En Eauze … Juan José Padilla y Juan Bautista a hombros

Philippe Gil Mir 08 julio 201711 julio 2017 Francia, Por Philippe Gil Mir

Eauze, Arènes Nimeño II. Corrida en horario vespertino con unos tres cuartos de entrada con tormenta y lluvia a partir del tercer toro, se lidiaron cinco toros de José Luis Pereda y uno de la Dehesilla (en 4° lugar), bien presentados. Destacaron 2°, 3° y 4° que tenían mucho que torear y fueron aplaudidos en el arrastre. El 1° le faltó fondo y, el 5° y 6°, tuvieron poco gas.

Juan José Padilla: Silencio y dos orejas.

Juan Bautista: Dos orejas y ovación con saludos.

Thomas Dufau: Orejas y silencio.

Detalles:

Tras el paseíllo, el periodista galo, André Viard dió lectura a un emotivo discurso en homenaje a Iván Fandiño, tras el cual se escuchó un minuto de aplausos en su memoria.

El subalterno tercero Miguel Peña de la cuadrilla de Juan José Padilla recibió una cornada que le abrió el párpado derecho cuando intentó apuntillar el primer astado. Paso por la enfermería en donde le suturaron la herida que le impidió continuar la lidia.

Salió a hombros con los diestros, el mayoral de la ganadería.

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Salió el primer toro de la tarde que correspondió a Juan José Padilla. Un astado que echó las manos arriba en cada encuentro del percal. Tomó una vara y no quiso banderillear su oponente al que le faltó empuje. Estuvo suficiente y sobrado el jerezano con su enemigo descastado. Le consigue robarle algunas tandas sin llegar a ligarlas. Mato de un pinchazo hondo que resultó mortal. Se le silenció su labor. Con el cuarto de la tarde, no pudo acoplarse con el capote. También como casi todos sus hermanos tomó una vara. Lo cuajó en banderillas Juan José Padilla que remató su tercio con un soberbio par al violín. Inició su labor muleteril con derechazos de rodillas, cuando empezó a caer con fuerza la lluvia. El jerezano cuajó una faena de gran intensidad por ambas manos consiguiendo la ligazón. Calo con el público en los tendidos por su alta resolución de la papeleta, remato con pases en redondos de buena ejecución. Tras un espadazo en todo lo alto consiguió cortar el doble trofeo.

Juan Bautista pudo lucirse por verónicas y llevó el astado por chicuelinas al paso a la cabalgadura. Recibió un puyazo. Y lo cuajó con un soberbio y vistoso quite por crinolinas. Brindó su obra al respetable, iniciando con derechazos rodillas en tierra. El toro fue pronto, encastado, exigente y tuvo mucha transmisión. Hizo sonar la música cuando se puso a torear con la zurda. El diestro de Arles mostró su poderío con mucho temple y sentimiento dándole distancia a su astado alegre y repetidor consiguiendo bajarle la mano con la zurda. Juan Bautista pudo firmar una faena extraordinaria y profunda con poderío y técnica. Entró a matar en los medios del redondel con la suerte a recibir qué bordo por su ejecución. El palco presidencial le otorgó con razón las dos orejas. El público pidió la vuelta al ruedo que no se le fue concedido. Fue lo mejor de la tarde. Con su segundo lo recogió por verónicas y enseguida otras más de rodillas rematado con una chicuelina. Lo llevó al caballo galleando con pases frente por detrás. Tomó un puyazo. En su faena lo llevó suavemente y relajado con la zurda, logrando extraer muletazos sensacionales, aunque le faltó a su oponente ritmo y motor, logró una faena sin ningún enganchón, pero si, dulzura. Lo despacho con una estocada casi entera en todo lo alto. Recibió una calurosa ovación con saludos tras una fuerte petición y bronca al palco presidencial por negarle un trofeo merecido.

Salió el tercero para el francés Thomas Dufau que recibió con una larga cambiada de rodillas y verónicas de buena factura. Tomó el astado una vara. Le hizo un quite por chicuelinas lucidas rematadas con una revolera. Brindó su faena al respetable y inició su labor muletril con dos pases cambiados en los medios. Consiguió la ligazón con la mano zurda en tandas templadas de buen corte con el compás abierto a un toro de embestida profunda y de largo recorrido por abajo. Mató con una estocada en el hoyo de las agujas y se le premiaron de una oreja. Con el que cerraba plaza lo recibió lidiándole para que tomara confianza el toro. Fue el único del encierro que recibió dos puyazos, empujando con los dos pitones. Thomas Dufau le cuajó una faena firme y pulcra a unas embestidas lentas sobre todo con la mano diestra. El toro no permite toques bruscos. Remató su faena con una serie de pechos sin enmendarse. Mato de un pinchazo y una estocada entera. Tras un aviso se le silenció su labor.

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