En Cadereyta… salen a relucir bovinos descastados
Hoy 10 de Febrero en la Plaza de Toros Cadereyta ante casi dos tercios de entrada se lidiaron toros mansos y descastados, cuatro de la ganadería de Carranco y dos de La Playa, causaron en los tendidos curiosidad por la sospecha de cornicure. Estrellarse en el peto no es atacar, porque aventaron cornadas de manso para deshacer el encuentro.
Enrique Ponce: Oreja y oreja.
Juan Antonio Adame El Bala: Palmas y oreja.
Fermin Rivera: Oreja y oreja.
Detalles:
Ovación al picador Eduardo Rivera al aguantar las cornadas de manso que aventaba sin cesar el astado que se estrelló en el peto de su caballo; al banderillero Felipe Kingston en el cierra plaza.
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No entiendo cómo en una plaza que no es de primera puedan presentar en mejor estado los astados, que en una plaza de primera; para ser sincera esperaba un encierro como el que vi ayer en la Plaza de Toros Monumental Monterrey.
Sí, pudiera ser que al ser una plaza más chica, los toros se vean grandes, y entonces sería cosas de la perspectiva, aunque eso no quiere decir que no puedan estar mejor presentados.
Sin duda el señor Ponce fue la sensación y la mayor parte de la gente que asistió el día de hoy fue a verlo, pero por donde me encontraba situada se escucharon unos comentarios de la manita de gato que, a decir de varios aficionados, habían recibido sus astados, y de ipso facto me puse a observar y, sí se veía su falta de cornamenta, o como ahora se le dice, su cornicure.
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Sin embargo, al señor Ponce, se le debe exigir y mucho, sobre todo porque presume de ser figura del toreo, y debería de ser uno de los que defendiera sin tasa ni medida la integridad del toro bravo y encastado, pero no ocurre así.
Se le conoce que en España, con las llamadas ganaderías comerciales es un buen torero especialista en toros casi inválidos y descastados, aunque a América viene más cómodo con pequeñajos corniausentes.
El señor Ponce, pareciera que no le tiene realmente valoración al público de América, ya sea en Colombia o México ha toreado astados impresentables y con diminutos cuernillos, unos auténticos huerquillos.
Si no quiere venir, se enferma del estómago y para que le creamos, sale cocinando pescado para la supuesta dieta blanda, cuando todos conocimos su declaración de que no quería venir a La Chona.
Estuvo aseado como se le conoce, a gusto, toreando con el pico, reponiendo terreno con minipasistos; y cómo no mencionar a nuestro señorón juez, ya no sabemos si es poncista o europeo. Autorizó una oreja en su primero, y ¡por un estoque caído en un segundo intento, decidió dar una oreja!, incluso sin ser una petición mayoritaria, su pañuelo fue el más notorio.
Adame quien recientemente cuenta con nuevo apoderamiento, le vimos entusiasta, y con ánimo de querer salir triunfador, pero desafortunadamente los toros no le dieron opciones a su voluntad y entrega, porque de inmediato corrían a refugiarse a tablas por su abominable mansedumbre.
Sabemos que los toros no fueron lo que, Juan Antonio, hubiera deseado y que no le tocaron toros encastados como los que le hemos visto lidiar, con faenas importantes para conquistar orejas; sin embargo sabemos que es un torero joven que aún puede sacar provecho a sus conocidas cualidades.
Cómo le gustaría ver al público lucir con diferentes quites por el capote y con la muleta, no solo naturales sino con pases con la derecha, de trazos largos y sentidos. Hoy no fue el día, pero hay que darle más oportunidades, porque tiene con qué retomar el rumbo hacia altos niveles.
Rivera torero de pases típicos o comunes de la tauromaquia, digo típicos porque además de las obvias verónicas para saludar, en quites, pues chucuelinas, media verónica y derechazos y naturales, como que le hizo falta mayor color a su ejecución y más capacidad imaginativa a sus faenas.
Hay que salir de la zona de confort, hay que tratar de ser y llegar a más.
Si, si se que suele a veces torear cada fin de semana y hasta aveces de Viernes a Domingo, sin embargo hay que hacer lo posible para que la gente siempre quiera ir a verlo torear, ya que en cada tarde hace lo mismo, y debe convertirse en un torero fuera de lo común, para que la gente sienta que cada vez que va a ver torear, irá a descubrir otra faceta de él.
Mientras Fermín quiera seguir siendo el torero, frío y correcto, no va a conquistar mucho. Sí cortó oreja en cada astado, al igual que Ponce, pero se pudiera decir que no dejó mucho para el recuerdo.
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