En Lima… Ángel Jiménez pasea una oreja reabriendo el Torokuna

Martín Campos 27 marzo 202229 marzo 2022 Perú, Por Martín Campos

Lima, domingo 27 de marzo del 2022. Plaza de toros portátil Torokuna. Con algo más de media entrada en los tendidos, se dio la Corrida Guadalupana, con cuatro astados de El Pilar de Achacota, el primero; Corazón de Oro, el segundo; y dos de San Roque, tercero y cuarto; respectivamente. El salido tercero, fue un toro muy en tipo, cinqueño, bien armado, imponente y bravo, al cual se le premió con la vuelta al ruedo.

Ángel Jimenez: Oreja y aplausos.

José Manuel Sánchez: Saludo desde el tercio y vuelta al ruedo.

Detalles:

Debutó en el Perú el español José Manuel en tarde donde la emoción brotó con el poder y bravura de un buen toro de San Roque y la muy buena labor del varilarguero Calín.

Saludó desmonterado el correcto banderillero José Antonio Vera Verita que lució crespón negro por su tío El Tata

Buena brega del experimentado Alan Salvador Diaz

Lucida actuación del varilarguero Calín efectuando de manera sobresaliente la suerte de varas.

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La portátil Torokuna ha sido por muchos años el recinto emblemático de la festividad popular taurina eminentemente distintiva de los miles de aficionados residentes provincianos en la capital del Perú. Especialmente de los distritos inmediatos de la zona sur de la ciudad.

Como consecuencia del embate de la pandemia, sus puertas permanecieron cerradas los dos últimos años, lapso en el cual incluso su propio dueño, el recordado don Hugo Rosas, sucumbió ante el terrible mal, partiendo de este mundo para siempre.

Hasta volverlas a abrir el pasado domingo 27 de marzo, para el festejo organizado por la Peña Taurina Virgen de Guadalupe que congrega a parte de los residentes del distrito ayacuchano de Chumpi, denominado Corrida Guadalupana, de carácter benéfico para acción social de caridad.

Abrió plaza el matador peruano Ángel Jiménez, ante un primero terciado de El Pilar de Achacota que iba con las manitos por delante, repetía, metía la cara y se empleaba con buen son desde el capote. Invita el peruano a su par español para colocar los rehiletes, aunque va primero cuando debió cederle el turno al invitado pues solo fueron dos pares los colocados.

Pasan apuros con el astado que se orienta y las cuadrillas sorprendentemente sin colocarse correctamente. Con la muleta, hace bien doblándose en los primeros muletazos. Series cortas por ambos pitones; en una se le revuelve por el derecho y en otra pega un derrote por ese pitón.

El morito requiere hacerlo de a pocos y así lo entiende Jiménez para intentar someterlo. Termina entregándose el burel lográndole series más prolijas. Demora en cuadrarlo. Estocada al encuentro de la que rueda sin puntilla. Una oreja.

El tercero fue un toro cuajado en hechuras y edad. Bravo, que se arrancó de largo hasta por cuatro veces al caballo dando pelea y metiendo los riñones. De lo mejor del espectáculo la tarde de ayer.

Tanto por el toro y el buen hacer del varilarguero Calín que sujetó muy bien a su cabalgadura, Sansón, de la cuadra Virgen de Chapi que demostró su buena doma. El toro, de sangre colombiana de La Ahumada, no solo acudió una vez como hacen casi todos los toros sino que volvió varias más con mayor fuerza, recibiendo tres puyazos muy bien colocados, metiendo por bajo la cabeza y levantado al caballo al punto de derribarlo.

Pero antes, en el capote, había acusado signos de ligera sosería suponemos por lo corraleado que debió haber estado antes de ser llevado a la plaza. En varas despertó y vaya de qué manera. El matador nacional, articuló su labor solo con la diestra. Por naturales no lo dejó ver. Cuando le bajó la mano y lo tocaba, el toro fue agradecido. Tuvo con él la posibilidad del doble trofeo pero el fallo con la espada lo impidió.

El salido segundo, fue otro terciadito de Corazón de Oro. Complicado y reservón. Se notan las maneras de los peninsulares que evidencia el debutante en estos pagos, José Manuel que llegó ganoso. Recibo variado con la capa para dejarse ver mediante el lance que reactivó El Juli, las zapopinas. Tras devolver el invite a su alternante para coger los palos, su labor con la franela se prodiga entre la intermitencia y series de uno en uno. Recostadito a ratos va el burelito y en otros calamochea. Pierde tocar pelo por la espada, aún así recibe palmas por su labor.

El que cerraba, uno de los dos presentados por San Roque, sí fue otro toro hecho. Se orientó muy rápido, derrotaba con la cara en alto, manso peligroso, como se dice, ante el cual poco pudo hacer. Pinchazo y todo quedó en buena impresión y voluntad dejada en la plaza que reabría puertas.

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Galería de Gonzalo Yanallalli