En Ávila… López Simón por la Puerta Grande en la corrida de su cincuentenario

23 julio 2017 Miguel Ángel Yáñez

Plaza de toros de Ávila (España). Corrida del cincuentenario de su inauguración. Prácticamente media entrada. Toros de Juan Albarrán, variados de pinta, de buenas hechuras, nobles, pero muy justos de raza y fuerzas.

Francisco Rivera Ordóñez Paquirri: Ovación y oreja con fuerte petición de la segunda.

Cayetano: Silencio tras aviso y oreja.

Alberto López Simón: Dos orejas y silencio.

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Por la mañana se descubrió un azulejo en el patio de caballos recordando la fecha y el cartel de Inauguración de la plaza de toros de Ávila que fue el 21 de Julio de 1967 en la que con toros de Atanasio Fernández alternaron Victoriano Valencia, Andrés Hernando y Manuel Benítez El Cordobés.

Abría cartel, Francisco Rivera Ordóñez Paquirri, (Nazareno y oro), quien estuvo toda la tarde muy motivado y valiente, pese a que su primer toro fue poco colaborador, bajo de raza y con escasas fuerzas. El tercio de varas fue casi un simulacro. En banderillas Paquirri estuvo fácil con dos pares al encuentro y el tercero al violín. El toro llegó muy justito a la muleta, por lo que fue una faena sin historia. Solo destacar el arrimón del torero quien remató con pinchazo y estocada en el llamado rincón de su abuelo, el Maestro Antonio Ordóñez. Saluda ovación.

En su segundo toro volvió a salir muy dispuesto y le recibió con dos largas cambiadas junto a tablas, en la que en la primera de ellas a punto estuvo el astado de llevárselo por delante. Anduvo bullidor con los palos. De nuevo clava las rodillas sobre el albero para iniciar la faena de muleta, en la que estuvo con ganas, gusto, desplantes, pases con la vista en los tendidos y valentía. Estocada desprendida que hace rodar al toro. Oreja y fuerte bronca al palco por no conceder el Presidente la segunda.

Cayetano, (Añil y oro), sigue en estado de gracia y así lo demostró en el coso Abulense. Se abrió de capa con la rodilla flexionada y con mucha torería. Siguió en la misma línea con la muleta, cuya faena la empieza de forma muy torera, sentado en el estribo con pases de gran gusto y calidad. Tras ellos se confía, el toro se le cuela y le propina una voltereta muy aparatosa pero que por fortuna, no pasa a mayores. Mal con los aceros en cuya labor nada ayuda el toro, el que cae tras una media estocada, cuatro pinchazos y cuatro descabellos. Silencio tras aviso.

El quinto toro tuvo mejor condición, fue aplaudido en el arrastre, lo que Cayetano supo aprovechar. Comenzó la faena de muleta con estatuarios y continúa con muy buenas tandas por ambas manos, todas ellas de gran gusto y torería. Resuelve con pinchazo y estocada atravesada y se le premia con una oreja.

López Simón, (Catafalco y oro) inició por bajo con la muleta gustándose, con redondos, de pecho y molinetes. Lo toreó limpio, encajado, asentado, vertical pero no rígido, en una faena fundamentada en la mano derecha de la que sobresalieron las primeras series por su redondez y acabado y con buenos y bonitos adornos para cerrar. Estocada algo caída que fue fulminante. Dos orejas que le aseguraban la Puerta Grande.

El sexto fue un toro rajado, huidizo y sin querer pelea en ningún momento. López Simón lo intentó con dedicación pero fue imposible darle fluidez a la faena por la falta de repetición del astado. Estocada (sartenazo) para acabar el trámite. Silencio.

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