En Madrid… Una novillada sin fondo en la que sólo destaca Fernando Flores
Madrid. Sábado 5 de agosto. Última novillada del certamen nocturno en Las Ventas. Novillos de Arauz de Robles, desiguales y por lo general muy complicados.
Guillermo Valencia: Silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Luis Manuel Terrón: Silencio y palmas.
Fernando Flores: Palmas y vuelta al ruedo tras petición.
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Muy valiente recibió, Guillermo Valencia, al primero de la noche a porta gayola, pero la falta de fuerza se vio acusada desde el primer momento. Lo intento por ambos pitones pero terminó haciéndole gestos muy feos y de muy poca nobleza el astado. Remató con dos pinchazos escuchando el primer aviso.
En el cuarto, no demostró gran cosa el novillero, dejando al tendido con más expectativas que evidencias. Realizó una faena correcta pero carente de sentido. No tuvo su noche ya que se encontró descolocaos en todo momento.
Turno para, Luis Manuel Terrón, ante el segundo de la noche, un novillo que metió bien la cabeza en el caballo. Se empleó bien en el capote, donde pudo lucirse el novillero. En la muleta se lo llevó a su terreno y supo entender bien al astifino, colocándole la muleta en corto. Una pena la mala fortuna con los aceros que estropearon una faena une hecha.
El quinto de la noche fue un novillo que fue a menos. Apuntaba esperanzas en el caballo pero se fue afeando. Terrón lo supo lidiar, aunque sin lucimiento. Mucha valentía demostró sacándole pases muy complicados a un animal que movía la cabeza con derrotes.
Fernando Flores, lidió a un novillo falto de raza y bravura. No tuvo opción alguna de ejecutar una faena de emoción. Finalizó rapidamente con una gran estocada.
Por último, pudo salvar la tarde un sexto, con un pitón derecho que cedió la vuelta al ruedo al joven novillero. Se movió en todo momento el animal. Fernando Flores supo hacerle las cosas con calma para aguantar al astado hasta el final demostrando su saber hacer al ya escaso público que quedaba. Remato con una estocada tras pinchazo derivando en una vuelta al ruedo que animó la triste noche que se vio con los cinco novillos anteriores.
Por lo general, se vio cierta actitud de los tres en especial por parte de Fernando Flores, al que hubo que esperar hasta el final para poder volver a casa con la cara un poco menos triste. Sigamos apoyando a los jóvenes y buscando bien los ejemplares bravos para que así podamos volver a casa con la cara alta diciendo:
“¡He estado en los toros!”.
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