En Monterrey… Una tarde sin triunfos a excepción de la oreja del toro de regalo
Domingo 7 de mayo. Monumental Monterrey Lorenzo Garza, ante una entrada floja, más de un cuarto de entrada, se lidiaron cinco toros de la ganadería La Estancia, uno de Montecristo y uno de regalo de El Vergel, todos en un peso promedio 550 kilos, todos mostraron falta de bravura, el sexto salía rajado.
Miguel Ángel Perera: Ovación y ovación
Arturo Macías El Cejas: Palmas y palmas; oreja en el de regalo.
Luis David Adame: Palmas y palmas tras aviso.
Detalles:
Ovación al picador Ricardo Zurdo Gaytán en el 3ro de la tarde.
El picador José Prado fue acreedor a una multa al no respetar las líneas concéntricas.
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Perera, abrió plaza con el toro Oyamel, un astado que resultaba evidente le hizo falta continuidad en su andar por la falta de casta, bravura y nobleza, pero aun así Perera se mostró como todo un profesional y resolvió los defectos que el animal tenía y nos ofreció varias tandas de valía, que el público lo supo reconocer ya que de inmediato se hicieron presentes los ¡Olés! Acabo con la vida de Oyamel con descabello después de que con el pinchazo no cayó. Llego el turno de Calamaro un toro de hechuras bonitas pero al igual que sus hermanos con falta de bravura sin casta, sin embargo, una vez más Perera se mostró fiel a él, a su profesión y al público, volviendo a emocionar los tendidos con su faena esforzada, para terminar con estoque entero ligeramente trasero. A pesar, de que no tuvo suerte con la espada la gente en los tendidos lo ovacionó en cada uno de sus astados.
Macías, si bien es cierto que es un torero bullidor que conecta con el público, se percibe que aún así algo falta, tal vez sea esa estética, plasticidad y mayor verdad en su toreo. Hizo su clásico toreo con base en rodillazos, lo que se llama toreo para las graderías. No ha estado acertado con el acero en sus dos ejemplares, por lo que tuvo que descabellar, escuchando avisos.
Con el de regalo dejó estocada entera pero no fue suficiente para que cayera el toro dentro de los minutos reglamentarios y después de haber escuchado el aviso, cayó el astado. El juez otorga la oreja a petición del poco público que acudió al festejo.
Adame, el más joven de la tercia, comenzó con el primero de su lote por verónicas suaves, impactando de inmediato con el público. De pronto, se escuchó a un aficionado desde los tendidos gritando “¡Mas torero que Joselito Adame!”; una seria apreciación, no obstante, sí demostró en ambos astados que es un muchacho que quiere llegar a ser figura del toreo.
Luis David Adame nos deleitó en la capa con chicuelinas y un quite por navarras. Con la muleta le vimos torear con una gran pasión, entrega y satisfacción, toreando relajado. Pero desafortunadamente no tuvo suerte con la espada.
A su primero lo mató con un estoque que dejó caído y delantero y a su segundo, señaló un pinchazo en todo lo alto, sin embargo, tras escuchar un aviso, decidió tomar la espada de descabello.
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