Crónicas

En Valencia… un toro bravo incendia las Fallas y es indultado

Valencia (España) Novena corrida de las Fallas 2017. Lleno hasta la bandera. Toros, seis toros de Garci Grande y Domingo Hernández, bien presentados, nobles y con fijeza, justos de fuerza, a excepción del último, bravo, encastado y repetidor.

Julián López El Juli: Oreja y dos orejas.

Alejandro Talavante: Palmas, y silencio.

Alberto López Simón: Palmas e indulto.

Detalles:

El Juli y López Simón salen a hombros por la Puerta Grande.

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Un toro bravo y las Fallas comenzaron a arder antes de tiempo! El premio era obvio, se le indultó como se indulta por aclamación a uno de esos bellos monumentos que los valencianos hacen arder al final de sus Fiestas, ahora reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. Hasta que saliera el sexto, la corrida de Garcigrande y Domingo Hernández, de aceptable presentación, que no terminaba de romper, aunque tuvieron clase y nobleza en sus embestidas.

Ante un lleno, se repitió el guión que anunciamos ayer, un torero joven pidiendo paso y dos veteranos defendiendo su sitio. López Simón arreó con todo y tuvo la suerte de toparse con el bravo toro de Domingo Hernández, que cerraba la Feria. El Juli y Talavante habían hecho un gran esfuerzo, con premio para Julián y desilusionante para Talavante, quien después de arrimarse como un león, vio como su fallo a espadas lo hacía irse de vació.

Julián López El Juli, de Azul Rey y Oro. Recibió a su primero con lances, más para enseñarlo a embestir que para buscar lucimiento. Talavante quitó por chicuelinas y El Juli lo cambió con un sólo puyazo. Grave error, y eso que Julián es uno de los toreros que mejor conoce esta ganadería, lo que se notó toda la tarde. Cuando El Juli quiso hacerse con el, se encontró con un toro que lo obligó a hacer un esfuerzo adicional. El toro se había quedado crudo y aunque se dobló rodilla en tierra, el toro no paraba y el viento también molestaba. Sin embargo, este torero es pura voluntad y se fue imponiendo, hizo sonar la música, lo toreó por ambos lados y cuando lo mató de certero espadazo, ligeramente desprendido, la gente pidió la oreja con fuerza, que el Presidente concedió. El 4º, castaño de pelo y noble como sus hermanos, El Juli sacó a relucir su capacidad técnica para someter una embestida de un toro que no paraba de andar. Le dio los terrenos adecuados y le hizo una faena distinta a las que nos tiene acostumbrados por las dificultades que presentaba el animal. Derechazos y naturales en series algo amontonadas, pero de gran exposición y valentía. Le formó un lío al toro. Recursos y adornos abrieron el camino a una estocada fulminante que hizo que se concedieran las 2 orejas entre el clamor general. Había marcado su distancia.

Alejandro Talavante, de Verde Oliva y Oro, tuvo una tarde que no olvidará. A su primero, un colorado precioso, tocadito de pitones, lo recibió con tersas y templadas verónicas. Quitó López Simón por tafalleras y remate soltando el capote a una mano. Talavante pasó el envión, pero tomo la muleta y recibió al toro en el tercio con seis naturales seis! con la rodilla de salida genuflexa, de una belleza y originalidad indescriptible. Ya con eso empezó a sonar la música. Otra serie con la mano izquierda de pintura por la belleza con la que torea con esa mano. Cambia de mano y se recrea, rematando la serie con una arrucina. El toro pierde el gas y Talavante recurre al arrimón por luquesinas alternando una y otra mano mientras se pasa la muleta por la espalda con los pitones rozando el punto de su taleguilla. Los tendidos encendidos. Entra a matar y después de un pinchazo entierra tres cuartos de acero. Todo el gozo al pozo. Saluda una ovación.

En el 5º verónicas de saludo y de nuevo el quite de López Simón. El toro, con una embestida descompuesta, requiere dominarlo antes de torearlo, pero Alberto se pone a pegarle pases y paga con dos pitonazos, uno en cada muslo, su precipitación. No obstante con su valor y técnica se impone y logra someterlo y llevarlo enganchado a su muleta en varias series hasta un desplante en el que suelta la muleta y se queda impávido frente al toro. Era el triunfo de la inteligencia sobre la violencia de un toro nada fácil. Tres pinchazos dejan todo el esfuerzo en un silencio injusto, porque el esfuerzo había sido sublime.

Alberto López Simón, de Fucsia y Oro. Recibe a su primero, castaño y bien puesto, con verónicas de trámite. Apenas lo sangran en varas y López Simón lo recibe de rodillas en el tercio para torearlo por derechazos. Esto conecta con los tendidos. Ya de pie se lo pasa dos veces por la espalda en la series de con la diestra, que aunque algo amontonadas llegan al respetable por la gran disposición del torero, que apenas corrige terrenos. La música tiene rato sonando y hay emoción. Bernadinas de adorno, para pinchar 2 veces y clavar media que basta mientras suena un aviso. Palmas.

Y a partir de la aparición del sexto de la tarde, el cierra plaza y cierra feria, todo cambia. Hacía aparición Pasmoso de Domingo Hernández, un toro bravo, por fin!!! después de tanta espera. El toro se desplazó en el capote de Alberto en cinco verónicas y el remate, fue al caballo y provocó el único tumbo, ya no de la tarde sino de toda la Feria. Acudió a un segundo encuentro con el montado y se dejó pegar. En banderillas acudió a los cites de largo, con alegría, y con el mismo son llegó a la muleta de Alberto sin parar de embestir.

López Simón lo esperó en los medios con un escalofriante cambio por la espalda en el que no lo cogió de milagro. Otro cambiado y a torear por ambos lados con series de derechazos y naturales, en los que el toro a veces humillaba y otras no, pero no dejaba de embestir con la emoción que ello produce. En los tendidos se desató la locura, la música apenas se escuchaba y comenzó la afición a tomar partido por el indulto. Aparecieron los primeros pañuelos y la plaza se cubrió con un blanco manto. López Simón amagó a matar, para que después de volver a la cara del toro con unas manoletinas y otros recursos evidenciar sus virtudes, la Presidencia accediera a perdonar la vida al bravo ejemplar.

Lo de Pasmoso fue para no olvidar. El toro fue bravo en todos los tercios. Talavante le pegó más de 60 pases y lo más importante, aquí manda el soberano y el indulto fue pedido por aclamación. Que un toro bravo vuelva al campo es muy bueno para la Tauromaquia.

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@wcardenasrubio

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