En Madrid… Oreja de peso para Ureña
Las Ventas. 15 de mayo de 2018. Corrida de la Festividad de San Isidro. Prácticamente lleno. Toros de El Puerto de San Lorenzo. Han tenido movilidad y recorrido, resultaron complicados, y propiciaron que las faenas, fueran emocionantes.
David Fandila El Fandi: Silencio y silencio
Paco Ureña: Ovación y oreja
Alberto Lopez Simón: Silencio y silencio
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El Fandi recibió a un primero de la tarde que perdió las manos en repetidas ocasiones durante la lidia. Arreó al caballo tan solo empujando con un pitón. El Director de lidia, como acostumbra, puso banderillas, dejando dos pares magníficos y fallando el tercero en el intento de ponerlas al violín. Comenzó la faena sin conectar apenas con el tendido, y sin gozar de su beneplácito a la hora de dar pases. No existió la emoción en el tercio, pues no supo entender más características del toro, por lo que, sin nada destacable, se fue a por los aceros. La estocada fue algo desprendida.
El segundo del lote del torero de Granada no se empleó en el caballo, y la lidia fue algo desastrosa, formándose así una especie de capea en el ruedo hasta tal punto que fue picado en los terrenos del nueve en el segundo puyazo. Nuevamente El Fandi puso banderillas, sembrando Las Palmas del público. Huidizo fue el comportamiento del toro en la faena, rajándose durante el desarrollo de esta y sin apenas repetir. El torero puso de su parte, pero el público se aburrió en demasía, y lo cierto es que la materia prima adoleció de fuerza y clase en la embestida. Poco se pudo destacar de la faena, pues, marcada también por el viento, imposibilitó el triunfo del torero. Le dio la estocada a los pies del siete.
El segundo de la tarde, para Ureña, fue recibido por él a la verónica de forma muy elegante. No mostró bravura en el caballo, ya que tan solo embistió con un pitón. En banderillas fue facilón y no mostró apenas dificultades. Tras la lidia, Ureña brindaría su actuación a todo el redondel venteño, para más tarde comenzar su labor de menos a más, dejando buenos lances por el pitón izquierdo, con unos naturales muy templados. Levantó al público con una tanda cambiándose de mano y ajustándose mucho al toro. Encontró el equilibrio a mitad de la faena. El toro aguantó en su toreabilidad, pero Ureña le mostró el pecho en repetidas ocasiones. Marchó a por los aceros, y pinchó en repetidas ocasiones, hasta que tuvo que descabellarlo. Recogió una ovación.
Ureña recibiría a un quinto que no quiso saber nada del caballo durante el tercio de varas. Se estrelló en varias ocasiones contra el peto, y en banderillas desarrolló un tercio corto en el tiempo. Los primarios compases de la faena de la mano de Ureña, fueron por el pitón derecho, para finalizar con un buen pase de pecho. Con actitud templada en los terrenos del siete, de empleo para llevárselo a los medios. Al toro le faltaba un punto de fuerza, pero Ureña fue capaz de ligar una tanda aprovechando la repetición y la humillación del astado por su pitón derecho. Se arrimó el diestro, poniendo empeño en exprimir lo que el toro tenía, enseñando el pecho y provocando que el público estuviera entregado. La estocada fue entera, Ureña se tropezó, el público se levantó, y la petición fue unánime desde el inicio.
Lopez Simón torearía en tercer lugar, a un astado que arremetió al caballo algo mejor que sus hermanos. No fue difícil en banderillas. El brindis fue dirigido al público en el día de San Isidro, y comenzó una faena por la mano derecha entre algo de pitos debido a que le faltó arrimarse en ciertos compases. Más tarde consiguió el calor del público, conectando con el, cuando toreó con la mano derecha. Al natural hubo menos sentimiento, y el toro adoleció de ritmo y repetición, por lo que la ligazón fue algo complicado. Finalmente, le dio una media estocada con la que tardó en morir.
El último toro de la tarde fue picado de forma extraordinaria por Tito Sandoval, quien recogió una ovación al acabar el tercio. En banderillas el toro fue rápido en arrancarse y facilitó así el compás. Lopez Simón empezó una faena muy similar a la del primero de su lote. Con poca consistencia, como poniendo ladrillos pero mal puestos, se desarrolló la faena en la que la conexión con el tendido fue escasa al principio. Más tarde la faena fue a más, y Lopez Simón se creció, intentando ligar por la mano derecha, aunque toreando en ocasiones con el pico. Poco más fue lo destacable de la faena, en la que los aficionados, espontáneamente, gritaron ¡Viva España!, o ¡Viva San Isidro!, de forma aleatoria. Cambio la espada para finalizar la corrida de hoy.
En conclusión, los astados de la corrida de hoy han propiciado que las faenas fuesen duraderas y los toreros pudiesen lucirse. Se habrían repartido más orejas de no ser por los aceros. Ureña cortó una oreja de mucho peso, pero se le escapó la puerta grande al fallar con la espada en el primer toro. En resumidas cuentas, la corrida ha sido más encastada de lo que estamos acostumbrado en lo que llevamos de feria. ¡Viva la Fiesta!
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