En Acho… Deslucida novillada de Checayani, vuelta al ruedo de Arturo Gilio
Bicentenaria Plaza de Acho de Lima (Perú) domingo 28 de octubre del 2018. Cielo con tenue brillo solar cubrió más de media entrada del emblemático coso limeño, lo que para esta novillada que abrió la Feria del Señor de los Milagros no nos parece mal, todo lo contrario. Se ha lidiado un encierro de Checayani, muy mansos, desrazados, rajados y que no ofrecieron mayores cualidades para la lidia, pero sí una cuota de peligro sordo; no obstante, destacaron el 3ero. y el 5to., respectivamente.
David Bolsico: Palmas y palmas.
Álvaro Passalacqua: Silencio y palmas.
Arturo Gilio: Vuelta al ruedo y palmas.
Detalles:
La terna de novilleros hicieron desmonterados el paseíllo.
Buena entrada lució el coso más que bicentenario.
El banderillero Alex Matamoros resultó cogido por el segundo novillo lidiado por Álvaro Passalacqua, que le causó heridas de 15 centímetros en la axila derecha, siendo operado satisfactoriamente en la misma plaza.
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Rafael Gómez El Gallo acotaba que solo hay dos tipos de toros, aquellos que pueden y los que no.
Pues hoy de lo que fue la buena ganadería fundada por el ingeniero Macedo ya casi no se mostró nada que no haya sido mansedumbre y falta de casta en el desrazado encierro de novillos que estuvieron en tipo y buena presencia pero sin nada por dentro, llegando a complicar y ser, en cierto modo, hasta peligrosos en las manos aún insolventes de los jóvenes toreros.
Gallumbos en toda la extensión de la palabra los pupilos de Checayani. Los mansos como estos que son inciertos, se resisten a acometer y llevan peligro al sentirse invadidos.
Así las cosas, los novilleros mostraron actitud y querer dejarse ver en Acho.
David Bolsico, de azul marino y oro, recibió a Lonjo novillo negro como todos sus hermanos, de 380 kilos que no se emplea en los primeros capotazos. En la muleta se le cuela al segundo cite. No tiene un pase por el derecho por donde es muy reservón. Intenta cruzarse al pitón contrario, remata con la cara arriba el novillo cuando antes se quedaba corto. Imposible.
Con su segundo que salió cuarto y que tuvo el defecto de retrasar la embestida fue otro que embiste incierto, sin fijazón clara adónde querer embestir, si al engaño o al bulto. Terminó rajado. Luego casi hace pasar otro susto al novillero español cuando lo porfiaba a la altura del 13. Estocada cruzada, aviso.
Había expectativa y controversia por el anuncio del paisano, Álvaro Passalacqua, de impecable sangre de toro y oro, lo cierto que el novillero forjado bajo la tutela del maestro Fernando Cámara, trató de darse a conocer en su tierra de origen y ante sus connacionales pero conforme el común denominador de la tarde, no tuvo en su priner oponente mayor colaboración, reservón y tardo –a éstos se les incita cruzándoselos– Le propinó una cornada al de plata Alex Matamoros cuando al salir de parear trastabilla y queda a merced recibiendo hiriéndolo en la axila. Luego que con su segundo, el salido quinto, pudo pegarle algunos pases (los puristas señalarán a éstos como mantazos) pero sin mayor acople.
Dejó, pese a ello, uno que otro de buen trazo como aquellos por la izquierda. En dos ocasiones el manso de le revuelve pronto y en una casi lo vimos cogido. Careció de mando y sometimiento ante un novillo que pedía ser lidiado, por lo menos no pudo hacer más de lo que su entendible poco rodaje le permitiera (debutaba con caballos). Para otra vez será.
El mexicano Arturo Gilio, de cobalto y plata, vino acompañado por su padre, el matador de igual nombre. Variado en el capote tanto al recibo como en los quites. Con el tercero que fue incierto de inicio para luego prodigarse con desplazamiento pero manteniendo el defecto de pegar tornillazos, estuve firme con él este joven torero azteca. Mostrando capacidad y actitud.
Arrancó palmas del público que había caído en cierto desinterés luego de unas manoletinas antes de despachar al novillo con estocada entera y tendida de rápido efecto. Vuelta al ruedo premia lo ofrecido.
Con el que cerraba tarde se diluyeron las intenciones. Mas todavía, no intentó porfiarlo para poder ligarlo. Media estocada tendida y atravesada.
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