En Madrid… El resurgir de Perera, Puerta Grande con la reivindicación nacional

30 septiembre 2017 Alberto Bautista

Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Sábado 30 de Septiembre de 2017. Feria de Otoño. Sexta de abono. Corrida de toros de El Puerto de San Lorenzo-La Ventana del Puerto; el tercero bis de Salvador Domecq. Desiguales de presentación, blandos y descastados en líneas generales a excepción del primero y el cuarto. Encastado el primero, inválido el segundo, bronco el tercero, con transmisión el cuarto, deslucido el quinto y manso el sexto. Más de tres cuartos en tarde nubosa de agradable temperatura (19.455 espectadores).

Miguel Ángel Perera: Oreja tras aviso y oreja.

Juan del Álamo: Silencio y silencio tras aviso.

Alberto López Simón: Silencio tras aviso y ovación con saludos tras aviso.

Detalles:

Firmeza del extremeño con los dos únicos ejemplares estimables del descastado encierro de Puerto de San Lorenzo.

Se desmonteraron tras parear al primero Curro Javier, Guillermo Barbero y Javier Ambel por la brega.

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Cual Ave Fénix, Miguel Ángel Perera, resurgió de sus cenizas y cortó una oreja a cada uno de su lote, saliendo a hombros de Las Ventas, por quinta vez en su carrera. Hasta ahí todo en orden, pero la realidad es que Perera paseó dos orejas -muy discutida la segunda- en dos faenas diametralmente opuestas. La del primero fulgurante y correcto en circulares de mano baja, y la segunda dándole distancia y pecando de ventajista en muchos compases y pinchando en su primer encuentro. Aún así, Puerta Grande de las que no se recordarán ante un encierro descastado, blando y distraído en líneas generales del Puerto de San Lorenzo.

Un auténtico aldabonazo pegó con el primero de la tarde, un manso en los primeros compases, y de extraordinario juego en la muleta, de lo que ya había dado buena cuenta tanto Curro Javier, Guillermo Barbero como Javier Ambel, – éste último con una extraordinaria brega – en un tercio de banderillas para soñar. Con el público en el bolsillo, el bueno de Perera se fue hacia los medios a interpretar una labor serena y acompasada de limpieza en un trasteo firme y sin tapujos. A base de someterle y enrocarse con Caracorta, fue ligándole pases sobre ambas manos. Encastado el del Puerto, ante el que Perera le recetó una sensacional tanda de derechazos desde el centro del ruedo y un manojo de naturales a cámara lenta, rubricada de un tremendo estoconazo, bastándole para cortar la primera oreja de la tarde.

Quedaba una bala en la recámara, con Tanguistero y a base de sobarle y consentirle aprovechó la nobleza del burel. Capacidad e inteligencia en una labor en ciertos momentos al hilo del pitón, que el sector más contestario le reprochó. Aún así el extremeño, sabedor de que en Madrid gustan las distancias, se entregó en una actuación con más ritmo que la anterior. Una estocada tras pinchazo, le abrió de par en par una puerta grande muy protestada.

Lopez Simón que continúa con la nebulosa de San Isidro, pechó con un buey en primer turno, un sobrero de Salvador Domecq tan tardo como destartalado. Lo intentó pero todo fue en balde. Con el sexto que saludó una ovación recogió el aire de antaño y recordó por momentos al Lopez Simón de 2015. Solo en algún instante, en un par de ramilletes de muletazos encajados ante el manso que hizo sexto, dejándose un apéndice por culpa de la espada. Aún así este torero sigue sumergido en un bache, aunque en apariencia parece que poco a poco va menguando.

Por su parte Juan del Álamo, que venía con la etiqueta de la Puerta grande de San Isidro, realizó dos faenas insoportables con un lote descastado hasta decir basta. Con el segundo, se jugó los muslos ante un inválido del Puerto, que el Presidente decidió mantener sobre el ruedo. Con el quinto hizo lo que pudo en una faena plana y plena de enganchones.

A hombros se marchó Perera, camino de la calle de Alcalá con la enseña Nacional en los hombros y con las voces al unísono de los ¡Vivas! a la bandera, en una tarde que se recordará más por la reivindicación nacional que por la Puerta grande del extremeño.

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