Opinion

Lo comenta Antonio Lorca… Gira de Reconstrucción, la fiesta de los toros ante el gran dilema: renovarse o morir

  • En las marquesinas de las paradas de autobuses urbanos aparece estos días un anuncio en el que destaca la siguiente frase: “Para cambiar algo construye un nuevo modelo que convierta al anterior en obsoleto”. Y es muy conocida otra que se le atribuye al científico Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

Un análisis sosegado de la llamada Gira de Reconstrucción de la fiesta de los toros (15 corridas, 3 espectáculos de rejoneo y tres novilladas, con cuatro reses por festejo, que se celebran mayoritariamente en plazas de tercera y retransmitidas por Movistar Toros), liderada por la Fundación del Toro de Lidia (FTL), con la especial colaboración del canal televisivo y la contribución necesaria de los empresarios de ANOET, los ganaderos de la UCTL, los toreros, subalternos y mozos de espada, podría concluir que descansa en cinco postulados:

1.- Esta gira es una magnífica idea de la FTL, bien acogida por Movistar Toros, y apoyada por toreros, ganaderos, empresarios. Y su objetivo es loable: recuperar plazas de tercera y cuarta categoría y ofrecer oportunidades a matadores y novilleros el año próximo.

2.- El proyecto es magnífico, pero su programa y desarrollo es manifiestamente mejorable. Se podría haber hecho mejor, muchísimo mejor.

3.- De lo anterior se puede deducir que la situación interna de la tauromaquia del siglo XXI es gravísima, mucho peor de lo que pudiera imaginarse.

4.- El primer beneficiario de la gira es Movistar Toros, que pretende frenar la huida de abonados y recuperar a otros en una temporada sin el plato fuerte de las grandes ferias.

5.- Por último, ¿tiene interés esta gira para los aficionados? ¿Qué alicientes encierran los carteles? ¿Servirá para reconstruir?

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El propio Victorino Martín ha aclarado a este periodista que la gira es una iniciativa de la FTL: “Una de las muchas propuestas de la fundación, que Movistar hizo suya, porque nosotros no queremos protagonismo y el objetivo es que los proyectos se lleven a cabo”.

El presidente reconoce que la negociación ha sido larga y difícil “… porque lo que no se ha conseguido en 50 años no se puede alcanzar en un día“: Y añade: “Hemos pretendido unir al sector, explicar a todos el contenido del proyecto y mirar hacia el futuro”.

Victorino Martín explica que se han elegido 15 figuras del toreo por orden del escalafón, quienes, a su vez, han optado por una ganadería y un compañero; y lo de los cuatro toros en lugar de seis parece que es una exigencia de los toreros, aceptada por los demás, dado que los emolumentos de los matadores quedarán reducidos a los gastos.

Y en cuanto a los cosos elegidos, cuenta que el objetivo es recuperar las plazas de tercera, que, a su juicio, es uno de los graves problemas del sector, junto a las novilladas picadas.

– ¿Es verdad, presidente, que MovistarTV aporta dos millones de euros, 95.000 euros por cada uno de los 21 festejos programados?

– “Sobre ese tema no puedo decir nada. Todos los intervinientes hemos firmado un documento de confidencialidad que nos impide comentar la aportación económica del canal de televisión”.

Y hace, finalmente, hincapié en que “… la fiesta de los toros es la única industria cultural que ha puesto en marcha un proyecto para obtener fondos para la recuperación del propio sector”.

A pesar de todas las críticas que se puedan hacer a la Fundación del Toro del Lidia —muchas de ellas con razón— es, sin duda alguna, la última tabla de salvación con la que cuenta la tauromaquia para salir airosa de la crítica situación en la que está sumida.

Y su presidente, un mirlo blanco, un taurino honesto, comprometido seriamente con el presente y el futuro de la fiesta; quizá, demasiado condescendiente con los políticos y crédulo en exceso, pero un hombre honorable y digno, el representante taurino con más alta credibilidad social.

Queden claras estas dos premisas, porque la idea de la reconstrucción de la fiesta de los toros parece que ha sido descafeinada por el propio sector, y, especialmente, por las figuras.

El programa de la gira es manifiestamente mejorable: que 15 toreros elijan compañero y toros y conformen carteles en su mayoría carentes del más mínimo interés es un disparate que confirma la triste sospecha de que los toreros que ocupan los primeros puestos del escalafón viven en una burbuja, al margen de la realidad.

Si ellos creen que esos toros y esas combinaciones son los que la fiesta necesita para su reconstrucción es que sobran por su inutilidad para afrontar los graves problemas de la tauromaquia actual.

Por otro lado, la negociación ha debido ser apasionante por impresentable. Prueba de ello es que comenzó en marzo y ha finalizado solo un día antes de la celebración del primer festejo de la gira, el pasado 24 de septiembre. Y a la vista del resultado, mejor no pensar en las exigencias.

Dicho de otro modo: la situación interna de la fiesta es mucho más preocupante de lo que pudiera parecer: seis meses para poner en marcha la llamada Gira de Reconstrucción es un motivo suficiente para descalificar a todos sus protagonistas. Toreros, ganaderos y empresarios han dejado al descubierto las muchas miserias que atesora la tauromaquia.

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¿Esta es la unidad que necesita el sector para seguir vivo en medio de la tempestad actual?

Por cierto, el primer beneficiario de este proyecto es TorosTv, canal dirigido por Ignacio Frauca, erigido por méritos propios en todo un referente de la oscuridad informativa.

Ya en el mes de abril, cuando este periódico publicó que MovistarTV proponía la celebración de corridas de toros a puerta cerrada en otoño, este periodista pretendió, sin éxito, conocer la opinión del responsable del canal taurino.

Frauca desapareció, hasta el punto de que sus más cercanos colaboradores aseguraban que no mantenían contacto con él y desconocían el teléfono del director. Incomprensible, pero cierto. Dar la cara es, sin duda, un síntoma de honorabilidad.

La pandemia dejó al canal taurino sin contenido, y era lógico que buscara la manera de frenar la huida de abonados, que pagan 20 euros mensuales por ver las grandes ferias. De ahí, que, de algún modo, liderara el proyecto de programar festejos a puerta cerrada o abierta; y por ello el interés informativo. Pero el señor Frauca ha preferido en todo momento no dar ni las buenas tardes.

¿Servirá la gira para reconstruir la tauromaquia?

He aquí la cuestión más importante.

¿Reconstruir significa hacer algo nuevo o volver a la normalidad del pasado?

Si el objetivo es lo primero, es evidente que con estos carteles no se alcanzará.

Habría que volver a la frase del anuncio de la marquesina: “Para cambiar algo construye un nuevo modelo que convierta al anterior en obsoleto”. Y está claro que este modelo de gira es un viejo conocido, que ha dado muestras fehacientes de su nulidad antes de la pandemia.

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”, dijo el genio alemán.

Si lo que se pretende es volver a la normalidad del pasado, el abismo está a la vuelta de la esquina.

Si lo inteligente es convertir las crisis en oportunidades, la fiesta de los toros se encuentra ante su dilema más duro: renovarse de verdad o morir.

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  • Antonio Lorca, prestigioso crítico taurino del influyente diario español El País

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