En Pamplona… ¡Viva San Fermín!
Pamplona, 12 de julio. La plaza registró un casi lleno. Un encierro de Victoriano del Río y Toros de Cortés (4º y 6º), del mismo propietario, bien presentados, astifinos, nobles y algunos especialmente bravos como el 3º, que permitieron el lucimiento de los toreros.
Sebastián Castella: Oreja y silencio con dos avisos.
Alberto López Simón: Oreja y oreja.
Ginés Marín: Vuelta y dos orejas.
Detalles:
La Presidenta fue especialmente sensible al reclamo de la afición
López Simón y Gines Marín, jóvenes valores, salieron a hombros con una buena corrida cinqueña de Victoriano del Río.
Castella, que cortó una oreja al primero, tuvo una actuación sería y profesional.
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Sebastián Castella, de azul cielo y oro, recibió con verónicas al que abrió plaza. El toro humilla y tiene buena condición. El francés se luce en un quite por chicuelinas con el compás abierto que abrocha con media. Brinda a Iván Fandiño e inicia la faena con muletazos por alto, para continuar en series con la mano derecha. Música. También por la izquierda el toro es noble y colaborador. Buena estocada y corta una oreja pedida por toda la plaza.
Al cuarto, un toraco con una lámina de antaño del hierro de Toros de Cortés, lo recibe con una larga cambiada. Bravo en el caballo se deja pegar. Brinda a los comensales para iniciar la faena por alto junto a las tablas en un prólogo que se convierte en intenso al repetir las embestidas. El toro es cornalón y astifino, cada muletazo es un reto, pero al ser el toro de la merienda no hay eco en los tendidos, pese al brindis. Serie con la mano derecha que sólo un profesional como Castella puede ejecutar. Un molinete y más derechazos pero el toro áspero y difícil, pone a prueba al matador. Cambia de mano y por el izquierdo es más complicado. Se eterniza con la espada al punto de recibir dos avisos y después de pinchazos, media y varios descabellos lo liquida cuando está a punto de sonar el tercero. Silencio.
Alberto López Simón, viste un terno azul marino y oro, para recibir a otro cinqueño colorado y bragado con verónicas y media, al tiempo que las peñas empiezan a cantar la favorita: El Rey del mexicano nacido en Guanajuato, José Alfredo Jiménez.
El toro, con movilidad, propina un tumbo espectacular al picador Tito Sandoval, quien vuelve a lomos del jamelgo para aplicar castigo y ahormar la embestida del toro. Quita Ginés Marín por chicuelinas y tafalleras. El victoriano transmite y López Simón se dobla al inicio de la faena. Series con la derecha con el toro comiéndose la muleta. Suena la música con la tercera serie con la derecha rematada con un molinete y un pase de pecho. Se cambia de mano para una larguísima serie de ocho naturales y un farol. Más molinetes y derechazos, al rematar el toro le empala pero no le hiere. Faena larga que cierra con manoletinas y se tira a matar como si no hubiera un mañana: Se encuna y recibe una voltereta escalofriante y en el suelo el toro le busca y lo lanza de nuevo por los aires. Se vuelve a librar, aunque se incorpora dolorido, con un varetazo en la nalga derecha, que por lo visto, resulta un auténtico milagro. El toro cae y la petición de orejas es total. La presidenta concede sólo una. Pasa a la enfermería.
En el quinto, que marca en la tablilla 605 kilos y que humilla en el primer tercio, López Simón hace un esfuerzo en verónicas y revolera. Un breve quite de Marín evidencia que el toro no tiene mucha fuerza. Buen par de Jesús Arruga, gustándose al salir limpiamente de la suerte. Vuelve a comenzar por alto y continúa con una serie con la derecha. Lo intenta con la izquierda y el toro se defiende. Molinete y más derechazos abrochados con los de pecho. Otra serie para rematar y se va por la espada para clavar una entera que basta. El público pide la oreja y la Presidenta accede generosamente, garantizando la puerta grande.
Ginés Marín, de Berenjena y oro, debutaba en Pamplona y cayo de pié. Se llevó el toro más bravo de la tarde, un negro veleto que no paró de embestir con clase y nobleza. Verónicas y media de rodillas como tarjeta de presentación. El toro se mueve y lo pica bien su padre Guillermo Marín. Col la muleta lo recibe de rodillas con dos muletazos por alto y otros derechazos sin levantarse. El toro va a más con clase en la embestida y Marín sabe aprovechar aquella bondad. Otra serie con la diestra y un cambio de mano que se hace eterno. Largos naturales, el toro se va hasta el final, aunque algunas veces le coge la muleta. Suena la música al tiempo que le endilga otra serie de 7 largos naturales. Molinetes y vuelve a ponerse de rodillas sabedor que este toreo accesorio contagia al personal. Con la espada echa todo a perder, como le ocurrió en Madrid. Tres pinchazos y una estocada dejan el premio en una vuelta al ruedo.
En el sexto, otro toro de Cortés, vuelve a ser favorecido por la suerte, pues sin tener muchas fuerzas tiene buena condición. Faena inteligente por
ambas manos a un toro que va y viene. Toreo de recursos y adornos, incluidas las manoletinas, para rematar, esta vez si, de un espadazo fulminante, dos orejas que compensan su esfuerzo le garantizan la salida a hombros y su inclusión en sustitución de Roca Rey en el cartel del jueves.
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