En la Monumental México… Entre la mansedumbre, las pifias de ‘Chochito’; Román en hombros

17 septiembre 2017 José Mata

Con una modesta entrada en la Monumental Plaza de Toros México, han celebrado lo que ha sido el quinto festejo sin picadores. Se han lidiado erales de Marco Garfias, disparejos en presentación y mansos en su totalidad.

Sebastián Ibelles: Palmas y silencio.

José María Mendoza: Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.

Mauricio Medina: Pitos tras tres avisos y palmas.

Roberto Román: Oreja protestada y oreja.

_____________________________

Esto de los ineptos jueces que habitan en el palco de la nula autoridad del coso mayor del mundo, durante muchos años han sido los que en verdad quitaron toda seriedad, grandeza y verdad al espectáculo que se organiza.

¡Sí!

Durante muchos años fueron los lacayos del dictador que habitaba La México, y bajo esa premisa han seguido actuando; es una auténtica vergüenza observar el servilismo con el que se desenvuelve, por ejemplo, el buenazo de Chochito, sin ninguna seriedad ni respeto ni mucho menos honestidad, devaluando tarde a tarde el prestigio, que, la nueva empresa trata de recuperar.

Supone que con regalar orejas y más orejas a los toreros, los hará triunfadores, consolidándoles un futuro importante; cosa más que vaga e incierta, producto de una mentalidad menor, que lo único que va a provocar es lo contrario.

En estos momentos de una gran evolución tecnológica merced a la cual los aficionados se dan cuenta de primera mano lo que ocurre, a pesar de que la prensa corrupta trate de tergiversar la verdad, resulta absurdo que todos los involucrados en el primer círculo taurino, no quieran en verdad tomar su papel con seriedad, grandeza y honestidad.

Por ejemplo, haberle regalado tras sucumbir el cuarto, una oreja al joven, Roberto Román, ¿en qué le va a beneficiar?, no porque carezca de elementos para conquistarlo por sí mismo, sino porque fue un regalo sin fundamento.

Si bien es cierto que tuvo momentos interesantes con el capote, y con la muleta series de valía, no se conformó nunca una faena que mereciera tal premio, sobre todo porque en la rúbrica, después de un pinchazo dejó un espadazo calado.

¿Por qué engañar al prometedor Roberto Román?

¿Cuál es la finalidad?

¿Darle poco tiempo de vida productiva en el mundo de los toros?

Porque, ahora mismo, es muy posible que un séquito de inútiles acompañantes, deberá estar festejando a sus ‘costillas’, una salida en hombros que no tiene sustento.

Porque, ahora mismo, le deben estar llenando de un océano interminable de falsos elogios, que no representan ni con mucho la verdad acontecida.

Con su segundo, volvió a dejar entusiastas lances, y una faena corta, correcta entregándose al depositar la espada, pero nada que motive a volcarse el próximo domingo -si es que lo anunciaran- al público para irle a ver, porque todavía está en ciernes.

¿Qué Roberto Román puede ser alguien importante?

¡Por supuesto que no me queda la menor duda!, pero nunca a través del engaño, sino conducido con base en la verdad.

Al margen de esta salida en hombros sin sustento, también se anota que el ganado que se lidió este domingo, de los herederos de Marco Garfias, ha sido sencillamente pésimo.

No es ninguna sorpresa, cualquiera que conozca el historial de esta ganadería recordará que el ideal con el que inicio, Marco, hace muchos años, fue un bovino dócil, obediente; alejando de la casta y la bravura a sus empadres, para ser benefactor del supuesto toreo moderno, que ha dado al traste a la verdad del toreo.

Y esto llevó a la ganadería de Marco Garfias a la irremediable mansedumbre y el descastamiento habitual, lo que son desde hace tiempo, su carta de presentación.

¿Puede tener remedio esto?

Sí, seguramente, a través de los empadres devolviendo la verdad perdida a esta ganadería, con base de un refresco sanguíneo con casta y bravura.

¿Qué poder decir de los demás jóvenes del cartel?

¿Tuvieron una involución esta tarde?

No… simplemente, no.

Ocurre que han toreado tan poco, y con lo único que ensayan son con carretones; así que cuando tuvieron que enfrentar a la realidad, a un eral con genio, violento, o al descastado que no quería embestir, no tuvieron los elementos para resolver en este momento mejor la situación.

Seguramente en algunos meses más tendrán más conocimientos con qué enfrentar a este tipo de retos, siempre y cuando los empresarios les den más oportunidades para adquirir la necesaria experiencia que otorgue a sus cualidades sustento para ser solventes con todo tipo de astados.

Que se le fue vivo su primer eral al michoacano, Mauricio Medina, y que lamentablemente le dio un fuerte golpazo dejándolo maltrecho su segundo, no es que haya fracasado ni por mucho, ha sido una nueva experiencia que ha conocido y que enriquecerá a sus cualidades.

El que volvió a meter literalmente la pata…

… ¡sí!, ¡la pata!, fue el buenazo de Chochito, al autorizar al primer espada, Sebastián Ibelles, a finiquitar al eral, porque Mauricio estaba siendo atendido en la enfermería, y…

… y, si se toman determinaciones como autoridad, se aguanta y obliga a respetarlas.

No que después salió Mauricio de la enfermería, evidentemente en mal estado y tomó la espada contraponiéndose con lo que la nula autoridad había dispuesto y como pudo puso punto final.

A quien no supieron entender fue la actuación de, Sebastián Ibelles, que estuvo serio, inteligente y sabiendo dar la lidia, la poca lidia que tuvieron sus ejemplares; mientras que, José María Mendoza, no ha estado tampoco mal, como sus compañeros, le hacen falta más festejos en su haber para poder desarrollar mejor sus argumentos.

En fin… que fue un festejo aleccionador, recordando que urge por bien de la Fiesta…

… que la Comisión Taurina de la Ciudad de México, eche en definitiva a los inútiles buenazos que ocupan el palco de la nula autoridad, y pongan a alguien que en verdad defienda a la grandeza, a la liturgia que da sustento al rito del mágico, mítico y misterioso arte del toreo.

___________________________________

Fotos: Maestro Juan Ángel Sainos