En Madrid… Román, con la miel en los labios

28 septiembre 2017 Alberto Bautista

Madrid, Plaza de toros de Las Ventas. Jueves 28 de Septiembre de 2017. Feria de Otoño. Cuarta de abono. Corrida de toros de Fuente Ymbro, bien presentados, sueltos de carnes, peligros y de juego desigual. Una prenda el primero; manejable el segundo; encastado el tercero; deslucido el cuarto; rajado el quinto; y con genio el sexto. Menos de media entrada en tarde primaveral. 10.781 espectadores.

Morenito de Aranda: Silencio y palmas.

Joselito Adame: Vuelta al ruedo tras petición y silencio.

Román: Oreja tras aviso y silencio tras aviso.

Detalles:

El valenciano firma una gran tarde tras cortar una oreja incontestable al encastado tercero, y perdiendo la puerta grande en el sexto, por culpa de la espada. Desigual y complicada corrida de Fuente Ymbro.

Miguel Martín y Fernando Sánchez se desmonteraron tras parear al quinto.

Parte médico de Román:

“Presenta contusión en región inguinal derecha que no le impide continuar la lidia”. Fdo. Dr. García Padrós.

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Con tan solo 24 años Román Collado, cosecha del 93 ya sabe lo que es salir a hombros de Las Ventas – vio su sueño cumplido el pasado 15 de Agosto -, gesta que a punto estuvo de reeditar de haber entrado una espada traicionera que torció un guión inmaculado en una tarde de auténtico coraje y corazón. Román, alma guerrera cortó una oreja a ley del tercero, pero todo se quedó a medio camino en el que cerró función. Y es que el valenciano forjado en la dura batalla de las mal llamadas corridas toristas, no tuvo con la de Fuente Ymbro un noble y manejable encierro, más bien todo lo contrario. Ejemplares con más genio que casta, complicados y reservones, hubo incluso auténticas prendas como el primero en una tarde en la que nadie se aburrió. Poco público en la cuarta de abono, a expensas de los platos fuertes del fin de semana.

Aunque para plato fuerte lo de Román en Madrid, que goza de un auténtico idilio al atesorar seis orejas en nueve tardes, y todo desde 2014. En su comparecencia otoñal, no desperdició ocasión y cortó otra oreja con honores. Una oreja incontestable. Una oreja de Ley al bravucón Lanudo que tuvo casta hasta para morir. Mucho mérito hubo en todo lo que hizo el valenciano en una faena compacta frente a un ejemplar que acudió presto a los engaños. Estoico aguantaba las tarascadas de un Lanudo que le lanzó por los aíres – antes ya lo había hecho con Morenito en el quite – siendo sometido por un impertérrito Román en una labor de mucha dignidad. Estoico. El estoconazo con el que despachó al tercero, le valió para cortar un trofeo tras una actuación importante antes de pasar por la enfermería de la que salió con las pilas cargadas a por el sexto. A por todas salió ante el que cerraba la tarde, un toro que no colaboró frente a un templado Román que volvió a tragar saliva, soportando los vendavales de bravura del pupilo de Ricardo Gallardo.

El sexto que tuvo poco fondo, lo suplió el valenciano a base de riesgo, valor y quietud, un infalible comodín que le pudo servir para abrir de par en par la puerta grande, a poco que el toro no hubiera perdido las manos en la suerte suprema. Se atascó el descabello y tuvo que conformarse con palmas de despedida cuando ya acariciaba la puerta grande. Y es que Román se quedó, con la miel en los labios.

Joselito Adame dejó su sello en dos faenas de corte clásico, pero afeó sus actuaciones por culpa de la espada. El segundo un estimable toro de Fuente Ymbro – bueno para la muleta – le corrió la mano con empaque y decisión, en un trasteo aderezado de detalles caros. Cuando parecía tenerle cortada un apéndice, el bajonazo afeó una firme actuación, y dio una vuelta al ruedo tras petición.

El quinto, más aplomado y soso que su primero, se rajó a las primeras de cambio. Además el público no le perdonó su colocación, y le perdió pasos a un toro que apretó en tablas. Ahí el mayor de los Adame a base de técnica dejó un par de tandas de mucho mérito pero le faltó redondear la actuación.

Por su parte Morenito de Aranda, quedó inédito ante un lote imposible, con un público frío y prácticamente a la contra. El cuarto que punteaba los engaños del burgalés no llegó nunca a los tendidos en una actuación prácticamente anodina, ante un entregado Morenito. La labor nunca llegó a tomar vuelo, y lo despachó con dignidad.

Una prenda se encontró con el que abrió la tarde, con la cara por los aires. Áspero y agresivo, resultó imposible. Al igual que su tarde, de la que es inviable quedarse con algo positivo, porque no tuvo opción.

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