En Madrid… Mansa tarde de desafición

29 mayo 2018 Pablo Bielsa

Las Ventas, 29 de mayo. Vigésimo segunda de la Feria de San Isidro. Menos de tres cuartos de entrada. Toros de Torrehandilla, Torreherberos (4º y 6º) y Virgen María (6º bis), bien presentados. Todos de muy parecidas condiciones, mansos y descastados. A destacar el 5º el cual tuvo más movilidad.

Daniel Luque: Ovación y silencio.

David Galván: Ovación y silencio.

Álvaro Lorenzo: Silencio y ovación.

Detalles:

El sexto fue devuelto a los corrales debido a la debilidad y lesión que presentaba.

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Una tarde fría en cuanto a la meteorología, pero fría también por la mansedumbre de los toros lidiados. La terna puso de su parte aunque quizás no todo lo que exigía una tarde en Madrid. Álvaro Lorenzo volvía a una plaza en la cual en su último encuentro, en el Domingo de Resurrección, cortó tres orejas. Se vio plasmada también la falta de recorrido de David Galván, a quien le faltó más lidia. Daniel Luque pudo haber cuajado una faena importante en su primer toro, pero que se vio deslucida por la falta de ritmo.

Con celo aunque algo descompuesto salió el primero de la tarde, para Daniel Luque. Le supo tantear con el capote. Todo fue a mejor en la muleta, donde el torero le sacó tres buenas tandas por el derecho. Al natural también se puso, buscando la buena colocación pero el toro fue exigente. Volvió a cambiar al pitón derecho, consiguiendo bajar más la muleta y el público lo vio. Finalizó con sus famosas luquesinas para tomar los aceros para dejar media estocada con posterior descabello.

Se rajó el cuarto de salida, para Daniel Luque. A pesar de ello, lo toreo en los medios a la verónica. Mansedumbre fue lo que mostró en banderillas, donde con habilidad colocaron los subalternos los palos con una correcta colocación. El torero tuvo que poner todo de su parte para ligar dos pases seguidos, pero lo fundamental de esta fiesta, que es el toro bravo, faltó. El animal cayó al albero generando un notable descontento en el tendido. Tomó pronto los aceros para dejar un pinchazo con posterior estocada entera, aunque algo tendida.

Algo suelto salió el segundo, del que se encargaría David Galván de tantearlo con la capa. Faltó mejor ejecución en la suerte de picar. El brindis fue las el tendido y comenzó la faena de muleta desde el tercio para sacarlo poco a poco a los medios y conseguir una embestida algo desacompasada. El toro acudía pero se deslucía el muletazo al tocar el paño el pitón del animal. No terminó de transmitir debido a la falta de colocación. La condición del astado fue a menos y decidió tomar la espada.

David Galván recibió con una larga de rodillas en el tercio para posteriores verónicas de buen gusto, aunque carentes de verdad. Se fue a los medios a brindar, donde comenzó la faena con pedresinas, con estilo y torería, firme en la verticalidad y aplomo. El público estuvo entregado, tras contemplar buenas tandas pero a las que las faltó una mano un poco más baja. Se intentó colocar pero la embestida del toro tampoco dijo nada. Intentó hacer bernardinas y luego manoletinas pero lo único que consiguió fue un varetazo y el enfado del público. La estocada fue tendida pero suficiente.

Paró en los medios con el capote al tercero de la tarde, para Álvaro Lorenzo. Se fue a los medios brindar el toro el joven torero y el tendido reconoció su entrega. Cuando le bajó la mano el astado mostró su debilidad. Quizás menos brusquedades habrían hecho mantener al astado su escasa condición. Probó al natural en los medios pero faltó armonía en la embestida y por ende en la muleta. Alargó algo que debió haber durado menos. La estocada fue caída.

Con cierta descoordinación en las patas salió el sexto y último de la tarde, al que se enfrentaría Álvaro Lorenzo. El jabonero perdió las manos en dos ocasiones. Tras el segundo par de banderillas el presidente sacó el pañuelo verde, obligando a los mansos a actuar.

De Virgen María era el sobrero, el cual se quejó tras el primer puyazo. La faena no tuvo transmisión y el tendido tampoco estuvo receptivo, cansado de ver siete toros de iguales características. Por el izquierdo se movió mejor. Puso de su parte el joven torero pero los asistentes le pidieron que tomará loa espada pronto. Pinchó de primeras para dejar una estocada entera.

En conclusión, una tarde de las que dicen de desafición. No hubo toros bravos; los toreros lo intentaron. Quizás se tendrían que haber mostrado con las ganas de toreros jóvenes que necesitan de Madrid para mostrar sus sólidos argumentos y así dar continuidad a Nuestra Fiesta y poder seguir diciendo al llegar a casa: “He estado en los toros”.

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