Inadmisible, pintadas a la estatua de ‘El Yiyo’ en Las Ventas
Este Jueves 11 de mayo de 2017, la estatua de El Yiyo, que preside la explanada de la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid, amaneció plagada de chorros de pintura de color rojo.
Del mismo modo, cada estatua en la que aparecía un torero daba la bienvenida al primer día de la Feria de San Isidro bañada arbitrariamente en dicho color.
Es Vox Populi, que el descontento con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, es generalizado. Y es que un gobernante debe desempeñar su función dirigida al conjunto de la sociedad a la que representa, no sólo a pequeñas minorías.
Realmente, Madrid es una ciudad tradicionalmente taurina, pues en ella reside la plaza de toros titular del mundo. Con absoluta certeza, no es de recibo tener que soportar los menosprecios constantes, las injurias, las ofensas, la falta de respeto hacia la Fiesta, de los cuales los actuales señores gobernantes de nuestra ciudad no hacen declaración ni denuncia alguna.
De ésta forma, hacen gala de una falsa democracia y una carente libertad de expresión, pues es axiomático el hecho de que al faltar soberanamente al honor y respeto de un individuo, la libertad de expresión pierde por completo su significado.
Dadas las condiciones que anteceden, no es descabellado pensar y reflexionar acerca del límite al cual están dispuestas a llegar las personas que realizan actos de éste tipo.
Llamémosles ‘’antitaurinos’’, pero lo más preocupante, es que no sólo los gobernantes están cesando su ayuda a la Fiesta como evento cultural y arraigado en nuestra sociedad, sino que además, están apoyando al antitaurinismo, ya que con su silencio, otorgan confianza y tienden la mano al mencionado colectivo.
¿Qué nos queda?
¿Qué debemos hacer?
¿Qué debemos esperar de los gobernantes?
¿Cuál es nuestro papel?
La libertad de expresión es completa y llena de significado cuando se realiza con respeto. El gobierno democrático de un pueblo se debe llevar a cabo para el grueso de la ciudadanía, y se deben respetar los arraigos y la identidad de cada pueblo.
Nos queda la Fiesta, que es algo intrínseco a nuestra cultura, con tanta fuerza que ha sido heredada a Hispanoamérica, por sus sólidos argumentos culturales y artísticos; pero no debemos esperar nada de los gobernantes, sólo apoyándonos entre nosotros, y apoyando a la Fiesta, nos haremos fuertes frente a los que quieren arrancarnos nuestra cultura y forma de expresión de éste arte.
¡Viva la Fiesta!
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