José Ignacio Ramos: “Enfrentarme a los ‘Victorinos’ da más categoría a la celebración”
Hoy domingo 1 de julio, vuelve un héroe, un torero ejemplar y uno de los nombres propios de la historia taurina de Burgos. En escena, José Ignacio Ramos para conmemorar sus 25 años de alternativa. Honores a un torero, a un burgalés que ostenta el record de salidas a hombros en esta plaza. Ahí es nada. Y vuelve con la categoría de quienes atesoran el amor propio como bandera, con el reto personal de dar réplica y triunfar frente a su gente y frente a una ganadería tan exigente como brava: Victorino Martín. José Ignacio Ramos, en pista. Un héroe.
¿Qué siente frente a una cita tan especial como esta?
Responsabilidad, sobre todo eso.
¿Por ser una reaparición, por ser Burgos o por ser frente a Victorino?
Es un cúmulo de las tres cosas. La responsabilidad en esta profesión y en la vida se la crea uno mismo. Volver no es un calentón de un día, es algo que me venía rondando la cabeza desde hace tiempo y quería hacerlo para celebrar mis 25 años de alternativa. Tenía claro que tenía que ser Burgos, mi tierra, por todo lo que me ha dado….Lo de matar una corrida de Victorino Martín ha sido una decisión posterior pero me gusta la idea. Es un aliciente más, un reto más y una forma de darle más categoría a esta celebración.
¿Se dejó en el tintero durante su trayectoria profesional?
Todos los toreros nos dejamos cosas por hacer, incluso la faena soñada nunca llega. Por muchos años que estés en activo, nunca llega, porque el toreo de uno va evolucionando y las sensaciones son siempre nuevas.
¿Le debe algo a Burgos o Burgos a usted?
En Burgos he vivido tardes extraordinarias, el público me quiere y siempre me lo demostró. No hay deudas pendientes, al contrario. Ambas partes tenemos muchas ganas de seguir disfrutando mucho y de poder seguir haciendo historia juntos. Mis recuerdos de Burgos son enormes. Muchas de las grandes faenas de mi carrera fueron en mi tierra y con todo tipo de toros y compañeros.
Su última corrida de toros en activo también fue de Victorino Martín.
Si, fue en Vitoria. Una tarde muy emotiva por muchas cosas. Es una ganadería encastada y exigente pero que todo lo que se hace delante de ella tiene importancia. Me gusta el reto de matar esta corrida y me ilusiona el demostrar la capacidad de poder triunfar delante de una ganadería así y delante de mi gente.
¿Ha cambiado el toreo desde que se retiró usted?
El toreo evoluciona constantemente, es evidente. Cambia el toro, sus tipos, su embestida e incluso la propia técnica de los toreros. Pero hay algo que no cambio y que el público valora: la entrega.
¿Cómo se ha preparado para este compromiso?
Como si tuviera que afrontar una temporada entera de más de cincuenta corridas de toros. No hay otro camino. Desde que me propuse torear esta corrida no he dejado de entrenar, de correr, de preparar el cuerpo y la mente para no defraudar ni al público ni defraudarme a mi mismo. La preparación ha sido muy fuerte porque la responsabilidad es también muy fuerte y la ilusión por triunfar es enorme.
¿Torear en el Coliseo es también otra ilusión para un burgalés como usted?
Por supuesto. Aunque la plaza sigue siendo la misma, es evidente que el edificio y el contexto han dado un giro monumental. La tarde va a ser especial también por eso, porque siempre podré decir que toree en El Plantío y en el Coliseo. Ojalá embista la corrida y pueda dar una buena tarde de toros delante de mi afición y de mi gente.
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