Crónicas

En Monterrey… Merecida oreja para Ibelles y Santiago

La noche de hoy 5 de octubre en la Monumental Monterrey, ante más de un cuarto de entrada se celebró el festejo menor, con novillos de la ganadería Dos Reos, diferente en pesos y tamaños, ya que los primeros dos ejemplares salieron pequeños (compactos) a comparación de sus hermanos.

Ricardo De Santiago: Palmas tras dos avisos y oreja.

Sebastián Ibelles: Oreja y palmas.

Alejandro Fermín: Palmas y palmas.

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La noche de hoy nos quedó más que claro que hay gente que le gusta el toro, que existe público que quiere que siga haya habiendo fiesta en la ciudad, pero a pesar de eso no se sabe el por qué aún se puede llenar, por lo menos, media plaza.

Aunque, por supuesto, seria fabuloso un lleno total.

Tal vez la gente regia y de los estados aledaños les sea más conveniente corridas o novilladas en fin de semana (sábado o domingo) para que puedan viajar o separar ese día como exclusivo para ir a los toros.

Queda esto de reflexión.

El primer novillero de la noche ha sido, Ricardo de Santiago, el que literalmente persiguió al abre plaza para provocarle la embestida, ya que el compacto novillo, tendía a huir cada que se le llamaba con el capote.

Justo por eso mismo, Ricardo, decidió ir por el bovino para hacer un toreo continuo en donde le cubrirá la salida con el capote para que este no huyera del engaño sometiéndolo. Posterior al turno de varas, De Santiago, pese a la condición del compacto novillo, decidió realizarle un quite por gaoneras en donde los pitones del novillo le pasaban rozando su taleguilla lo que hacía que el nervio o emoción del público se sintiera en el ambiente.

El turno de la muleta llegó, y comenzó con una serie de derechazos que fueron sin éxito alguno ya que el novillo tiraba cabezazos para intentar quitarse de enfrente el engaño; no obstante,Ricardono se desanimó y quiso intentarle por naturales en donde el astado dio un cambio radical, le permitió alargar sus pases y gustarse el novillero, pero sobretodo le supo cubrir perfectamente defectos, como el que saliera con la cara a media altura, buscándole en ocasiones.

Finalmente el turno del acero hizo acto de presencia, en donde el joven no tuvo ningún éxito ya que pinchó en tres ocasiones y no fue hasta después del primer aviso, que decidió tomar el descabello, después del segundo, por fin pudo poner punto final al primero de la noche.

El segundo de su lote un novillo muchísimo más grande en comparación al primero de la noche, lo recibió por largas cambiadas pegado a tablas, sólo que al reponerse para pegarle una verónica invertida (es decir, por la parte amarilla del capote) el toro de lo justo que pasó lo arrolló, la escena fue tan impactante, que supusimos más de uno que le había fracturado la pierna, ya que el novillero no podía apoyarla y fue llevado a la enfermería en camilla.

Mientras se encontraba en valoración, se le dio salida al primer tercio, posterior a este tercio vimos salir al novillero de la enfermería mágicamente, sin fractura alguna (gracias a Dios) y sólo con un vendaje en el tobillo para colocar banderillas.

Con el trasto rojo, Ricardo, realizó su faena por derechazos y naturales largos, ya que su compañero de embestidas se lo permitió, a pesar de que salía con la cabeza a media altura.

El publico le reconoció el valor que tuvo al regresar y por las tandas tan gustosas que realizó en el redondel. Culminó su faena con una espada entera y certera, el público le otorgo una oreja.

Sebastián Ibelles, novillero que sin duda en esta noche nos dejó muy en claro que lo suyo es el toreo y su sueño es llegar a ser un torero de primerísimo nivel.

Con el segundo de la noche un novillo complicado, difícil, ya que también al igual que a uno de sus hermano se le tenía que perseguir en ocasiones para que no huyera, aún así lo obligó, recogió la embestida y le recibió por verónicas ceñidas, en donde poco a poco se fue moviendo hasta los medios, trazando un recorte pinturero, soltando una de las puntas del capote. Después de la asistencia a varas del complicado mansesco ejemplar, decidió realizar un quite por chicuelinas antiguas para probar la trayectoria del toro y pedir el cambio de tercio.

En el último tercio el joven novillero comenzó su faena por derecha para realizar remates de pecho largos y sentidos, dándole siempre su respiro al animal, para que en la siguiente tanda lograra embestirle sin dificultad. Decidió probar por naturales, y ahí también le pudo sacar pases no sólo buenos, sino templados y lentos, a media altura, porque no podía dejarle caer mucho la muleta ya que si lo hacia el debilucho novillo en ocasiones perdía las manos.

Decidió perfilarse a matar para dejar en buen sitio y entero el estoque. El ejemplar tardó unos segundos para caer rodando sin contemplaciones a la arena. El respetable sacó los pañuelos exigiendo al juez de plaza, autorice merecida oreja.

Con el quinto de la noche, Ibelles, tiene que ir también persiguiendo al burel, ya que huía cada que alguien le llamaba, por lo que poco a poco lo fue sometiendo llevándole por verónicas andantes hacia los medios, recortando el saludo con una media verónica, aclamada por los presentes.

Supo entender y dirigir la lidia de su novillo a la perfección, ya que pidió que se le diera doble castigo poniendo en suerte al novillo, señalando para dejarse crudo al astado; después de esto, el novillero español hace uso del su turno en quites, para que aparecieran chicuelinas.

Como tiene que ser, Ibelles, dio respuesta con un quite por gaoneras para recortar con una revolera y el más agradecido fue el publico, por lo que había visto. Y no es más que a un novillero que no quiere dejarse ganar la pelea.

Este joven Ibelles, apunta para buen prospecto.

Con la tela roja el joven novillero decidió comenzar con desplantes largos, para ver la trayectoria que podría darle su astado, y continuó con la diestra donde poco a poco fue llevándolo y haciéndole participe de su lidia, tanto por derecha como por naturales.

Lo elogiable, está en que por su técnica y entrega, cubrió cosas no tan buenas de su enemigo y el público valoró esto, además de gozar de su valiosa participación y se las jalearon con los ¡Olé! que no tardaron en hacerse presentes.

Terminó su faena con entera y en sitio, pero el novillo tardó en doblar, lo que no fue óbice para que el publico le reconociera su apasionada labor con palmas.

Alejandro Fermín, al primero de su lote lo recibió con dos largas cambiadas pegado a tablas para posteriormente irse a los medios y continuar por chicuelinas y recortar con un farol.

Al iniciar con el engaño rojo, lo hizo de rodillas dándole cuatro pases para posteriormente reponerse y rematar con el de pecho. Continuó su lidia por derecha y por la izquierda los cuales fueron muy del gusto de la gente, ya que sus pases eran de mucha clase. Desafortunadamente no tuvo suerte con la espada, pues en el primer intento dejó un espantoso bajonazo de mete y saca, en el segundo intento quedó un estoque trasero y caído. Aún así el público le reconoció lo antes realizado con palmas.

Llega el turno del cierra plaza, vuelve a recibir al novillo con rodillas en tierra con tres largas cambiadas, para reponerse y seguir el toreo por verónicas jugando los brazos.

En el último tercio, el de muleta, no tuvo éxito ya que al inicio de la lidia el novillo se partió la pesuña lo cual lo reciente y le fue muy difícil pegarle pases completos y darle largueza, como le hubieran gustado. Que ya será para la próxima.

Al salir del festejo, la gente iba hablando del joven Ibelles y de De Santiago, buenos prospectos que con base en la verdad pueden llegar a más.

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