En Madrid… Oreja para Luque en la mansada de Salvador Gavira
Madrid. Jueves 12 de octubre de 2017. Día de la Hispanidad y última de la temporada.Un cuarto de entrada. Se han lidiado seis toros de Salvador Gavira García que tomaba la antigüedad. Destacó el tercero por demostrar mayor calidad durante las embestidas. Transmitieron mansedumbre y poca fuerza en el caballo, comportamiento similar a lo largo de toda la faena.
Daniel Luque: Ovación y oreja.
Sebastián Ritter: Silencio y vuelta al ruedo.
Javier Jiménez: Silencio y silencio.
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Después de escuchar el Himno de España, salió el primero de la tarde con la divisa de color negro, a petición del ganadero en homenaje a los fallecidos relacionados con el mundo taurino: Iván Fandiño y Victorino Martín Andrés. Manseó en el caballo, por lo que su segundo castigo fue breve. Sebastián Ritter lanceó un quite con más ganas que resultado. Ya avisó que por el derecho se colaba, comportamiento similar en la muleta, por lo que Luque, con buen criterio, optó por cimentar su labor por el pitón izquierdo y llegaron pases de más calidad. Ovación.
El segundo de su lote resultó tan soso como el primero. Flojo y manso. El torero sevillano vió toro donde no lo había y se inventó una faena cargada de emoción y sentimiento, ocultando los defectos del toro y aprovechando sus virtudes, dándole tiempo y distancia. Importante labor por parte de Luque, que estuvo muy por encima de su antagonista. Faena que caló hondo en la afición madrileña. Oreja tras aviso.
Turno para el joven colombiano Sebastián Ritter. Toro de peso exagerado, 567 kilos que manseó en el caballo, pero se vino algo arriba en la muleta. Virtud que duró unos pocos minutos. Lanceó grandes series con la derecha llenas de emoción que apenas duraron en los tendidos. Dos avisos. Silencio.
El quinto de la tarde mostró la misma tónica que sus hermanos. Poca movilidad y recorrido. La entrega y disposición del colombiano llegaron a un susto del que se recuperó pronto, y mostró su ímpetu y afán por llegar a lo más alto. Vuelta al ruedo con división de opiniones.
El tercer turno sería para Javier Jiménez. El toro empezó a embestir con buena condición, demostrando clase al humillar, pero se vino abajo enseguida. La faena no conectó con el tendido y tuvo poca transmisión.
El último de la temporada estaba justo de fuerzas, aunque más fuerte que sus hermanos en el caballo. El sevillano no tuvo opción de triunfo ni de lucimiento. Un aviso
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