En Aguascalientes… Macías y Adame consiguen oreja en tarde de pelea contra la sosería y debilidad
El segundo festejo de la Feria de San Marcos, muy buena entrada, casi tres cuartos de aforo en la Monumental de Aguascalientes. Se lidiaron astados de Villa Carmela de variada presencia, sosos, débiles y de nula trasmisión. Uno de regalo de Teófilo Gómez de poca presencia que resultó de mal juego.
Morante de la Puebla: Al tercio, pitos y palmas en el de regalo.
Arturo Macías: Palmas y oreja.
Luis David Adame: Oreja y al tercio.
Detalles:
El subalterno Heidegger Chávez saludó en el tercio tras dejar buenos pares.
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Lo rescatable de esta tarde fue la voluntad de los toreros, tanto Macías como Adame y por momentos Morante estuvieron en pie de guerra para tratar de sacarle pases a unos auténticos marmolillos que inundaron de sosería y debilidad el ruedo de la Monumental hidrocálida. Cada uno a su estilo, orejas ganadas de distintas formas y ni una pizca de arte proveniente de Sevilla
Se agradece enormemente que los vestidos de luces salgan a jugársela tarde a tarde, puesto que cuando la afición se retrata en las taquillas de la manera que hoy lo vimos, se espera espectáculo, emotividad, arte, sensaciones que le hagan correr aceleradamente la sangre por las venas, eso es lo que se desea, eso es la meta final, pero cuando tardes de expectativa no cuentan historias de bravura, entonces es cuando los toreros deben sacar la raza y enfrentarse a contracorriente con lo que les echen por toriles.
Vimos a un Morante que quiso por instantes, nunca rayando en la filigrana puesto que no tenía toros a modo, ante el primero por lo menos lo intentó pero nada había que hacer, ese toro era carente de emotividad y el sevillano veroniqueó sin el arte acostumbrado, de muleta por bajo pero el astado doblaba las patas delanteras, algunos pases de buena factura aislados, mató de entera para que la afición lo invitara a saludar al tercio.
El segundo de José Antonio fueron minutos perdidos en esta tarde de sosería. Débil, muy débil el de Villa Carmela. Morante mal con las espadas hasta escuchar un aviso y toro y torero escucharon música de viento.
El de la Puebla del Río quería fiesta bonita, pero, aunque regaló uno de Teófilo Gómez de poca presencia no lo consiguió, el capote esta vez no generó sonrisas de satisfacción en el verdadero aficionado, se le vio voluntad pero ante eso de la mansedumbre nadie. Algunas tandas por derecha descafeinadas que a algunos si gustó, quizás se decantan por el “toreo ligth” donde no hay bravura y no hay emoción. No hay nada. Pero esa bandada ni siquiera se percata de ello y lo que realmente les importa es que haya fiesta y olés en el tendido, ¡Ah y sonrisas a la cámara para estar “in”! Morante mató de media y se retiró entre algunas palmas.
Para Arturo Macías ha sido una tarde de garra y corazón. Con el segundo de su lote, el que caminó un poco más de todo el encierro estuvo bien con el percal, tanto que hizo sonar la única diana por parte de la banda municipal. De muleta inició con cambiados por la espalda, luego por derecha concatenando los pases, ante la nada fácil embestida del de Villa Carmela. Por izquierda también hubo buenos pasajes al cruzarse en la cara del toro y conseguir así robárselos, al final el astado se vino a menos y Macías le peleó en cada embestida al quedarse en la cara del toro hasta conseguir el objetivo de hacerlo pasar por su muleta, al final manoletinas y abaniqueo de pitón a pitón, estocada entera en buen sitio para llevarse una oreja.
Con el primero de su lote estuvo voluntarioso, pero las condiciones presentadas por el burel no fueron las óptimas, dejó tres cuartos de acero para llevarse palmas de quienes agrado y algunas protestas de los que no.
Luis David Adame tiene cualidades de buen torero, así se lo manifestó esta tarde a sus paisanos, pero el mismo cuento de pasajes no tan agradables, la sosería y la debilidad le impidieron triunfar con rotundidad. Su labor fue de más a menos. Comenzó dándole color a la tarde con el percal, hasta ahí parecía que se llevaría la tarde, pero cuando tomó la muleta lamentablemente los sí del astado eran muy pocos, aprovechó las contadas embestidas para correrle la mano y después todo se tornó frío, extendió la labor y mató de entera caída. La gente le otorgó una oreja con sabor a discreción.
Con el otro lucieron alegres las zapopinas, (que por cierto son creación de Miguel Ángel Martínez El Zapopan… NO DE EL JULI, como lo afirmó un “aficionado sin azúcar”) en fin. Adame intentó continuar con el ánimo que había generado, pero fue causa perdida, pues el de Villa Carmela fue un débil desesperante. El hidrocálido con afán de triunfo alargó la faena, al final manoletinas y media en buen sitio para saludar en el tercio.
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