Charla con Florito, mayoral de la plaza de toros de las ventas
Florentino Fernández Florito: “En una plaza de toros no disfruto, donde lo paso bien es en los corrales”.
El mayoral de la Plaza de Toros de Las Ventas fue entrevistado el jueves en la sala Juan Ibáñez de la Plaza de Toros de Roquetas por el periodista Luis Miguel Parrado.
“Una parada de bueyes es importantísima a la hora de mover los toros”, dijo Florito, que afirmó tener dos vicios, “los bueyes y los perros de caza”.
El ciclo Taurino ‘El toro en las artes’ que organiza el área de Gestión de la Ciudad del Ayuntamiento de Roquetas de Mar arrancó el jueves en la sala Juan Ibáñez de la Plaza de Toros. El periodista Luis Miguel Parrado realizó una entrevista al Mayoral de la plaza de toros de Las Ventas, Florentino Fernández Castillo Florito.
En este acto que congregó a decenas de personas estuvo presente el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat; así como el diputado nacional, Juan José Matarí; la primera teniente de alcalde, Eloísa Cabrera y el gerente de la Plaza de Toros, Manuel Caballero. También asistieron varios miembros del equipo de Gobierno de Roquetas de Mar.
Florito que el próximo 14 de febrero cumplirá 58 años fue haciendo un recorrido por su vida a preguntas de Parrado, dando a conocer detalles y hechos a veces desconocidos por los aficionados en torno a su trabaja como mayoral. Florito que se prodiga poco ante la prensa, se mostró feliz de estar en Roquetas de Mar.
El Mayoral de Las Ventas que recordó su niñez y su infancia subrayó que “estoy feliz de estar en Roquetas de Mar, porque siento el cariño de los aficionados y de una corporación como la de Roquetas de Mar. Ante todo, me considero aficionado y somos los que tenemos que mantener y seguir luchando por esto”.
Florito era hijo del conserje de la Plaza de Toros de Talavera de la Reina en Toledo. “De pequeño siempre estuve al lado de mi padre. El primer contacto con el toro bravo lo tuve desde que nací. En Talavera siempre había toros de sobreros y yo junto a mi madre me encargaba de meterlo en el embarcadero para subirlos al camión, tenía siete u ocho años”.
“Las aficiones en la vida siempre empiezan como un juego. En mi caso, yo siempre veía toros en mi casa, mi padre no hablaba nada más que de toros y yo empecé toreando una becerrada que llevaron para Raúl Sánchez. Fue la primera vez que me ponía delante de un toro. Si yo la afición que tengo en mi trabajo, que me siento un privilegiado, la hubiera tenido como torero hubiera sido un gran torero”, comentó Florito.
Con tan sólo 18 años, Florito a la muerte de su padre, ocupó el puesto en la plaza de Talavera. Y en 1986, Manuel Martínez Flamarique, Manolo Chopera, le dio la oportunidad de saltar a la Plaza de las Ventas. Precisamente Chopera fue la persona que lo ‘bautizó’ como Florito. “Cuando me propuso irme a Las Ventas lo sentí como un honor, pero pensé que lo mismo duraría solo 15 días. Ya llevo más de 32 años”.
Florito, que se considera una persona tímida y vergonzosa, aseguraba en Roquetas de Mar que “ahora lo paso peor que cuando llegué el primer día a Madrid”. Nadie como él sabe manejar los cabestros. Es una figura en el mundo del toreo, con solo dar una voz maneja a la manada con maestría. Se ha convertido en un psicólogo de los animales.
El Mayoral de la Plaza de Las Ventas recordó la figura de su padre, hombre clave en su educación y formación y señaló que “mi padre me dijo que los bueyes eran como los trajes, que tenían que ser todos de un color, que nunca sacara un buey ni con un cuerno, ni de distintos colores”.
“A los empresarios lo que menos le importa es una parada de bueyes, a ellos les interesan los toros y los toreros. Una parada de bueyes es importantísima a la hora de mover los toros. Si tienes buenos bueyes se evitará que un toro se pueda estropear”, afirmó Florito durante su interesante charla en Roquetas de Mar.
También se habló de la doma de los bueyes, donde Florito es un maestro. “Siempre he buscado la nobleza en los animales y también la inteligencia. Actualmente tengo 54 vacas y los bueyes que salen en Madrid los he criado yo. He hecho un buey bonito, armónico e inteligente”.
“Los mejores bueyes son los que son tímidos y agachan la cabeza. Disfruto mucho con mi trabajo. En una plaza de toros no disfruto, donde lo paso bien es en los corrales. Nunca busco protagonismo cuando tengo que salir al ruedo. Los toros hacen lo que yo quiero y los bueyes hacen lo que yo les digo” confesó Florito.
En más de tres décadas de trabajo, Florito se ha visto en dos ocasiones en peligro. “En una corrida de rejones al ir a enchiquerarlo se dio la vuelta el toro y me resbalé y caí. Pegué un salto y me tiré al pesebre, llegó el toro y se volvió. Y otro día fue un toro de Julio de la Puerta, que se dio la vuelta y en los chiqueros se me arrancó y me cogió contra la pared, no me hizo nada. Me dio solo con el pitón en la ingle”.
Florito habló de los cambios que se ha ido produciendo en el toro en los últimos 20 años. “El toro es como la bala, porque cuando más fina es, más velocidad lleva. El toro que está sobre los 520 kilos es el que realmente se mueve”. Al final de su charla, que fue seguida con muchísima atención por el público, Florito dejó bien claro que “tengo sólo dos vicios, uno es los bueyes y otros los perros de caza”.
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