Lo dice Pepe Mata… La madurez de Luis Bolívar
Había pasado poco, muy poco en el aburrido festejo de este martes 5 de junio en Las Ventas; los toros han sido de José Escolar, cinco de ellos buenos -menos el tercero-, sin embargo, sobre todo el primero y cuarto, fueron mal toreados.
Rafaelillo de tanta costumbre que posee por enfrentar a miuras, a todos los toros los trata como si fueran justamente eso…
… miuras; en un toreo a la defensiva y tendrían necesariamente que cambiar de lidia sus oponentes, ante tal agresión.
Fernando Robleño, algo dijo con el segundo pero no ha sido suficiente.
Salió el sexto y con éste, Luis Bolívar, ha estado francamente muy bien y las cosas cambiaron.
Primero, Luis, tras recoger con el capote la embestida del toro con poder; le llevó al caballo, dejándole de largo hasta en tres ocasiones a su ejemplar.
Sin embargo, lo de mayor relevancia, lo que delimitó la diferencia, entre una faena bonita con el ‘bobitoro’ y la faena sólida, contundente, poderosa y sentida con un toro bravo y encastado, la marcó Luis Bolivar.
Luis dejó tres series con la mano izquierda, tan naturales en lo sustantivo, así como en lo adjetivo, diría el Maestro Pepe Alameda.
De trazo largo y sentido, conduciendo a un toro encastado, a consumar series impensables, pero contundentes y trascendentes.
La fina arquitectura de su toreo enseñó la belleza que le otorga el contenido. Tuvo el sustento de su valor natural, la técnica, así como el sentimiento a raudales, consiguiendo que la faena resultara avasalladora y luminosa.
El público lo percibió, y además, sintió la diferencia.
Luis Bolívar, había conquistado a ley la inobjetable admiración de los ahí reunidos; de no haber sido porque falló con el estoque, y dejó tres descabellos, habría paseado un más que merecido trofeo.
No obstante, lo que la espada ha quitado… un trofeo; nunca podrá quitar la admiración y el respeto para un torero que levantó la mano y mostró lo que la grandeza del arte del toreo puede conseguir, a través de una faena con la exquisitez del toreo al natural, fundamentalmente.
¡Qué así prosiga así!, para defender la sólida verdad que le sustenta.
Decía Rubén Darío que buscaba el ritmo cuando él era el ritmo.
Así le ha sucedido a, Luis Bolívar, buscaba el arte, cuando el arte está en su espíritu.
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