En Valencia… Con una oreja para Álvaro Lorenzo arrancan Las Fallas
Valencia (España). Primera de Fallas 2017. Más de un tercio de entrada. Seis toros de Alcurrucén, serios y difíciles.
Juan Bautista: Ovación tras aviso y silencio.
Saúl Jiménez Fortes: Ovación y silencio tras aviso.
Álvaro Lorenzo: Silencio y oreja.
Detalles:
El triunfo llegó en el sexto de la tarde, el más potable del encierro.
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La emblemática Feria de las Fallas de Valencia, que este año estrena su declaración como elemento del Patrimonio Cultural Inmaterial reconocido por la UNESCO, ha dado inicio con una interesante terna, compuesta por el joven pero veterano diestro francés Juan Bautista, el valiente Jiménez Fortes y el debutante como Matador de Toros Álvaro de Lorenzo.
Una seria, astifina y muy bien presentada corrida de Alcurrucén marcó el desarrollo de la tarde, con ejemplares bien armados, algunos cinqueños, que han presentado las dificultades propias de una corrida de toros de estas características. Pero en todo momento prevaleció la importancia del que hacer profesional de los toreros, cuando en la plaza está presente el Toro.
Juan Bautista se enfrentó al lote que ofreció menos posibilidades, dejando patente su voluntad y ese poso que hemos observado en sus actuaciones del pasado año. Con el primero, un toro difícil y encastado, que se metía hacia dentro, hizo un esfuerzo, siendo finalmente ovacionado al salir al tercio. En su segundo no cambió mucho el panorama pues su enemigo se vino abajo rápidamente dejándolo con pocas opciones. Silencio.
Fortes evidencia progresos notables, pero tampoco contó con materia prima adecuada para tejer un triunfo. A su primero lo recibió con un afarolado de rodillas con la muleta y tres derechazos en esa misma posición que sembraron esperanzas, pero poco duró la ilusión, pues el toro cambió su condición no dando mayores opciones. Al entrar a matar salió comprometido pero indemne. Ovación en el tercio. Su segundo no fue fácil, sus astifinas defensas imponían pero el malagueño no volvió la cara. Lo intentó por los dos lados. Sin embargo, no era toro de triunfo.
Álvaro Lorenzo logró en el sexto cambiar el sino de la tarde, que con embestidas más largas, humilladas y encastadas, permitieron al debutante torear a placer por ambos pitones en una faena corta pero bien estructurada. Después de pinchar colocó una estocada perpendicular que lo hizo doblar. El público asistente pidió la oreja y el presidente la concedió. En su primero casi nada que resaltar ante la tendencia del toro a irse a buscar el refugio de las tablas. Silencio.
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