En Santander… Álvaro Lorenzo por la puerta grande; Joselito, en estado de gracia
Plaza de toros de Santander. Viernes 28 de julio. Más de dos tercios de entrada, se lidiaron tros de Castillejo de Huebra, con diferente manifestación de mansedumbre.
Joselito Adame: Palmas y ovación.
Saúl Jiménez Fortes: Silencio y oreja.
Álvaro Lorenzo: Oreja y oreja.
Parte médico:
‘Herida por asta de toro en la región posterior del muslo derecho por debajo de la fascia del músculo bíceps femoral, con una trayectoria de 20 centímetros, se explora la herida, realizando lavado, hemostasia y colocación de drenaje’. Pronostico reservado, que le impide seguir la lidia.
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La tarde comenzó con un Joselito Adame en estado de gracia. El puntito de manso del de Castillejo de Huebra permitió al torero de Aguascalientes sacar al animal a los medios con un sabor y un temple muy de agradecer en estos tiempos, destacando una soberbia trincherilla. Quiso por ambos pitones y el culmen llegó con los muletazos cada vez más ajustados en largas series. La última al natural terminó con el toro ya abriéndose en los vuelos y permitiendo el toreo de relajo total. El descabello se llevó seguramente la Puerta Grande.
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El cuarto toro estuvo agarrado al piso y no regaló ninguna embestida. De uno en uno y metido en el tercio logró Adame extraer medios muletazos aunque nunca se empleó el toro. Lo mató de gran estocada fulminante.
El segundo resultó un inválido sin ninguna clase que fue protestado desde el caballo. No pudo levantar el vuelo Jiménez Fortes. Con la gente a la contra y la nula condición del animal, pronto se lo quitó de en medio. Pinchazo, estocada y descabello.
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Pudo disfrutar Jiménez Fortes con el toro que hizo quinto de la tarde. Fue este un animal un punto sosito que salía desentendiéndose de los vuelos de la muleta y por momentos embistiendo casi al paso. Al son de Suspiros de España fue creciendo la faena y surgiendo los muletazos más rematados.
Tras unas ajustadas bernadinas, se tiró a matar, haciendo hilo el toro con la espada dentro y empotrando a Fortes contra las tablas, poniendo al público con el corazón en un puño en un tiempo en que hemos vuelto a comprender que los toros matan. Cayó la oreja de ley con fuerte petición de la segunda, aunque, pudiendo parecer duro, hizo bien en no sacar el segundo pañuelo el presidente. Premiar en exceso llevado por la intensidad del momento tampoco hace ningún bien. Pasó a la enfermería sin dar la vuelta al ruedo.
El debut de matador de toros en Santander de Álvaro Lorenzo fue con un serio animal muy en tipo de lo antiguo de Urquijo que tuvo mucho que torear. En el caballo empujó solo con un pitón y no fue fácil en banderillas. Una voltereta mientras lo toreaba con la diestra hizo ver al gran público el peligro del toro. Lo llevó siempre tapado y empujando la embestida por abajo, ya que por alto no quería nada, imposibles los pases de pecho. Estocada arriba, oreja.
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El toro de la corrida le correspondió en sexto lugar a Alvaro Lorenzo. Fue uno de esos prontos y alegres con la cara colocada de principio a fin del muletazo, que se va largo y el torero puede esperarlo con la muleta muerta en la cara, pero también le faltó un punto de emoción. Siempre le presentó bien los engaños y lo llevó toreado, pero la serie buena de verdad vino al final, en la que redujo la velocidad y echó el pecho. Paseó una oreja tras pinchazo y estocada.
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