En Monterrey… Efusivo debut del Glison Junior

14 septiembre 2018 Carolina Reyna

La noche del día de hoy, viernes 14 de Septiembre de 2018, en la Plaza de Toros Monumental Monterrey, se llevó a cabo la segunda novillada del certamen. Con más de un cuarto de plaza se ha lidiado un encierro bien presentado de la ganadería Marrón, con excepción del segundo, ya que en comparación de sus hermanos fue el pequeño; ha hecho acto de presencia, como es habitual en esta ganadería, la mansedumbre y descastamiento.

Héctor Gutiérrez: Ovación y ovación.

Cayetano Delgado: Oreja protestada y palmas de su porra.

Jorge de Jesús El Glison Jr: Palmas tras aviso y oreja.

Detalles:

Fue ovación el picador Eduardo Rivera.

Al término del cuarto toro, se retiran tres picadores y dos banderilleros, por lo cual solo quedó un picador y dos subalternos para apoyo para el quinto y sexto toro.

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Gutiérrez, nacido en la tierra de la gente buena, Aguascalientes, con el abre plaza de la noche, un novillo manso, descastado, reticente en su andar, prácticamente no lo dejó hacer mucho, no obstante, el voluntarioso novillero porfía conforme fue avanzando la lidia. Con el capote no pudo acomodarse por completo, por lo que fue preferible que salieran los caballos para que se llevara a cabo la suerte de varas; posterior a esto el oriundo de Aguascalientes decidió realizar un quite por chicuelinas que han resultado del agrado del público presente.

El turno de la muleta llegó, muy alegre al inicio de la faena en donde le pudo sacar dos esforzadas tandas completas y muy bien correspondidas por la audiencia. Lamentablemente, en medio de la voluntad del joven, aparece con notoria evidencia la mansedumbre, pero sobre todo, el descastamientos del novillo, y se viene abajo. Héctor no se amilana, y comienza a tirar del utrero extrayendo pases meritorios con la muleta. Al darse cuenta de la negativa de embestir, decide abreviar y culmina dejando un estoque entero. Por lo realizado tras sucumbir el novillo, los asistentes le reconocieron su esfuerzo, entrega y compromiso.

Sale a la arena el segundo de su lote ,un novillo que a diferencia de su hermano tuvo poco más movilidad y mejor transmisión para que Gutierrez pudiera lucirse, quien con aguante y clase lo supo lidiar tanto con el capote, así como con la muleta, en donde demostró que en el tiempo que lleva de novillero, sabe entender y comprender que es lo que un novillo requiere para poder sacarle pases y cómo también llegarle a la gente. Lo recibe con una larga cambiada pegado a tablas, lo que hizo que de ipso facto la gente pusiera los ojos en él, y siguiera con atención los lances a la verónica que fueron apareciendo con notable voluntad.

Con la tela roja, realizó series de mucho valor tanto por la templada derecha, así como por naturales que arrancaron de inmediato los rotundos ¡Olés!, de quienes presenciaron el festejo en lo que fue una noche húmeda. Para su mala suerte no pudo dejar un acero como mandan los cánones, un pinchazo hondo fue más que suficiente para que el novillo cayera a la arena y el público hiciera la petición de oreja, que una vez más, el desobediente señor juez, hizo de las suyas actuando como público y no como autoridad, y desoyendo la orden del respetable, no la otorgó.

Algo habrá que hacer para renovar a una autoridad que no es autoridad.

Delgado, sin duda un novillero con valor pero a quien aún le falta experiencia para sustentar las poses poco comedidas con las que se mueve.

¡Si! estoy de acuerdo que hay que sentirse torero en todo momento, disfrutarlo, gozarlo, pero con argumentos, no con actitudes que no le llevará a ningún buen puerto, y fundamentalmente, respetar al público, que es el que manda en este mágico espectáculo.

El joven de Monterrey, con el primero de su lote, el más chico de todo el encierro, no se le vio realizar alguna cosa diferente de las que ya estamos acostumbrados a verle cada que torea aquí en Monterrey, su toreo está estereotipado, y no muestra un avance importante.

Si bien era un novillo con peligro, se le veían las dudas con este novillo, para poder imponerse. Se le vio el pasito hacia atrás cuando daba algún capotazo o algún muletazo. El turno de perfilarse a matar llegó y dejó una espada trasera y tendida, y como el joven llevaba porra tras la insistente petición de su gente le otorga la oreja. Oreja que fue abucheada por todos los demás asistentes y aun así decidió tomar la oreja y dar la vuelta.

Ojalá y no le equivoque este apéndice que no sustenta nada.

Con el segundo de la noche decide irse a los medio para pegarle una larga cambiado sin mucho éxito, ya que no salió limpia, para continuar por verónicas y recortar con revolera. Después se vio tan, pero tan mal, al cruzar palabras con quienes lo habían abucheado cuando se dirigía a los medios. Sería importante, que entendiera, que a la gente se le convence toreando con convicción no respondiéndole ni retándola.

En la muleta, comienza a pies juntos para continuar por naturales que si fueron bien ejecutados, pero después de lo que había hecho, parte del publico ya no queso verle ni reconocerle. Decide ir por el acero y después de tres pinchazos, deja un estoque entero pero de nuevo trasero y tendido. El notorio repruebo del público no se hizo esperar cuando tras caer el novillo se dirigió al callejón, sólo se escucharon las palmas de su porra.

El Glison Jr, mucha gente a pesar de la lluvia y de ser el último espada se quedó hasta el final para verle.

Con el primero de su lote, un novillo complicado, ya que nunca dejaba de andar, es decir, no se podía quedar parado porque trataba de buscar la salida, inició inesperadamente, con un salto como recortador, para después dirigirse por el capote y comenzarlo a torear por verónicas flexionándola una pierna para que esta se viera más larga de su trayectoria común, y le ayudara a recoger la huidiza embestida.

Es oportuno sugerirle a El Glison Jr., que si ya decidió ser novillero, deje atrás las épocas de recortador, una vez es novedad hacer ese salto, después se verá fuera de cacho.

Con la tela roja, aprovechó que el novillo seguía andarín y hábilmente le llevó toreado en redondo, por ambas manos, y antes de finalizar su faena combinó pases con rodillas en tierra, en done la gente se entusiasmó y le reconoció el valor y la entrega en su debut. Desafortunadamente, no tuvo mucha suerte con la espada porque aparecieron varios intentos de metisaca y hasta un estoque que cala al astado, finalmente, dejó una espada entera pero ligeramente caída.

El cierra plaza sale a la arena y la intención del Glison Jr era brincarlo con un garrote no lo logra en la primera salida al ruedo, menciono esto, por que el novillo se regreso a chiqueros y volvió a salir con gran galope para que el debutante pudiera realizar la suerte.

Con el capote volvió a realizar jocosos pases que fueron del agrado de los respetables, y se vio de inmediato que heredó la manera de torear de su padre. Decidió colocar banderillas invitando al novillero regio después de todo el escándalo que se vivió en el quinto novillo.

Con la muleta, el joven Junior, realizó tandas por naturales muy suaves y lentas que el novillo le permitía, pero de repente este se empezó a quedar parado y se vio obligado a robarle literalmente los pases, esto es, lo obligó a pasar, para poder culminar sus series.

Terminó dejando un estoque entero ligeramente caído. El novillo tardó en caer y cuando este comienza a doblar sus patas le suenan el aviso, que el juez intento detener, pero fue demasiado tarde. Petición y oreja a la entusiasta presentación del Glison Jr, quien debe buscar ser mismo y no una copia de su señor padre.

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