Crónicas

En Almería… La raza de El Juli

Viernes 25 de Agosto de 2017. Feria de la Virgen del Mar. Tercera de feria. Plaza de toros de Almería, más de tres cuartos de plaza en tarde de bochorno. Corrida de toros de Zalduendo, correctos de presentación a excepción del bizco quinto y, de juego variado: noble con transmisión el primero, deslucido el segundo, justo de fuerzas el tercero, complicado el cuarto, con calidad el quinto y soso el sexto.

Antonio Ferrera que sustituyó a Morante de la Puebla: Ovación con saludos tras aviso y oreja con petición de la segunda tras aviso.

Julián López El Juli: Ovación con saludos tras petición y dos orejas.

Andrés Roca Rey: Oreja y silencio.

Detalles:

Antonio Ferrera pasó a la enfermería después de lidiar al primero al entrar a matar, tras cortarse en el dedo índice de la mano derecha.

Julián López El Juli recogió a mediodía en el salón de plenos municipal el capote de paseo de 2016, que le acredita como el triunfador del serial tras la faena al toro Valenciano de Zalduendo, al que le cortó las dos orejas la temporada pasada.

_____________________________

Por la mañana, El Juli, recogió el capote de paseo que le acreditaba como triunfador de la feria de Almería del curso pasado, y por la tarde volvió a darse un baño de masas al salir a hombros – una vez más – del coso almeriense. Y es que Julián López El Juli continúa con su aplastante regularidad en la plaza de toros de Almería.

Un auténtico idilio.

Y es que si hay un torero capaz de sobreponerse a la adversidad, ese es El Juli, capaz de derrochar raza y garra a partes iguales. Lo hizo en el quinto, – por cierto de infame presentación para una figura como él- en una faena de inteligencia y poder. En esas que andaba el torero, buscando oro de un pozo, cuando Azteca deambulaba por la poderosa muleta del de Velilla, y muy perspicaz pronto se lo embarcó en la muleta por molinetes, corriéndole la mano con mucha facilidad, sacando la raza torera que atesora en una tanda de derechazos de rodillas tras sufrir un susto. El quinto fue extraordinario para la muleta.

El Juli lo supo y una vez más no desaprovechó el bombón. Lo pasaportó de una estocada y el Presidente sacó los dos pañuelos sin inmutarse. Petición de oreja hubo con el burraco que hizo segundo, aunque finalmente todo quedó en una ovación con saludos tras una tétrica lidia. Sobre la diestra instrumentó el madrileño los mejores momentos de una faena, en la que nunca logró que fluyera la composición. Además, tampoco estuvo aseado con la espada y se tuvo que conformar con una ovación desde el tercio. Pero eso no es óbice para destacar una vez más, el idilio de El Juli con Almería y su raza torera.

Mucho se ha escrito estos días de Antonio Ferrera, y su petición de respeto al público en las Corridas Generales de Bilbao, a cuentas de las banderillas con la enseña Nacional, pero nadie a venido a recordar que el extremeño es un torero capacitado para cualquier tipo de toro, y que su oficio, su capacidad y su veteranía le hacen ser un auténtico caramelo para muchas empresas.

Y es que Lo mismo le da Adolfos en Madrid, que Victorinos en Sevilla, o Zalduendos en Almería. Ferrera es la lidia total. Y una vez más se confirmó su estado de gracia en la feria de la Virgen del Mar. Sobre el papel, el vacío de Morante de la Puebla tras su inesperada retirada había dejado un hueco difícil de cubrir en el ciclo almeriense.

Antonio Ferrera era el elegido, y no defraudó, firmando una de las faenas de mayor clasicismo y sensibilidad de la feria. Lejos de trofeos, la actuación al cuarto fue un ejercicio que define el dulce momento de un Ferrera sublime. A Guasón lo llevó embebido en la muleta, en una labor de técnica y precisión.

En corto el toro atendió a los toques y conforme avanzaba la faena, la emoción y la sensibilidad se apoderaban de los tendidos. La dulce facilidad del toreo. Otros más pendientes de pañuelos y orejas no se dieron cuentan – una vez más – del momento de Ferrera, y es que por ejemplo el Presidente no ha demostrado durante la feria un nivel de regularidad, como se espera de una plaza de 2º categoría. Finalmente Ferrera paseó una oreja con honores, y no de esas baratas que se han visto estos días.

Una ovación desde el tercio recibió tras lidiar al primero, en otra actuación en la que ralló a gran nivel gracias a la dulzura de las telas, y eso que pinchó una acorde faena cuando ya tenía cortada una oreja, tras una labor de compromiso y decisión de un Ferrera que no se arrugó, y con un lote poco efectivo para el lucimiento confirmó una vez más su gran momento.

Por su parte, Andrés Roca Rey pasó sin pena ni gloria por el coso de la Avenida de Vilches, y es que en realidad la irregular temporada que está cosechando no le está ayudando a coger ritmo, y por cada triunfo, se cuentan por varias las tardes en blanco. Unas veces por el mal uso de la tizona y otros por el escaso juego de los toros que selecciona para la ocasión. Así ocurrió en su presentación en Almería, que aunque paseara una oreja la sensación fue de sobriedad y poca sintonía.

Y eso que su gusto con el capote, y su oficio a pesar de no llegar a cumplir la veintena, atesoran en el diestro peruano gran parte de las ilusiones para la afición americana. Comparado en multitud de ocasiones a los diestros con los que se mide tarde tras tarde – Enrique Ponce, El Juli, Cayetano, Sebastián Castella… – hace que el encorsetamiento al que se encuentra sometido, no sea el mejor para un muchacho que está viviendo su juventud de una manera fugaz.

Se le mide como una auténtica figura, y no todos los días puede estar bien. Le falta regularidad. Le sobra capacidad. Una oreja paseó del tercero con el que no se llegó a encontrarse a gusto del todo.

El Zalduendo pedía cruzarse y Roca le llevaba la muleta en buena sintonía pero éste respondía con arreones. Aunque pronto lo embarcó y dejó una tanda en redondo de muchos quilates.

Y hasta ahí puedo leer.

La faena continuó sumergida en un mar de pases frente a un toro a medio gas.

Quiso asegurar la puerta grande pero se lo impidió el sexto, y eso que los inicios con el capote de mucho gusto, deleitó con chicuelinas de mano baja, y posteriormente alternando con gaoneras y tafalleras, hizo poner en ebullición los tendidos. Todo lo que había ganado en los primeros tercios, se perdió en una labor que no contó con el refrendo en los tendidos. Suelto y a su aíre el Zalduendo, Roca nunca estuvo, y para colmo no atinó con la espada.

_____________________________

@alb_bautista

__________________________________________________________________________

Entrar a ver el programa de televisión TOROS EN EL MUNDO TV

__________________________________________________________________________