En La Esperanza…emotividad pusieron toreros aficionados de dinastía
Cada vez más público aficionado se da cita en el Fundo La Esperanza tal como sucedió el pasado sábado 25 de agosto, tercera fecha del IV Festival del Torero Aficionado organizado por la ATA.
Se dieron dos series contando con un muy buen encierro de becerras provenientes de Campo Bravo, ganadería arequipeña de propiedad de don Guidón Abarca, que fueron exigentes y demandaron el saber poderles de los más cuajados.
En primera instancia, emocionó el abrir plaza de cuatro toreros aficionados de dinastía taurina. Dos padres y dos hijos que a su vez también son nietos de toreros prácticos. Nos referimos a las parejas formadas por Juan Manuel y Juan Antonio Roca Rey que llevan la estela de José Antonio Tuco Roca Rey, el emblemático señorito torero de la primera mitad del siglo XX y que casi llegara a ser torero profesional; y por otro lado, por Alfonso y José Carlos Simpson, a quienes le viene esto nada menos que del patriarca don Alfonso Simpson Bustamante, fundador de la ATA y seguidor de los Herederos de La Legua. Casi nada.
De este cuarteto, solo tres competían pues Juan Manuel Roca Rey participaba únicamente para entregarle los trastos y ungir a su hijo, José Antonio, como aficionado práctico tal como lo hiciera con él su padre, el célebre Tuco Roca Rey, durante aquel festival en Acho que todos recordamos un 8 de octubre de 1983.
Alcanzaron el primer lugar en sus series Raúl Aramburú y Alfonso Simpson quien fue declarado finalmente como el triunfador de la fecha.
Participaron en la brega el matador de toros Alfonso de Lima y el torero de plata Denis Castillo. En las cabalgaduras, los profesionales Santiago Reyes Yaco II y David de la Barra junto al alumno de la Escuela de Picadores Jaime Anduaga.
Repasaron las becerras los jóvenes aspirantes Osmar Enríquez y Rodrigo Gonzáles, alumnos de la Escuela del matador Paco Céspedes. También hizo lo propio el joven Renato Farfán por segundo año consecutivo.
En altruista iniciativa, la ATA, convocó la ayuda de los asistentes a quienes se les pidió llevar un regalo o juguete para los niños de Viraco, Arequipa. Demás decir que la convocatoria fue unánime y exitosa. Para destacar, el donativo entregado por el Comité de Damas del Centro Taurino de Lima.
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La primera serie se inicia con José Antonio Roca Rey, que a base de toques suaves en los medios fue encontrándole el ritmo adecuado a la vaca sobre todo en buenos derechazos. Hace alarde de recursos como ese farol que remató vistoso con la muleta y no se amilana cuando la vaca a ratos tobillea. Seguro ha estado el joven debutante.
Por su parte, un notoriamente feliz Juan Manuel Roca Rey echando mucho oficio para atemperar la briosa becerra que llegaba brusca y vencida, siempre recostada por el derecho. En base a poder fue tocándole las teclas con solvencia.
Alfonso Simpson fue el otro padre feliz de la jornada. Alternó con su hijo José Carlos quien no desentonó y logró buenos muletazos por el derecho teniendo ante sí a otra exigente vaca.
Foncho Simpson, no solo triunfó en su serie sino que fue declarado triunfador de la fecha merced a lo tan bien que estuvo delante de una buena vaca burraca que si bien perdió las manos en varias ocasiones, tuvo tranquillo y prontitud sin dejar de exigir también. Lo mismo con el percal que con la flámula fue importante lo que firmó el ganadero de El Rosario toreando de gran factura y gustándose.
Para la segunda serie saldrían al reluciente ruedo de La Esperanza, los conocidos de la casa, Guillermo Rivas, por delante que paró una becerra con genio y brava a la que no se le podía quitar el ojo. Bien estuvo Guillermo mostrando poder y firmeza con la vaca que se venía cruzada de salida y tuvo mejor pitón izquierdo.
Le siguió en orden de salida, Raúl Aramburú, que sorteó una jabonera que de inicio se le cuela por el derecho y estuvo siempre pendiente del bulto, con ella mostró capacidad lidiadora, mayormente a media altura muy técnico solventando la papeleta.
Sin fijación la que pechó Vasco Aramburú, otra para tocarle las teclas. En uno se descubre el torero y la vaca se cierra por el derecho. Vaca de tienta exigente a la que había que poderle.
El penúltimo en salir fue Alonso Mamani, también torero de dinastía entre los de plata. Su mayor capacidad bregadora pudo tapar los defectos de una vaca a la que pese a ser débil de manos y sin transmisión, le extrajo unos buenos muletazos.
Finalmente, Paulo Herrera Paulinho el representante de Yanahura, tuvo el santo de cabeza al tocarle lo menos potable del lote. Recostadita siempre por el pitón bizco que tenía, es poco lo que pudo mostrar que no hayan sido sus ganas y entrega.
El próximo sábado 1ero. de setiembre, se dará la cuarta fecha y el subsiguiente la gran final de este certamen que por cuarto año consecutivo se va consolidando y captando creciente interés.
Bien por la Asociación de Toreros Aficionados, ATA.
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