En Huesca… Triple puertas grandes en la despedida de Padilla

13 agosto 2018 Philippe Gil Mir

Huesca. Lunes 13 de agosto de 2018. Cuarta de la Feria de la Albahaca. Se lidiaron toros de Salvador Domecq (5° bis) bien presentados, nobles y manejables, con falta de raza el tercero. El quinto fue devuelto a los corrales por su falta de fuerzas. Rozando el lleno en los tendidos.

Juan José Padilla: Dos orejas tras aviso y oreja.

Miguel Abellán: Dos orejas y silencio.

David Fandila El Fandi: Palmas y dos orejas con petición de rabo.

Detalles:

Tras el paseíllo, Padilla, que se despedía de la plaza de Huesca, recibió varios homenajes en los prolegómenos de la corrida.

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Con el primero Juan José Padilla, fiel a su estilo, puso en marcha su repertorio para el júbilo del púbico, especialmente de sol, donde lo adoran. Con el capote dio todo tipo de capotazos, adornándose con navarras y serpentinas. Las banderillas que siempre quieren los aficionados pusieron al público de pie. Continuó con la muleta en una labor en la que no faltaron pases de rodillas, circulares, manoletinas y abaniqueos. Mató en los medios de una estocada arriba -igual, la mejor estocada de la feria- y cortó las dos orejas.

En su segundo toro, el cuarto, también Padilla lo dio todo en agradecimiento al cariño de los aficionados, pero esta vez el toro no colaboró tanto. También volvió a lucirse con los palitroques y lo intentó por los dos pitones, y, aunque mató de otra estocada entera arriba, sólo obtuvo una oreja, besando la arena del coso taurino oscense en su despedida y llevándosela al corazón.

Abellán, que toreaba por vez primera en esta temporada, no acusó la falta de tardes, estuvo francamente bien tanto con el capote como con la muleta. Brindó la faena a Juan José Padilla y el madrileño toreó pausado y con elegancia a su primer oponente, al que dosificó a base de darle tiempos y la distancia necesaria. La faena fue a más. También se adornó con molinetes de rodillas al final, para acabar con una estocada casi entera mortal de necesidad. El palco le otorgo en doble trofeo.

El quinto fue devuelto tras partirse una mano que había recibido con una larga de rodilla. Al sobrero lo recibió Abellán con dos largas cambiadas, demostrando que quería volver a ser el triunfador de la feria. Y volvió a demostrar lo buen torero que es en el último tercio con soberbios muletazos en un toreo clásico cargando la suerte. Perdió un rotundo triunfo por los aceros. Pinchó a recibir y dos pinchazos más y descabello. Fue silenciado.

El Fandi, que también es muy querido en los tendidos de sol de las peñas, sacó toda la artillería recibiendo a su oponente de rodillas con una larga afarolada, luego por chicuelinas y serpentinas. Con las banderillas se lució como ya es habitual en él por los recursos físicos tan grandes que tiene. Brindó su labor muleteril al respetable, pero ya con la muleta, no pudo lucirse ante su astado sin clase y remiso a embestir. Mato de un pinchazo y una media estocada en su sitio. Recibió los aplausos de los tendidos.

En el que cerraba plaza volvió El Fandi a intentar no ser menos que sus compañeros y poder acompañarlos por la puerta grande. Desde la salida del toril dio cuanto tenía recibiendo al animal con dos largas cambiadas de rodillas, varias verónicas de rodillas, serpentinas, zapopinas y otros alardes muy vistosos. Otra vez se lucio con los palos con un soberbio par al violín y cun sombrero de las peñas en la otra mano. Brindo su faena al público y luego con la muleta también derrochó pundonor y valentía, toreando mejor por el pitón derecho, de rodillas, con molinetes, faroles y desplantes para el júbilo de los aficionados. Una extraordinaria estocada hizo rodar al astado, al que acabó desorejando.

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