En Pachuca… Daniel Luque corta las orejas; pero Juan Pablo estuvo genial
En la Plaza de toros Monumental Vicente Segura de Pachuca, que registró un cuarto de entrada, se han lidiado toros de Pablo Moreno, encastados, que han resultado buenos en términos generales, sobresaliendo el lidiado en cuarto lugar.
Daniel Luque: Oreja y oreja.
Juan Pablo Sánchez: Palmas y oreja.
Fermín Espinosa IV: Oreja y vuelta al ruedo con petición de oreja.
Detalles:
Después del paseíllo hicieron acto de presencia los Recortadores Goyescos Españoles, con su espectáculo.
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El sevillano, Daniel Luque, quien sustituyó a José Garrido por haber sido herido en Zaragoza, resultó el triunfador de esta tarde, aunque su triunfo no supo mucho, puesto que en sus dos toros no supo extraer a cabalidad las cualidades que tuvieron los de Pablo Moreno.
Lo digo porque, Daniel, es un torero de grandes alcances arquitectónicos. Es posible que para justificarse dirá que el viento estaba molestando mucho, bueno, hablaremos de su segundo, porque en el primero solamente ha dejado una estocada que no fue buena pero se le otorgó una oreja.
En su segundo, de capote ha estado correcto, como correcto puede estar cualquier buen torero, es decir, tampoco paso mucho. En el caballo a la hora del encuentro el toro se fastidió los cuartos traseros y pareciera que el sevillano no lo tomó en cuenta, porque ya con la muleta, porque la casta y bravura del toro le hacía acometer sin dejar de protestar en momentos por la lidia que le estaban dando, por ello, dejó buenos muletazos, aclarando que no entendió el reto que tenía el astado de Pablo Moreno.
Dejaría otra estocada entera y el toro tardaría un poco en doblar por su casta, para al final, acabaría paseando otra oreja entre el desconcierto del público, puesto que ya le habían abierto la puerta grande sin haber un sólido fundamento.
El que ha estado en plan de gran maestro y con ese temple que atesora, es el aquicalidense, es más sencillo decir hidrocálido, JUAN PABLO SÁNCHEZ, y lo escribo con mayúscula, porque ha dejado los mejores trazos en su segundo toro, tanto con la mano diestra como por el lado natural. Juan Pablo ha bordado un toreo, caló con hondura sobre todo esos cambiados de mano, que dejaron extasiados a los asistentes, dosantinas con tersura, para rematar cambiando la mano y dejar un desdén que el público empezó a gritar torero ¡Torero!, así fue, ¡torero caro! Ya para finalizar, dejaría unas manoletinas ajustadas, y tras esto, media espada, usaría el descabello en un solo intentó y el publico exigió una oreja a la calidad del toreo que nos hizo degustar de una obra de arte.
De Fermín Espinosa IV, sólo queda decir que anduvo bien, mostrando que es un toreo que puede funcionar, pero falta camino por recorrer para así capturar la atención del público que estuvo esperando que dijera mucho, mucho más.
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