Crónicas

En Aguascalientes… Fiesta Adamista en la Monumental; Macías cornada y pundonor

Tres cuartos de aforo en la Monumental de Aguascalientes, corrida a beneficio de los afectados por el terremoto en la Ciudad de México, Puebla, Cuernavaca, en el marco del 422 Aniversario de la Ciudad de Aguascalientes. Se lidiaron seis toros de San Isidro, muy justos de presencia, casi sin trapío y de mal juego. Uno de Santa Bárbara que no tuvo condiciones óptimas para la lidia.

Arturo Macías: Palmas y ovación.

Joselito Adame: Oreja y dos orejas.

Arturo Saldivar: Silencio y leves palmas.

Luis David Adame: Al tercio y dos orejas.

Detalles:

El matador de toros Arturo Macías recibió una fuerte cornada en el cuello, mientras lidiaba el primero de su lote. Dicha cornada es de tres trayectorias, el pitón penetró entre la tráquea y la carótida, siendo de gravedad. En un principio fue atendido en la enfermería de la plaza, salió a matar a su segundo toro y posteriormente fue trasladado a la Central Médico Quirúrgica para ser intervenido. Al cierre de esta nota aún no hay parte médico oficial.

Luis David Adame también recibió una cornada en el escroto y fue trasladado a recibir atención médica.

Saludaron en el tercio los subalternos Gustavo Campos y Jonathan Prado tras dejar buenos pares.

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La piel se erizó cuando el paseíllo tomó un descanso, se hizo el silencio en honor a las víctimas del sismo en la Ciudad de México acontecido apenas hace un mes. Silencio; ese mismo que se hacía cuando los rescatistas levantaban el puño con la esperanza de encontrar vida entre los escombros, luego ingresó el ejército mexicano al ruedo de la Monumental, la bandera tricolor y el himno nacional. Mientras los tendidos saludaban a la bandera, en el ruedo los toreros llevaban su montera al pecho. ¡Vaya momento el vivido!

Y de una emoción a otra no tan grata, puesto que el primero de la tarde le propinó una fuerte cornada  al matador Arturo Macías, quien al intentar pasárselo por chicuelinas, el astado lo prendió y en el aire el pitón le pegó en el cuello provocándole una cornada de tres trayectorias, de inmediato fue trasladado a la enfermería de la cual salió minutos después y con la herida abierta lidió a su astado en un acto de valentía y pundonor, la situación fue complicada para Macías y a pesar de ello estuvo voluntarioso ante las escasas posibilidades de triunfo que le ofreció el toro. La gente se lo agradeció con fuertes palmas luego de fallar con la espada y escuchar dos avisos.

Y cuando todo hacía suponer que Macías no regresaría a matar a su segundo, el de Aguascalientes volvió para recibir al toro con una larga afarolada de rodillas, de pie las  verónicas, las gaoneras y el remate con brionesa. Con la muleta los doblones toreros al hilo de las tablas, nuevamente fue prendido de fea manera y las asistencias lo llevaron a la enfermería, el ambiente era tenso y los murmullos subieron a expresiones de sorpresa cuando el torero herido salía a cumplir con el compromiso, Macías, cual mexicano al grito de guerra volvía con la carne abierta y el corazón encendido terminar su labor. Otro toro complicado con el que estuvo con voluntad, pero mal con los aceros para escuchar un aviso y ser despedido con una fuerte ovación en los medios.

El mayor de los Adame resultó el triunfador del festejo, o mejor dicho de la fiesta que se armaron al cortar un total de tres orejas. La primera de ellas se la dieron tras matar al segundo de la tarde, al que recibió con verónicas y revolera. Lo llevó bien al caballo y luego de un breve castigo quitó por saltilleras. Asida la muleta a su mano diestra se dio a torear por alto, con firmeza, suaves toques, colocado y sereno. Por la izquierda poca transmisión y la labor se vino a menos, pero José quiso encenderla metiendo a la gente al juego de pedir “la de aquí” y  al son de la pelea de gallos, la galera fue exaltada. Las luquesinas y para cerrar un pinchazo y estocada entera caída para la orejilla.

Los otros dos adornos de la fiesta llegaron tras una labor a un justito astado de San Isidro de sosa embestida, con el que Joselito Adame consiguió algunos pases por derecha. Pronto se aquerenció y ahí fue Adame a pasárselo por alto, algunos molinetes y siempre el burel pegando cornadas al cielo, ¡otra vez el complejo de director musical y el “venga gente que hay jolgorio”!  Mató de entera en buen sitio para que se le otorgaran las dos orejas. En general José estuvo en José.  Nadie niega que es buen torero, con oficio, voluntarioso y con deseo. Pero de ahí a ser la quintaesencia del torero mexicano dista bastante.

El tercer espada Arturo Saldivar apenas si se vio con el primero de su lote, puesto que fue estrellado en uno de los burladeros y lo regresaron a los corrales. Salió en su lugar uno de Santa Bárbara que le dio poco para lucir y prefirió abreviar. Saldivar terrible con la espada, pinchando hasta en cinco ocasiones para escuchar un aviso y el silencio.

Con su segundo inició por alto, luego le bajó bien la mano y llegó la suavidad despertando a las gargantas del buen aficionado que hasta ese momento se habían mantenido cerradas. Por derecha en ese mismo tenor, por naturales reponiendo lo justo para ligar los muletazos y robándose los olés. La labor decreció, el astado olfateaba la muleta y aquello terminó pronto, pinchazo arriba y leves palmas.

El otro Adame, Luis David, se enfrentó a un impresentable astado de San Isidro, hubo algunas protestas, pero lamentablemente fueron las menos, porque la gran mayoría de los invitados a celebración Adamista ni cuenta se dieron, les pasó de noche la escasa presencia del animal o de plano hicieron caso omiso, que al cabo estaban de festejo y no había porque arruinar “el buen ambiente” en fin. Y para el pequeño un micro puyazo, apenas el pellizco del que salió huyendo. Con la muleta Adame por derecha trazó algunos pases largos, poco tenía que ofrecer el astado, se aquerenció y Luis David a contra estilo redujo las distancia y tuvo alardes de valía al arrojar la muleta, las protestas no se hicieron esperar y las palmas también llegaron a la escena. Mató de entera caída para saludar en el tercio con marcada división de opiniones.

El último de la función correspondió a Luis David Adame, un cárdeno de mejores hechuras al que saludó lanceando a manos bajas y remate con media. Bien al llevarlo al caballo por chicuelinas andantes, en donde el astado cumplió. De escalofrío fueron los cambiados por la espalda, en el centro del redondel para iniciar el último tercio, luego el trazo fino por fin llegó a la labor del hidrocálido, bajándole la mano por derecha, corriéndola con sabor y rematando con el de pecho. Por izquierda también quiso probar, pero no era el lado idóneo, así que regresó a la diestra con suavidad, pero a esas alturas el astado ya no embestía como al inicio, extendió la faena, siguió intentando, pero ya no había por dónde. Al final joselillinas de exposición, tanto que fue prendido en dos ocasiones llevándose la cornada en el escroto. Lo despachó de estocada entera tendida para que el juez declinara a favor de la petición de dos orejas por parte de un público enardecido y sediento de triunfos.

Al final del festejo los hermanos Adame abandonaron el coso en hombros y en medio de pirotecnia proveniente de las alturas de Monumental, el marco perfecto para terminar con una fiesta de muchas orejas, mucho ruido, pocas nueces y poco trapío.

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@AnaDelgado28 

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