún así, el torero no perdió la voluntad y entrega, y supo realizarle pases de muchísima valía, por la derecha y con naturales, así como remate de pecho.
Al momento de terminar con lo realizado en el ruedo dejó un estoque tendido y ligeramente delantero, aun así el toro cayó a la arena sin necesidad de puntilla.
El público a pesar de la estocada le reconoció su indiscutible entrega, por lo que tuvo hasta una importante petición de oreja, que el señor juez como máxima autoridad no quiso conceder.
Por tal motivo todas las personas presentes volvieron abuchear al juez y reconocieron al gran torero con la vuelta al ruedo que le solicitaron diera.
Ernesto Javier, con el último de su lote, el cual fue abucheado en cuanto piso la arena debido a su pequeñísimo tamaño; sin embargo, el juez no quiso regresarlo a pesar de lo que escuchaban sus oídos abrumados.
El torero tuvo que sobreponerse ante esta situación y saludó a su enemigo con una larga cambiada pegado a tablas, para enseguida seguir por verónicas y terminar adornándose con una media. En el tercer tercio inició por derechazos con mucha torería, aun así quiso demostrar que es un buen torero y probó por naturales con remates de trinchera. Culminó su faena con un pinchazo hondo y tendido.
Sergio Garza, tanto en el cuarto de la tarde como con el cierra plaza realizó lo mismo. Se fue en ambos a recibirlos a los medios con diferencia de que al primero solo pudo concretarlo con una larga cambiada, mientras que con el segundo consiguió dos, para continuar con chicuelinas y verónicas.
El mismo realizó el segundo tercio a sus dos toros lo cual el público eufórico le reconoció y le gustó. Con la tela roja es un muchacho con mucho valor y con muchas ganas de querer ser un gran torero, aun así lo que tal vez le falta con la muleta es tener mas creatividad, más imaginación como con el capote. Algo que haga que provoque emocionar, ¡vamos! poner la piel de gallina al verlo torear.
Al concluir con la faena de su primero dejó un pinchazo hondo, optando por el descabello después de haber escuchado un aviso.
Con el último de su lote, dejó el acero entero consiguiendo fuerte petición de publico y el juez le otorgó una oreja, no obstante, hubo fuerte petición por la segunda que el juez muy amablemente otorgó.
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