Santa Cruz anuncia carteles para la Feria del Señor del Costado

08 septiembre 2017 Martín Campos

Santa Cruz de Succhabamba, Perú, a la par de sus vecinas ciudades hermanas de Cajamarca, presenta una gran feria taurina con carteles por demás expectantes en los que se anuncian a diestros como Uceda Leal, Rafael Rubio y Curro Díaz al lado del nacional Alfosno de Lima quien actuará las tres tardes compartiendo terna con los antes citados ante ganado de la española Torrestrella y de la nacional Viña-Paiján.

El profesor Wilmer Orrego Dávila, presidente de la Comisión de Fiestas nos informa al respecto:

“Hemos previsto todo para esta gran celebración, en Santa Cruz seremos la provincia precursora en traer toros españoles de la ganadería Torrestrella de Álvaro Domecq, cuidadosamente reseñados con el apoyo del gran torero andaluz Julio Vega Rodríguez Marismeño, quien ha sido un soporte importante para lograr reseñar nueve toros con peso y trapío; nos ilusiona el cartel de matadores por su profesionalismo y esa personalidad muy marcada de cada uno de ellos, a la que también le sumamos las cualidades artísticas”.

La feria se enmarca dentro de las celebraciones patronales en honor al Milagroso Señor del Costado y correrá del 29 y 30 de setiembre y 1° de octubre.

El Señor del Costado, breve reseña de su origen

Santa Cruz de Succhubamba, nombre oficial de la provincia, es un lugar pintoresco y apacible, de gentes hospitalarias que acogen con algarabía al forastero, le brindan lo de ellos y los integran en sus festividades como suyos. Guardan, como sucede en la mayoría de nuestro país, una secular religiosidad de ferviente catolicismo expresado de forma conmovedora en su devoción hacia la milagrosa imagen del venerado Señor del Costado de Jesús.

No en vano cuenta la leyenda que durante la colonia a mediados del siglo XVII, unos españoles afincados en esas tierras cajamarquinas divisaron una acémila que cargaba un enorme baúl de cedro con cerrajería y bisagras de plata quemada, muy bien apeado al lomo del animal.

En la creencia que tendría dueño y que éste aparecería de un momento a otro para recoger sus pertenencias, dejaron esperar a que el mismo se presente. Transcurridas varias horas de vana espera y por compasión, hicieron descargar el voluminoso arcón guardándolo en el ayuntamiento. Allí quedó el misterioso objeto hasta pasar todo un año entero sin que aparezca el propietario desconocido.

Fue entonces que se decidió hurgar en su contenido llevándose los presentes tamaña sorpresa al hallar en su interior una efigie, a tamaño natural, del Jesucristo yacente envuelto en un sudario. De allí la devoción y veneración a la imagen se ha hecho fervorosa. Su festividad se da durante el 24 de setiembre al 4 de octubre.

La tradición taurina cruceña

Como en todo el departamento de Cajamarca, en Santa Cruz la raigambre taurina es irrefutable. Esta temporada toda esta zona de la sierra norteña del Perú ha sorprendido y entusiasmado al anunciar sendas ferias con carteles de primer nivel.

Algunas quedaron en la ilusión y otras fueron concretadas salvando más de un esfuerzo. Pero ciertamente, esta vez, como nunca antes se han dado estos anuncios tan atractivos para la afición. No en vano aficionados de todas partes del país e incluso del extranjero llegaron a cada una de ellas atraídos por la oferta taurina.

Un hecho significativo constituye la presencia por primera vez en las provincias peruanas de un encierro de toros españoles con Torrestrella la cual envía nueve toros muy bien reseñados. Esfuerzo inmenso y plausible por parte de los comisionados de fiesta pues es sabido por todos el sinnúmero de trámites burocráticos y gastos onerosos que conlleva tamaño propósito.

Esperemos entonces disfrutar de la grandeza de la fiesta de los toros y verla cada vez más consolidada en nuestro pueblos. Aparte, muy buena oportunidad para hacer un poco de turismo recorriendo las grutas de Uscopishgo, las pinturas rupestres de Poro Poro o apreciar la riqueza de la flora y fauna de la Reserva de Chancabaños, entre otros atractivos de la zona del otrora reino de Cuisimango, la Cruz Pampa colonial y andina que seduce al viajero bajo la silueta silente y protectora de sus apus circundantes, el Cotorumi, el Illapa y el Chunpicallpa, mejor si es bajo el reparador deleite de un buen caldo verde en medio del arrobamiento que produce la contemplación de su bucólico paraje.

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