En La Esperanza…emoción y arte en la 2da. fecha del IV Festival de Aficionados

20 agosto 2018 Martín Campos

El pasado sábado 18 de Agosto, se llevó a cabo en el Fundo La Esperanza, del distrito limeño de Pachacámac, la segunda fecha del IV Festival Taurino que organiza la Asociación de Toreros Aficionados, ATA.

Jornada desarrollada con buena asistencia de público aficionado que disfrutó ─muchos con la familia en pleno como ya es habitual─ de una tarde de toreo donde hubo de todo: emoción, angustia, arte y entrega brindado por cada uno de los actuantes.

La fecha fue dedicada para rendir justo y merecido homenaje a uno de los fundadores de la ATA, como es don Alfonso Simpson Bustamante, padre y abuelo de toreros aficionados y del matador Alfonso de Lima.

Otro aspecto resaltante fue el debut de la ganadería San Lorenzo, propiedad del criador Lorenzo Luyo Villa que envió un encierro de becerras de muy alta factura. Qué gran síntoma y qué bueno es apreciar que la gente aplauda a las vacas cuando éstas se arrancan al encuentro con los picadores. Como también es digno de elogio la excelente iniciativa del taller para aprender los fundamentos de la suerte de varas que está desarrollando el varilarguero Santiago Reyes Yaco II, dentro del certamen. Cosas que fomentan afición y además instruyen del por qué de cada componente dentro de la lidia de un toro en el ruedo. Así, paso a paso, conforme la gente conozca y se difundan estos fundamentos, mantendremos la esperanza de que hechos tan condenables, como los acaecidos recientemente en la localidad de Cangallo, (donde se tuvo que cancelar la feria por las agresiones contra los varilargueros y banderilleros) terminen finalmente siendo erradicados de nuestros pueblos.

La fecha sabatina en el espléndido cortijo de La Esperanza, propiedad del altruista Tito Fernández, se dividió en dos series. La primera a las dos de la tarde con el paseíllo de Luis Herencia, Pablo Gómez, Máximo Valdivieso y Ayrton Laura Taboada. La segunda, a las seis, con la actuación de Giancarlo Quispe, el debutante Fernando Rubio, Giancarlo Guzmán y José Ignacio Bullard.

En la primera serie disputaron el primer lugar Luis Herencia y Ayrton Laura que fue el ganador. En la segunda serie la cosa estuvo menos reñida pues Giancarlo Guzmán se impuso finalmente también como triunfador de la fecha.

Asistieron en la brega los matadores Emilio Serna y Claudio Ronge, mientras que remataron las becerras los jóvenes Gregorio Morales, alumno de Chalhuanca y José Antonio Tapia, de Huaraz.

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Lucho Herencia cuajó quizás la que fue la faena más limpia de la tarde, en base a una buena colocación y saber conducir la embestida de la noble becerra que salió por delante y que acusó ser justita de manos. Con ella, el representante de Huaral, se sintió a gusto y gustó ya desde el recibo con ese saludo capotero muy asentado. Un poco de transmisión para redondearlo todo hubiera puesto difícil la decisión del jurado.

El drama lo marcó el turno de Pablo Gómez quien sorteó la más complicada del lote que iba muy cruzada y tenía un lado derecho imposible. Al no poderle prender la embestida, fue arrollado de fea forma en dos ocasiones ante la angustia de todos. Para destacar, la vergüenza torera para volver a la cara de la vaca visiblemente conmocionado y terminar su faena.

Máximo Valdivieso, que volvía luego de unos años, solventó las exigencias de una vaca complicada, que venía recostadita. Para tocarle las teclas tal como le supo hacer.

Ayrton Laura, fue el ganador de la etapa, al realizar una faena que fue de menos a más por la condición de su vaca que fue brava pero igual de exigente y complicada que sus hermanas, con un pitón derecho menos potable y por la que se vencía. Pero fue a más y cambió para bien luego de ser picada. Laura se dobla torero con ella y principia una faena llena de transmisión, corrigiendo los defectos de la castaña y llevándola toreada en cada muletazo. Faena importante del joven representante ayacuchano, que le valió ser declarado ganador de la primera serie.

En el receso, hubo un vistoso y celebrado espectáculo de recortadores a cargo de los Hermanos Vergara provenientes de la taurina Huanta.

La segunda serie se inicia con la actuación del aficionado práctico Giancarlo Quispe, representante de otra localidad eminentemente taurina como es Palca. Lástima que la vaca careció de fuerza, salió escupida del caballo y se vino a menos.

Fernando Rubio quien debutaba en La Esperanza y en este tipo de festejos, pues no desentonó y por el contrario sorprendió gratamente a la parroquia. Desde el saludo con el capote estuvo acoplado con su muy buena becerra y en la muleta cumplió con solvencia y buenas maneras.

Por demás rotunda la actuación de Giancarlo Guzmán quien pese a un inicio sin acople con el percal, compuso luego una faena cuajada llena de empaque, arte y duende. Cuenta de ello lo dan las series de muletazos por ambos pitones que entregó plenos de hondura y sentimiento como así en cada desplante muy torero de cara al tendido que retribuyó con unánimes olés. Merecido triunfador de su serie como de la fecha.

Cerró plaza el inagotable gestor de la casa, José Ignacio Bullard, esta vez con una vaca muy poco colaboradora, abrigada prontamente en la querencia y a la que le cuesta tomar los engaños. La recibió muy torero rodillas en tierra y con oficio la fue porfiando en sus terrenos. Pese a todo, supo recoger una gran ovación por parte de los asistentes.

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