En Madrid… Vuelta para Abel Robles y unos señores novillos de Doña Dolores
Las Ventas, 17 de agosto. Novillada nocturna. Un cuarto de entrada. Con novillos de Dolores Aguirre, muy bien presentados, bravos, encastados y de buen juego.
Javier Velázquez: Pitos y pitos.
José Manuel: Ovación y herido.
Abel Robles: Vuelta al ruedo tras leve petición y saludos tras aviso.
Detalles:
Tras ser cogido por el quinto al novillero, José Manuel, se le atendió en la enfermería de contusiones múltiples pendientes de estudio radiológico. Pronóstico reservado.
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Abría plaza Javier Velázquez ante un novillo bien hecho. Fue noble durante toda la lidia, por decir algo, ya que hubo de todo menos lidia. El recibimiento capotero fue demasiado exigente, en el caballo no se hicieron las cosas correctas y en la muleta tampoco se mostró con naturalidad. Los pitos en la plaza fueron unánimes.
El cuarto, nuevamente para Velázquez, estuvo muy por encima del novillero durante todos los compases. En varas arreó fuertemente, incluso derribando al caballo en el primero puyazo. Más tarde en banderillas los subalternos lidiaron con buen son. Siguiendo su comportamiento, en el tercio de faena se mostró con repetición, ritmo y clase, pero el novillero no pudo con él y no consiguió conectar. En suma, perdió una gran oportunidad con un astado que le vino grande. Bravo novillo, ya que sus acometidas gozaban de clase y casta.
El segundo de la noche, para José Manuel, resultó bravo desde los inicios, acudiendo al caballo con fijeza y determinación en ambos puyazos. Tampoco dio problemas en banderillas y la lidia fue correcta. Siguió la tónica general en banderillas, y más tarde, en el tercio de muleta exigió.
Jose Manuel tuvo que poner mucho de su parte para poner conectar con el astado, pues había materia prima y la tenía que aprovechar. Supo cuajar el toro por ambas manos y dejar patente su buena actitud. En los últimos compases de la faena perdió fuerza, pero en líneas generales, salió un buen novillo. Tuvo poca fortuna con los aceros el joven.
El quinto de la noche fue recibido con mucha entrega por parte del novillero. La verónica con el capote y posteriormente en la muleta. En dicha suerte, toreó por ambos pitones con temple y quietud. Desafortunadamente fue prendido al dar un pase de pecho. Tuvo que ser trasladado a la enfermería.
El tercero, para Abel Robles, fue un ejemplar de buenas hechuras y seriedad. Mostró su actitud de querer triunfar desde el principio, con unos capotazos con la pierna por delante. El animal peleó en el caballo. Comenzó la faena pasándose al novillo por la espalda, despertando aún más el interés de los espectadores. EL mejor pitón fue el izquierdo, condición que aprovechó el novillero para torear al natural. La estocada sin embargo fue caída y la petición se menguó quedándose así en vuelta al ruedo.
Siguiendo la tónica de la novillada, el sexto de la noche se empleó correctamente en varas, para más tarde cumplir nuevamente en banderillas y acudir con mucho son al embroque. Robles se lo llevó a donde quiso y supo equilibrar ambas manos. El novillo fue la guinda a la presentación de hoy, ya que se lució y dejó patente que los animales habían venido con fuerza y bravura al ruedo madrileño.
En conclusión, la novillada de hoy estuvo marcada por los tercios de varas, en donde se demostró la fuerza de los astados, y se reafirmó la importancia de tal compás. El cartel fue algo más deslucido, ya que Velázquez no supo entender la condición del toro, y en líneas generales, los novillos estuvieron por encima de los comparecientes. ¡Viva la Fiesta!
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