Crónicas

En Las Rozas… La fugaz despedida de Morenito de Maracay

Las Rozas (Madrid), sábado 3 de marzo de 2018. Centro multiusos “El Montecillo”. Más de media entrada en los tendidos en tarde invernal. Festival Homenaje a Morenito de Maracay. Novillos de diferentes ganaderías (Luis Albarrán, Las Ramblas, Domingo Hernández, La Palmosilla, Zacarías Moreno, Fernando Peña y Garcigrande) el segundo de Las Ramblas y el séptimo de Garcigrande fueron premiados con la vuelta al ruedo – con movilidad el primero, deslucido el segundo, de poco juego el tercero, manejable el cuarto, con transmisión el quinto, con motor el sexto y excelente el séptimo –

Morenito de Maracay, que se despedía de los ruedos: Dos orejas.

Enrique Ponce Dos orejas y rabo.

Javier Conde: Dos orejas.

David Fandila El Fandi: Dos orejas y rabo.

Alberto López Simón: Dos orejas y rabo.

Posada de Maravillas, que sustituyó a Cayetano Rivera: Dos orejas y rabo.

Daniel Barbero: Dos orejas y rabo.

Detalles:

Al finalizar el paseíllo, la organización del festival entregó un cuadro homenaje firmado por Juan García a Morenito de Maracay, que se despidió de los ruedos saliendo a hombros de sus compañeros al terminar el festejo.

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El venezolano trenza el último paseíllo de su carrera, en un festival donde se cortaron catorce orejas y cinco rabos, en la enésima obra de Ponce y la irrupción de un desconocido Daniel Barbero.

Pasión, buen toreo y un botín de trofeos se repartió la terna en el festival homenaje a Morenito de Maracay en su despedida de los ruedos en Las Rozas. Orejas todas ellas de diferente condición que pasaron a un segundo plano, en un festival que emergieron los sentimientos en honor al Rey del quiebro. 62 años en el esportón, y un lustro alejado de los focos no hicieron mella en un José Nelo que volvió a reverdecer laureles en la tarde de su adiós, en la que irremediablemente dio síntomas evidentes de desconfianza frente a un novillo que se lo puso en bandeja. Con buen tranco el de Luis Albarrán, a la postre el último ejemplar en activo para el diestro venezolano, que lejos de facultades y con escasos argumentos, alternó una labor frente a un novillo rebrincado que brindó a sus compañeros, los grandes valedores del festival en su honor y con los que compartió su último tercio de banderillas: El Fandi dejó su sello, Ponce un par por los adentros de mucho compromiso y el propio Morenito al quiebro, como tantas veces hizo. Se llevó de premio dos orejas como colofón a una carrera que le catapultó al estrellato, y que en Las Rozas le vio a hacer el paseíllo por última vez en su carrera.

Dos y rabo paseó Enrique Ponce que vuelve a estar en figura. Temporada tras temporada el valenciano vuelve a dar el mejor nivel en su 29º temporada, donde la despaciosidad, el gusto y el Magisterio emergieron en la enésima sinfonía del de Chiva. Enfrente tuvo un novillo de Las Ramblas que pocos en los inicios confiaban, menos Ponce que volvió a sacar la toga y el birrete en una obra cumbre, en la que a base de consentirlo y de sobar al de Las Ramblas se inventó otra labor de época donde la clase, la suavidad y la elegancia hicieron aparición una tarde más. Toreo en redondo, Poncinas marca de la casa. Dos orejas y rabo, en una muestra más de un magisterio que pervive casi tres décadas después.

La grata aparición de Daniel Barbero, fue un halo de aire fresco entre tanta mediocridad para los estoicos aficionados que soportaron hasta el séptimo novillo de la tarde las bajas temperaturas en la localidad madrileña de Las Rozas. Una muestra de desparpajo, unido a la gratitud, elegancia y temple son los adjetivos que mejor definen la naturalidad del desconocido novillero que a juzgar por su actuación merece no sólo un mayor reconocimiento, sino su aparición en plazas de mayor entidad. Tampoco se quedó atrás Posada de Maravillas que sustituía a Cayetano y que paseó los máximos trofeos de un novillo de Fernando Peña, al que dejó su sello con el capote y que conectó pronto con los tendidos gracias a una labor versátil y de buen trazo.

El Fandi volvió a dar muestras de su facilidad, en una labor compacta donde banderilleó con facilidad, pero no tuvo en cuenta el tiempo y se pasó de faena, en otra actuación en la que se echaron en falta los avisos. Dejó un estoconazo y dio una vuelta al anillo con las dos orejas y rabo.

Alberto López Simón pechó con un novillo de Zacarías Moreno de una presencia lamentable, en una actuación que no logró conectar con el público. Dio muchos pases sin apuntar nada, aunque sobre la zurda surgieron los momentos más lucidos de una labor un tanto deslucida. Al igual que la de un Javier Conde, que no dio muestras de tener que estar en un cartel de cierta entidad. Con clase, pero de escaso valor, el malagueño no llegó apuntar nada claro en otra actuación para olvidar, en una tarde que será difícil de olvidar para un Morenito de Maracay que a sus 62 primaveras volvió a ser el Rey del quiebro en su despedida del toreo, en la que recibió el respeto de todos sus compañeros. ¡Larga vida, Maestro!

Foto portada: Luis Sánchez-Olmedo

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@alb_bautista

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