En Brihuega… Morante y Talavante cortan una oreja en La Muralla

Pablo Bielsa 19 mayo 201819 mayo 2018 España, Por Pablo Bielsa

Brihuega (Guadalajara). 19 de mayo de 2018. Tradicional corrida de primavera. Casi lleno. Toros de Juan Pedro Domecq. Fueron justos de presentación, reservones y faltos de fuerzas. El mejor fue el tercero.

Morante de la Puebla: Silencio y oreja.

José Maria Manzanares: Ovación y silencio.

Alejandro Talavante: Oreja y aplausos.

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Morante recibió al primero de la tarde con una serie de verónicas de manual. En el tercio de varas empujó con celo al caballo. Recibió un puyazo. En banderillas no fue difícil el astado, y los compases del tercio fueron cortos. Al inicio de la faena se lo llevó a los medios para comenzar su actuación, muleta en mano derecha. Ligó una buena tanda. Tras conseguir una buena ligazón y repetición del astado por su pitón derecho, se pasó al natural, consiguiendo administrar las fuerzas del toro y dando espacio y tiempo necesarios para desarrollar una faena de categoría, pero sin cuajar ni arriesgar. Recogió el silencio.

Morante recibió al capote tal y como es el, con ese arte y naturalidad que tanto le caracteriza. El toro acudió al embroque con nobleza aunque poca fuerza, ya que perdió las manos tras las banderillas. Comenzó en las tablas la faena. Sus tandas al natural enamoraron al tendido. Morante toreó con ese aplomo que tanto le caracteriza. Demostró su torería auténtica al natural. El público briocense entendió el arte que el torero vino a mostrar. Alargó la faena para viajar una faena que caló en el tendido de La Muralla. Remató con un bajonazo que fue letal.

Recibió de muy buen gusto al capote Manzanares. Comenzó tanteando con la muleta por arriba. Fiel a su toreo encontró buenos redondos por el pitón derecho. Cambió al natural aunque demostró debilidad al apretarle demasiado por abajo. El silencio se hizo en Brihuega acompañado de los Olés en esos pases de pecho a cámara lenta. La faena fue construyéndola dejando al toro que respirase en los cambios de series. Pinchó en dos ocasiones hasta por fin dar con media estocada suficiente para matar el animal.

Recibió Manzanares al Segundo de su lote con unas verónicas plagadas de despaciosidad. Arreó al caballo el astado, pero dio la impresión de estar lesionado tras el embiste, pues cojeaba durante los compases de la lidia. En banderillas no puso problemas, pero más tarde, muy reservón en la faena, el toro perdía las manos y fue imposible la ligazón en las tandas de Manzanares. Se quedó sin materia prima, y tras el intento del diestro, este se fue a por los aceros para darle muerte ya que se presentó inválido durante el tercio. Silencio para Manzanares.

Talavante recibió al primero de su lote, con unas chicuelinas mediante las cuales levantó al público de Brihuega. Metió el astado los riñones en el tercio de varas, y organizó el jaleo Talavante. Enredó el taco de tal forma que miraba al tendido al final su tanda con el capote. Brindó el diestro a todo el público alcarreño. Comenzó su faena por estatuarios, consiguiendo la ligazón en los primeros tiempos de su actuación. Prosiguió al natural de forma prodigiosa, ligando tandas gracias a la repetición del astado. Consiguió entender las fuerzas del toro dándole la distancia adecuada y entregándose. Talavante ganó pasos y se colocó, arrimándose y finalizando con manoletinas de muy buena calidad.

Excepcional recibimiento en los medios el de Talavante al sexto de la tarde a la verónica. Se fue al caballo de toriles a picar. Le tanteó para sacarlo a los medios. Consiguió una embestida perfecta por el pitón derecho, por donde se movió mejor. El toro se rajó y acudió a la zona de toriles. Sin embargo, Talavante se impuso y fue a los terrenos del manso para efectuar buenos redondos. El toro manseó pero el diestro le buscó la embestida. Pinchó de primeras para después concluir con una trasera y tendida.

En conclusión, una tarde de festividad para disfrutar de tres toreros que intentaron dar a Brihuega lo que viene buscando desde hace años, ese prestigio que tanto ha tenido siempre. Los toros no dieron demasiado juego debido a la falta de fuerza. Sigamos apoyando la festividad de la tauromaquia desde el mundo rural y la juventud, muy presente en la corrida de hoy. Y es que hoy puedo decir que “He estado en los toros”.

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