En Monterrey… Ricardo De Santiago sale triunfador

28 septiembre 2018 Carolina Reyna

La noche de hoy 28 de septiembre en la Monumental Monterrey, ante una entrada poco menos de un tercio se celebró la cuarta novillada del certamen Soñadores de Gloria, con novillos de Enrique Fraga, disparejamente presentados, sólo el cuarto resultó lo mejor de la noche al presentar casta; los demás han mostrado mansedumbre y debilidad.

Ricardo De Santiago: Palmas tras aviso y dos orejas.

Pedro Bilbao: Palmas tras aviso y palmas.

Jorge Rico: Palmas y palmas.

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Salió el que abrió plaza, el de menor catadura enseñando una evidente invalidez que apreció el poco público presente provocandole esto una seria molesta. Este novillo le perteneció a Ricardo de Santiago novillero que se le vieron evidentes ganas de querer sobresalir entre sus alternantes. A eso vino desde San Luis Potosí.

Al primero de su lote lo saludo por verónicas ceñidas las cuales por su cadencia resultaron del agrado de los asistentes, para posteriormente recortar con una media tan ajustada como había sido el saludo capotero. Después de la suerte de varas, decidió imponer con voluntad y entrega el segundo tercio; hacía tiempo casi inmemorial, que no lo cubrirá un novillero, lo que resulta de mucha emoción para la gente.

Con la muleta, en el momento de terminar su primera tanda, la falta de fuerza del novillo se hizo más notoria, ya que rodó a la arena y tardó el suficiente tiempo para que se repusiera y el público incrementara su molestia. Tras este hecho, De Santiago, supo como resolver este ostensible defecto del debilucho, por lo que comenzó a dejarle el engaño a media altura, evitando por consecuencia necesaria que se derrumbara, así como adornarse nada más le embestía el burel, con el fin de que la gente se tratara de olvidar de lo sucedido.

El turno del estoque llegó, para la mala fortuna del novillero potosino no pudo estar certero, dos pinchazos que ni partieron pelo; pero el bovino, justo por su descastamiento y debilidad manifiestas, después de esos dos pinchazos prefirió claudicar y se echó a la arena.

El tercero de la noche, a diferencia de sus hermanos fue el rescatable del festejo, ya que mostró casta, que sus hermanos no tuvieron. Por lo que De Santiago y su inteligencia supieron aprovechar muy bien. Lo recibió cerca de tablas con dos largas cambiadas para continuar con verónicas y después del turno de varas realizó un quite contundente, lo que como era de esperarse, de inmediato hizo escuchar los ¡olés! del respetable.

Con el trapo rojo, al contrario del primero de su lote, le pudo sacar muchos pases de gran valía, ya que este le permitió que iniciara el último tercio de hinojos en los medios sin derrumbarse, para posteriormente incorporarse y realizar un remate de pecho que ya impactó a los ahí convocados.

Sin embargo, el asunto no termino ahí, ya que este gran novillo (un tanto pequeño) le permitió al novillero, realizar importantes tandas tanto por naturales como por derechazos que fueron muy sentidos y el público así lo percibió.

Al momento de perfilarse a matar decide citar al novillo sin moverse para que fuera una estocada al encuentro, quedando entero el acero. El encastado novillo continuó por varios minutos resistiéndose a doblar. Tras caer en la arena regiomontana, el público de inmediato pidió las merecidas orejas, que paseó por el redondel con la satisfacción que otorga la inquebrantable voluntad y apasionada entrega.

El hidrocálido Pedro Bilbao, con el segundo de la noche dejó una importante actuación, todo inició con el saludo capotero, verónicas jugando los brazos moviendo con ritmo la cintura, que fueron bien hechas, pero, el pero que luego aparece fue ver a un novillo pequeño.

El ultimo tercio, Bilbao de Aguascalientes, decidió comenzar en los medios para consumar un péndulo y posteriormente continuar por derechazos. Igualmente la mano izquierda pasó lista, y realizó en resumen una faena correcta, pasándose al bovino por ambas manos con voluntad y entrega, lo que tuvo el reconocimiento del público.

Desafortunadamente no hubo mucha suerte con el acero, ya que, después de dejar un estoque tendido, tuvo que ir por el descabello para culminar su faena con el primer intento que fue certero.

Con el último de su lote, al que decidió recibir en los medios, lo consigue y el astado fue pronto al acudir, por ende no le permitió al novillero reponerse y es por eso que los lance que le realizó acabaron siendo un tanto deslucidos.

En el engaño rojo, el novillo buscaba afanoso en, Bilbao, mando y entendimiento, pero el joven de Aguascalientes, se le vio en ocasiones rebasado, ya que tuvo desarmes. Tenía que dominarlo para imponerse y extraer el toreo lento que pretendía, pero no se impuso, no pudo concretar su objetivo, para otra ocasión será.

El novillero español nacido en Alicante, Jorge Rico, no tuvo mucha suerte con el lote que le correspondió esta noche, ya que su primero fue complicado, tiraba derrotes producto de su evidente mansedumbre; sin embargo, no se deja de reconocer que a pesar de ese defecto, el alicantino le supo extraer pases de mucho valía y que el público le aplaudió.

El turno del cierra plaza llegó, al que saludó pegado a tablas con verónicas interminables. En el turno de varas el novillo entro dos veces al caballo en ambas empujando.

Y, que cae un gran diluvio, y aún así el alicantino siguió su faena firme sin inmutarse. La gente agradeciendo esa voluntad inquebrantable, se quedó a verle en los tendidos, así como en los palcos a donde muchos se refugiaron de la pertinaz lluvia, y esto fue consecuencia de que interesó el muchacho venido de ultramar.

A pesar de que no tuvo suerte con la espada, el público le supo reconocer su valor, decisión y dedicación al estar jugándose la vida en el ruedo regiomontano, sin arredrarse porque la arena tenía muchos charcos. Bien por Jorge Rico, quien vino a mostrar pasión y entrega.

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