En Chinchón… Triple puerta grande en tarde interesante

Miguel Ángel Yáñez 22 agosto 202122 agosto 2021 España, Por Miguel Ángel Yáñez

Chinchón (Madrid). Domingo 22 de Agosto, 2021. Segunda corrida de toros de la Copa Chenel. Se lidiaron tres toros de José Escolar Gil (1° 2° bis y 3°) y tres de Aurelio Hernando. Lleno en el aforo permitido.

Alberto Lamelas: Oreja y oreja.

Esaú Fernández: Vuelta al ruedo y dos orejas.

Jesús Enrique Colombo: Dos orejas y palmas.

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Muy interesante la segunda corrida de toros correspondiente a la Copa Chenel celebrada en la siempre majestuosa Plaza Mayor de Chinchón, posiblemente una de las plazas de toros con más historia y tradición de la tauromaquia mundial.

En esta tarde alternaban tres toreros a los que siempre les hace falta un triunfo para continuar su andadura en esta siempre difícil profesión y arte que es la tauromaquia, tres diestros que son Alberto Lamelas, Esaú Fernández y Jesús Enrique Colombo; ante ejemplares de José Escolar y Aurelio Hernando, en duelo ganadero.

Alberto Lamelas estuvo toda la tarde en torero, ese que pese a estar siempre encuadrado en las llamadas corridas duras pone de manifiesto ese poso de estilo y arte que atesora a poco que le ayuden sus astados, como así ocurrió tanto con el de José Escolar al que le instrumentó unas muy buenas tandas de derechazos con mucho gusto, por ese pitón por el que era el más boyante y por donde transmitía y humillaba. Mató de una estocada caída pero efectiva total, lo que le valió su primera oreja.

En el cuarto de la tarde de Aurelio Hernando, uno de los mejores del encierro; construyó una muy buena faena acorde con la transmisión, recorrido y humillación del mismo, al que le toreó por naturales, tirando de su oponente con largura y mucho poder. También tuvo buenos momentos por el lado derecho, pese al momento en el que el toro se lo echó a los lomos en una cogida un tanto fea y aparatosa. Pese a todo Lamelas un tanto desmadejado y confuso volvió a la cara del animal y le recetó una estocada baja, que al final y a la postre le valió otra oreja.

Esaú Fernández comenzó su labor con cierto suspense ya que cuando esperaba la salida a portagayola del Escolar, este se descoordinó en la misma puerta de chiqueros y hubo que sustituirle por el sobrero del mismo hierro. Un toro al que le intentó faena desde el capote a la muleta, pero el cornúpeta no estaba por la labor y al que tan solo le pudo arrancar una tanda por el lado derecho a este toro que se rajó muy pronto. Vuelta al ruedo por la gran disposición del diestro sevillano.

El quinto fue un toro que se dejó mucho pese a faltarle algo más de clase, con él Esaú salió a por todas para no dejarse pisar el terreno por los compañeros que ya habían puntuado en orejas. De ahí que le hiciese una faena muy entregada y animosa, sin dejarse nada en el tintero; en la que intercaló pasajes de buen toreo con otros en la corta distancia con lo que conseguía conectar con los tendidos que estaban ya totalmente entregados al torero. Mató de gran estocada y las dos orejas del Aurelio Hernando, que le valían para salir con sus compañeros en hombros.

Jesús Enrique Colombo, quien andaba un tanto perdido u olvidado en los últimos tiempos, volvió por sus fueros aquellos que le encumbraron en su etapa novilleril. Comenzó con gustosas verónicas al tercero de la tarde y último Escolar el que recibió dos puyazos arrancándose de lejos y dando paso a un vibrante y ajustado tercio de banderillas por parte del venezolano.

Con la muleta le supo llevar y cuidar al astado que tuvo transmisión, pero algo falto de fuerza; con el que comenzaba a media altura la faena, con suavidad y sin apretar en exceso al animal que tenía fijeza y movilidad, le hizo una templada, solvente y gustosa labor que redondeó con una fulminante estocada, clave en la concesión de las dos orejas.

Sin embargo el sexto fue un manso que apenas le dejó a Colombo brillar en ninguno de los tercios, ni tan siquiera en el variado de banderillas, lo que en la muleta mostró a las primeras de cambio su falta de clase, poca raza, mansedumbre y llegándose a rajar totalmente. Lo mejor, la estocada que fue de nuevo muy buena.

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