En Aguascalientes… La tarde de los no
Gran entrada en la Monumental Hidrocálida, octava corrida de la Feria de San Marcos 2018, se lidió un encierro de San Miguel de Mimiahuápam desiguales en presencia, complicados y faltos de casta. Destacó el que abrió plaza para rejones que fue desaprovechado.
El rejoneador Luis Pimentel: Pitos
Julián López El Juli: Al tercio y leves palmas
Juan Pablo Sánchez: Palmas y silencio
Fermín Espinosa Armillita IV: División de opiniones en ambos.
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Ni el gran ambiente, ni la gran entrada, ni los deseos pudieron con el rotundo no en los pitones de los toros, simplemente fue una tarde que no se quedará en la memoria colectiva de la afición. Tediosa, desesperante y bochornosa la octava de San Marcos.
Esta vez los de Mimiahuapam no cumplieron con las expectativas, todos se frotaban las manos esperando ver algo similar a los doce toros que se lidiaron hace poco en Mérida y que llevaron al gran triunfo de la dehesa, pero esta vez no. Los veedores no tuvieron tino y lo que se esperaba fuera una tarde inolvidable se intercambió por la apatía de cara al tendido.
El Juli volvía a Aguascalientes, son 20 años en los que la mayoría de las citas sanmarqueñas ha estado presente unas veces en plan serio y otras como ésta en la que ha dejado a la afición hidrocálida con un sabor agridulce en los labios.
Con su primero voluntarioso y dejando algunos buenos pasajes, pero lo construido se viene abajo con la ejecución de la suerte suprema, El Juli tiene bien entrenado el famoso julipié, mismo que bautizara de esa manera, Don Joaquín Monfil, gran aficionado del tendido 7 de Madrid, a la manera habilidosa y singular de salirse del toro y poner a paso de banderilla y con un brinquito el estoque, muchos se lo protestaron, otros ni cuenta se dan de lo que sucede en el ruedo, al final el español saludó en el tercio. Con su segundo en definitiva no hubo opciones.
Juan Pablo Sánchez también pechó con un lote difícil, en su primero dejó destellos de buen toreo, derechazos con estilo y temple, pero falló a la hora buena con la espada, con su segundo también estuvo entregado y con deseo, pero lo que tenía enfrente no servía para crear historias y sentimientos. Mal nuevamente con la espada y se retiró en silencio
Fermín Espinosa Armillita IV nada que apuntar con su primero, mal con la espada y la división de opiniones, con el segundo destacó con el capote y de muleta desdibujado y sin concretar para nuevamente a dividir el tendido.
El preámbulo ecuestre estuvo a cargo de Luis Pimentel que no consiguió conectar con el tendido y sí exponer de más a sus cabalgaduras hasta provocarle una cornada a una de sus jacas, una labor insípida, sin llegar a expresar emociones, el toro de vino a menos y terminó parándose. Falló con el rejón de muerte y terminar siendo fuertemente protestado por la afición.
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