Juan Ortega, la naturalidad al máximo nivel
El toreo cuando no te lo tomas como un ejercicio del espíritu, está muy difícil”: Juan Ortega.
Supura naturalidad, expresa sinceridad y le alteran muy pocos sucesos, exactamente igual que cuando ofrece la verdad de su toreo delante del animal que nos quita el sueño.
Con seis años de alternativa, realiza y expone el toreo que algunos rozan con el doble y ni mencionándoselo se exalta. Niega ser torero de Sevilla, y yo añado un “aún” a la humilde respuesta.
Hablo de y con Juan Ortega, último bastión del toreo más puro, natural y clásico que siempre se ha practicado en la capital del toreo andaluza. De Sevilla Amate pasando por la tierra de los califas, al mundo y a aquellos que le entiendan.
-¿Quién es Juan Ortega? ¿Cómo se describiría como persona?
“Me obsesiona la naturalidad, no sólo en el toreo, sino en el día a día. Para mi la salud mental y física, la belleza, el arte, la felicidad… tienen su origen en la naturalidad, que no es más que dejar que fluya tu interior sin trabas, sin complejos, sin guiones establecidos.
“No es fácil, me atrevería a decir que es lo más difícil de conseguir. A mi en este aspecto me ha ayudado mucho el campo. Desde niño he sentido la llamada de la naturaleza, he encontrado en ella la respuesta a mis inquietudes y me ha enseñado a vivir a su paso, como tienen que ser las cosas“.
-Ante el inminente comienzo de 2020 y de su temporada taurina, los hechos realizados por ti te posicionan en un lugar aventajado de cara al próximo año. ¿En qué momento describes que estás?
“Me paso el día buscando ese instante que tiene el toreo, es lo que me mueve, lo que me araña por dentro. Me gusta ver fotos de otras épocas del toreo porque dentro de sus imperfecciones tienen un instante perfecto, natural. En ese momento estoy. En cuanto a la temporada pues no lo sé, si soy capaz de sacar esas cosas me irá bien y si no, mal“.
-¿Qué crees que ha ocurrido para que los empresarios no tomasen nota de tu nombre hasta este ya consumido 2019?
“Porque andaba yo más preocupado por las formas que por el fondo de mi toreo y no aportaba nada nuevo. El toreo cuando no te lo tomas como un ejercicio del espíritu está muy difícil“.
-La temporada europea del remonte, comenzó en Madrid. Una fecha como el Domingo de Ramos añadía presión al inicio de año. Pesaría abrir fuego en la capital mundial de la tauromaquia.
“Madrid pesa hasta en Navidad. Yo lo paso mal, Madrid te exige mucho. ¿Has visto cómo trabajan los bueyes de Florito? Hasta los bueyes hacen las cosas despacio y en torero. Así es Madrid, todo lo mide“.
-Se dice que el toreo de arte, clásico y puro, no entiende de premios ni trofeos. Prueba de ello son las tres verónicas y la media que hicieron desatar el rugido del león que duerme en Las Ventas aquel día.
“Son dos cosas distintas pero complementarias. Las orejas son el resultado pero nunca pueden ser el fin último. Tu objetivo tiene que ser que haya un punto en la faena en la que torees lo más despacio y reunido posible, que los vuelos de tus chismes acaricien la embestida“.
-La vuelta al ruedo, ¿le sirvió para coger oxígeno?
“Fue una vuelta al ruedo torera, de esas que pide la gente con entusiasmo. Me sirvió como si hubiese cortado una oreja“.
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Siguiendo el hilo de su temporada, el silencio se hizo presente en Madrid culpa de una corrida de nulo juego de Valdefresno. La irrupción del fenómeno “aguadista” ya estaba en su nivel más alto tras el zambombazo de Sevilla y el suceso de Madrid.
Las mentes retuvieron aquel inicio de año de Ortega, mientras Pablo Aguado era un torbellino que arrasaba en la actualidad y en los pensamientos de cualquier aficionado o profesional. En La Brêde, territorio francés, saboreó las mieles del éxito con una puerta grande para llegar a agosto.
-En Gijón y con las cámaras de canal toros, el orbe taurino volvió a apreciar la estética, la elegancia y el sensacional clasicismo con el percal y con la franela. Esa tarde, tuvo que aportar mucho.
“No te creas, me ha aportado mucho más Madrid. En tardes como el domingo de Resurrección o el 15 de agosto me he acercado a lo que yo quiero y eso ha calado en el aficionado“.
-Diez naturales bastaron para despertar al león que duerme en la monumental de la calle Alcalá. ¿Cómo recuerdas la faena?
“Aquello fue especial, nos encontramos toro y torero y fui capaz de sacar eso de lo que hablábamos al principio. Fui yo mismo, natural, como me gusta torear en el campo. Aunque sinceramente cuando pienso en la faena lo que me pregunto es cómo pasaría el toro con la amplitud de pitones que tenía. Fue un milagro“.
-¿Te obsesiona llegarle mucho al que se sienta en el tendido?
“Te diría que es lo mismo. Al final tal y como te sientes delante de la cara del toro es lo que le trasmites a la gente“.
-¿Qué ha sido a lo más duro que se ha enfrentado Juan Ortega?
“El toro me ha hecho sufrir mucho. Con él he descubierto mis miedos, mis limitaciones y mis complejos. Hasta que no me he aceptado tal y como soy lo he pasado mal“.
-Tras ocurrir el suceso de Madrid, pasaste a estar en boca de todos los aficionados que aman el concepto de esa torería seca, de siempre cargar la suerte sea la situación que sea y vaciar el muletazo detrás de la cadera. ¿Por qué este concepto? ¿De qué fuentes bebes?
“No sé si mi toreo será eso que dices o no. Lo que si te puedo decir es que lo interpreto tal y como me enseñaron. He tenido y tengo la suerte de tener a mi lado personas con una sensibilidad especial y además me he criado en Andalucía que puede ser lo más cercano al paraíso que existe en este mundo. Al final el ambiente y tu gente te marcan para toda la vida“.
-Por el interés en tu concepto, aquí en Sevilla algunos ya dan por hecha tu presencia en los carteles del próximo abono.
“Daría lo que fuese por verme anunciado ya en los carteles, me quedaría mucho más tranquilo. Aunque te reconozco que le tengo un respeto especial a Sevilla, lo paso mal“.
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-Afrontar la realidad de la fiesta, es tarea inequívoca para los toreros que vienen apretando como tú. Uno de los principales temas que a todos nos incumbe es la cruda situación que atraviesa la novillería. ¿Cómo reaccionas a eso?
“Son muchos aspectos los que complican la situación de las novilladas. Pero sin duda el que más me preocupa es el salto tan grande que hay de sin picadores a con picadores. Así es muy difícil.
“Esas novilladas tan grandes y desproporcionadas, para toreros con escasa preparación y madurez, anula el interior. Se aprende a pegar muletazos, muchos muletazos, pero vacíos, sin alma. Delante de ese pedazo de novillo se esfuman la fragilidad y la naturalidad del niño que empieza“.
-Para acabar, me gustaría que te mojases con un cartel de tres toreros, una ganadería y una plaza.
“Pues mira como soñar es gratis, me hubiese encantado poderle decir a mis hijos que yo toree un día con Curro Romero y Rafael de Paula. Pero lo dicho, como eso va a ser tarea imposible lo disfruto pensándolo y ya está“.
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